Acuerdan rebajar de 30 a 11 años la posible pena a los acusados del crimen de Isam, golpeado hasta la muerte en Logroño

Archivo - Parque del Ebro de Logroño
El Parque del Ebro de Logroño en una foto de archivo.
EUROPA PRESS - Archivo
Archivo - Parque del Ebro de Logroño

Los cuatro acusados de asesinar a Isam Haddour en el parque del Ebro de Logroño el 6 de abril de 2021 han asumido el acuerdo de las partes en el que se propone una pena de 11 años y medio de prisión para tres de ellos y de 10 y medio para el otro.

Según este acuerdo, se han tenido en cuenta las atenuantes de haber actuado bajo los efectos de las drogas y el alcohol y la atenuante de que se ha abonado 20.000 euros a la familia de la víctima. Además, la madre de uno de los procesados se ha comprometido a pagar el resto de la indemnización pendiente.

El acuerdo establece que la familia reciba 300.000 euros como indemnización y, de esa cifra, el Gobierno de La Rioja ha asumido más de 242.000 euros, ya que dos de los acusados son menores y estaban tutelados por la administración regional.

La familia quiere justicia, no venganza

Isam, de 34 años y vecino de la cercana localidad alavesa de Oyón, fue encontrado ocho horas después de la paliza en estado de coma y con síntomas de hipotermia, tras lo que murió en el hospital el 7 de abril. "La familia quiere justicia, no venganza", ha explicado el abogado de la acusación particular, ejercida por el padre y los hermanos de la víctima.

Las partes alcanzaron un acuerdo antes del inicio del juicio, que se ha hecho público este miércoles, aunque falta que el presidente del tribunal entregue al jurado el objeto de veredicto, que este tome su decisión y que se dicte sentencia.

Existe maldad

El fiscal ha relatado que uno de los acusados derribó a la víctima de un puñetazo y los otros, cuando estaba ya en el suelo e indefenso, le propinaron numerosas patadas por el cuerpo, las más graves en la cabeza. Tras dejarle inconsciente, los agresores se fueron, pero regresaron para robarle una bicicleta y la cazadora, que dejó a la víctima sin una prenda de abrigo que le protegiese del frío que hizo esa noche.

"Maldad hay, nadie lo discute, pero también es cierto que, en un momento, el grupo pierde la conciencia individual y se convierte en una máquina de hacer daño y hay circunstancias que explican, no lo justifican", ha añadido el fiscal sobre los acusados, que cuentan con entornos familiares difíciles, no tienen trabajo y se dedican a la pequeña delincuencia.

Se trata de cuatro jóvenes en una situación "totalmente marginal", que "tenían un consumo repetido de alcohol y drogas" y "ese consumo les transformó en puros vándalos, en un grupo peligroso, en el que tenían la sensación de sentirse superiores, con una pérdida de noción de la realidad y en un estado de euforia".

El abogado de la acusación particular ha incidido en que la familia quiere que "caiga el peso de la ley" sobre los acusados, "pero sin visceralidad". Por lo que ha aceptado las atenuantes de dependencia de sustancias. Los letrados de los acusados han señalado que todos eran consumidores de drogas desde hace años y, cuando ocurrieron los hechos, "su única ocupación era beber y drogarse".

La familia no cree en el arrepentimiento

Por su parte, la hermana de la víctima, Nisrine Haddour, ha afirmado, en declaraciones a los periodistas tras el juicio, que no cree en el arrepentimiento que han expresado los acusados y que solo han tratado de rebajar la pena de cárcel con sus palabras.

"En ningún momento me han mirado a la cara y me han dicho lo siento", ha dicho Haddour. "Una persona que hace algo mal te mira a la cara y te pide perdón. Ellos lo han hecho ante la audiencia para rebajar la condena", ha añadido.

Nisrine Haddour, quien ha seguido el juicio junto a su padre, ha explicado que han aceptado el acuerdo porque no quieren "ser vengativos": "Al fin y al cabo, mi hermano ya no está". Por su parte, los acusados han reiterado su petición de perdón a la familia y su arrepentimiento: "Nadie se merece lo que pasó".

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