Francia ampliará sus restricciones en torno al tabaco y subirá sus precios. Así lo ha anunciado el ministro francés de sanidad, Aurelien Rousseau, en en la presentación del nuevo Programa Nacional de Lucha contra el Tabaquismo. Un plan que pasa por elevar el precio de las cajetillas de tabaco a 12 euros y la prohibición de fumar en playas, parques y en torno a los centros escolares.
"Las prohibiciones de fumar y las subidas de precio funcionan. Sobre eso hay consenso científico a nivel mundial", señaló el ministro francés este martes en la presentación de las nuevas restricciones.
El precio del paquete de cigarrillos en el país galo se vende ahora a 11 euros en el caso de las principales marcas. Será a partir de 2025 cuando este precio aumente a 12 euros y a 13 durante 2026. Unas cantidades lejos de los 3,20 que costaba en el año 2000, que ya fueron subiendo progresivamente a 5 euros en 2005, a 7 en 2014 y a 10 en 2020.
El aumento de precios "es la medida más eficaz contra el tabaco, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y según los principales estudios independientes", ha indicado Rousseau, quien ha destacado como las subidas de los últimos años ya han conseguido que el hábito de fumar descienda incluso entre las categorías sociales menos favorecidas, algo que no ocurría anteriormente.
Otra de las medidas estrellas de este nuevo programa antitabaco para el periodo 2023-2027 es la prohibición de los cigarrillos electrónicos desechables que, según el ministro, son "una aberración para la salud y una aberración para el medio ambiente". Rousseau tiene intención así de limitar los aromas de esos dispositivos electrónicos e imponer un formato neutro para evitar que las marcas intenten diferenciarse con formas atractivas.
75.000 muertes al año
El tabaco supone la primera causa de mortalidad evitable en Francia, la primera de mortalidad por cáncer y también la primera de mortalidad para los menores de 65 años. Se le atribuyen un total de 75.000 muertes al año, lo que representa casi una de cada ocho.
Por ello, Rousseau ha asegurado que su objetivo es conseguir "una generación sin tabaco en el horizonte de 2030-2032" y ha sostenido que este nuevo plan será ya un logro si se consiguen reducir en 50 o 100 al día las muertes por tabaco.
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