El corral de Cibeles: donde hay "gallinas ponedoras", fotos de Hamás y "mucha fruta"

El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.
Rafa Albarran
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.

Dicen los más veteranos por el Palacio de Cibeles que el Ayuntamiento de Madrid se está "asamblerizando". Es su forma de ilustrar el ambiente de crispación en el que han devenido los últimos plenos municipales, cada vez más parecidos a las acaloradas sesiones que se viven en la Asamblea regional. Para el alcalde de la capital, el "punto de inflexión" fue el aterrizaje a la portavocía del PSOE de la exministra Reyes Maroto. Aunque José Luis Martínez-Almeida tampoco rehúye el cuerpo a cuerpo. Y, al más puro estilo de la presidenta autonómica Ayuso, este martes estrenó el diario de sesiones lanzándole una advertencia a su rival: "Estos cuatro años se le van a hacer muy largos, le doy un consejo: 'keep calm' y mucha fruta".

El Pleno ordinario que reúne una vez al mes a los 57 concejales de la ciudad arrancó este martes con una silla vacía: la de la líder de Más Madrid y jefa de la oposición, Rita Maestre, de viaje en México para participar en una mesa redonda de la Feria Internacional de Guadalajara junto a figuras como Joan Subirats o Joaquín Almunia. Almeida abrió el debate reprochando el "incumplimiento" del "único" deber de la portavoz, que había registrado una proposición "interesando conocer las medidas que va a tomar para reducir las agresiones por LGTBIfobia en las calles". "Eso les interesan las agresiones", zanjó el primer edil.

Maroto asumió por un día los galones de portavoz de la izquierda preguntando, en segundo lugar, al alcalde por las medidas que va a adoptar contra "los actos violetos" de las manifestaciones de la calle Ferraz. "Ha permanecido durante demasiado tiempo en silencio, lo que le convierte en un cómplice", sostuvo. Almeida contraatacó mostrando varias fotos incendiarias donde aparecían los disturbios ocurridos por el procés en octubre de 2019 en Barcelona o los terroristas y ("mejores amigos" de Sánchez) de Hamás. Entonces, el concejal de Más Madrid Eduardo Rubiño lamentó "el auténtico circo en el que la derecha está convirtiendo el pleno". "Sacar fotos de Hamás, ¿de verdad es el nivel que esperamos? Yo podría sacar fotos de los bebés calcinados en Gaza". Hay circo para todos. 

El plato fuerte del orden de día lo presentó Vox, pasadas las once y media de la mañana, al pedir el cese del delegado de Gobierno en la ciudad, Francisco Martín, por las "cargas indiscriminadas" de la Policía en la calle Ferraz. Minutos después, solicitó también la reprobación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "por el golpe perpetrado al Estado de Derecho, a la Constitución y al conjunto de la Nación" con la ley de amnistía. No obstante, ambas propuestas fueron rechazadas porque el PP, que goza de mayoría absoluta en la cámara, se abstuvo. Si bien, como señaló el edil popular David Pérez, hubieran condenado públicamente a Sánchez por sus pactos con Junts, si los de Javier Ortega Smith llegan a permitir que su proposición, con hasta siete puntos, se votara por puntos.

Mientras avanzaba el Pleno, el líder de Vox salió a la 'zona mixta' de Cibeles para justificar su postura: "Aprobar solo la reprobación de Sánchez es un canto al sol, es decir: 'no estoy de acuerdo con él, pero no hago nada para evitar sus acciones golpistas", dijo para bautizar a continuación al PP de "gallinas ponedoras". Otro mote a su lista: con éxitos como 'Carmeida' (en referencia a Almeida y Carmena), 'Terracix' (por Begoña Villacís y las terrazas) o el 'grupo comunixto' (los escindidos de Más Madrid). Esta vez, Ortega quería criticar que los populares "son incapaces de picar nada y mojarse un poquito". Y añadió a pleno pulmón: 

—Que dejen de ser gallinas y se conviertan en gallos. Que España necesita gallos contra esta gentuza, golpistas, separatistas, pro etarras... Si ante eso siguen como gallinas ponedoras, solo quiere decir que aunque pongan huevos no los tienen. Muchas gracias.

En su turno, el alcalde evitó "entrar en el juego" del portavoz de Vox, por lo que despachó sus acusaciones ante los medios entre risas, tachándolas de "ridículas", "grotescas" e "infantiles". Eso sí, Almeida quiso hacer hincapié en su deseo de reprobar a Sánchez. "La proposición de Vox contenía siete puntos. De esos, no estábamos de acuerdo en seis, porque no creemos que tengamos que intimidar ni a los servicios jurídicos del Congreso, ni del Senado, ni a la Abogacía del Estado", ha argumentado. 

"Ortega no buscaba reprobar a Sánchez, buscaba criticar al PP", dijo para concluir que Vox es el "mejor pegamento" del cosmos de partidos que invistieron a Sánchez. Era el primer enfrentamiento del segundo mandato de Almeida. Solo uno más en su historial de rifirrafes desde que apearon a Carmena de la Alcaldía con acuerdo tripartito con Cs.

Hacía tiempo que no se hablaba tan poco sobre la ciudad de Madrid en un pleno de Cibeles. Y eso que la última sesión abordó exclusivamente la amnistía. Con permiso de un par de puntos para aprobar un plan de 130 pisos en un solar del barrio de Opañel (Carabanchel) y otro para designar Hijo Adoptivo de Madrid al pintor Joaquín Sorolla, la jornada finalizó igual que empezó: con otra 'no' reprobación. Esta vez a Ortega Smith, a propuesta del PSOE, por sus controvertidas apariciones en las protestas de Ferraz, donde se le pudo ver, carnet de diputado en mano, recriminando a varios agentes de policía su uso "extralimitado" de la fuerza. Toda la oposición, incluido Vox, votó a favor de su debate. Pero el PP se opuso, otra vez por mayoría. Desde su escaño, a modo de burla, Ortega Smith se despidió del equipo de Almeida agitando sus brazos como una gallina. 

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