Mary de Dinamarca firmó unas severas capitulaciones matrimoniales con Federico en su segundo embarazo
- Según este documento, la princesa renunciaría a una elevada indemnización en caso de separación.
- Sale a la luz un vídeo de Federico en Madrid la mañana después de su encuentro con Genoveva Casanova.
Mientras siguen saliendo documentos, imágenes y secuelas del viaje secreto de Federico de Dinamarca a Madrid y de su encuentro con Genoveva Casanova, saltan a la luz las capitulaciones matrimoniales que Mary firmó con su marido cuando estaba embarazada de su segunda hija, Isabella, tras cuatro años de matrimonio.
Las capitulaciones matrimoniales entre los herederos y sus cónyuges constituyen una forma de salvaguardar las herencias y propiedades de linaje de posibles problemas futuros.
Lo que resulta más sorprendente es que estas capitulaciones se cambien de un día para otro cuando la pareja ya está consolidada y se encuentra a la espera de su segundo hijo, como era el caso de la australiana.
Según la revista Lecturas, esto fue lo que sucedió con Federico y Mary de Dinamarca. Tal y como se publicó en su momento, cuando la princesa estaba encinta de cuatro meses, tuvo que firmar un nuevo acuerdo muy poco ventajoso para su futuro en caso de separación.
Mary renunció a la altísima suma en concepto de indemnización que iba a recibir si se disolvía el matrimonio -calculada según los años que habían pasado juntos y la situación económica de cada miembro- además de no poder ya elegir su residencia futura ni en Dinamarca ni fuera de ella.
Sí recibiría, conforme a estas capitulaciones, Mary Donaldson una asignación mensual con cargo del presupuesto del príncipe. Nadie comprendió en un principio la decisión tomada por la reina Margarita.
La razón de la monarca, que ejerce con mano dura la vigilancia de sus hijos, tenía que ver con la situación de su otro hijo, Joaquín, cuya ex mujer, Alexandra Manley, disfrutaba de una manutención elevadísima a cosa de la corona. Margarita quería evitar que, de suceder algo similar con el heredero, la corona tuviese que pagar de nuevo un alto coste.
No parece que la reina Margarita, pese a sus 83 años y una salud delicada por sus problemas de espalda, esté pensando en abdicar. A su fama de juerguista, amante en exceso de los coches y de la velocidad, y de su inclinación a las mujeres, a Federico, el caso de Genoveva le ha venido a complicar, de momento, la sucesión.