Miles de ciudadanos visitan el Congreso emocionados en la Jornada de Puertas Abiertas: "Marca nuestro día a día"

Dos hombres se hacen un selfie durante la Jornada de Puertas Abiertas en el Congreso de los Diputados.
Dos hombres se hacen un selfie durante la Jornada de Puertas Abiertas en el Congreso de los Diputados.
Eduardo Parra
Dos hombres se hacen un selfie durante la Jornada de Puertas Abiertas en el Congreso de los Diputados.

Miles de ciudadanos visitan el Congreso emocionados en este primer viernes de diciembre. Las emblemáticas Puertas de los Leones se han abierto puntuales a las 9:30 de la mañana para que los visitantes puedan conocer los recovecos de la Cámara y desvirtualizar el hemiciclo que tanto han visto en la tele.

"Marca nuestro día a día", "Me interesa el hemiciclo, es un símbolo de la democracia", "Es una parte importante del país donde se toman decisiones", señalan algunos de los hombres y mujeres nada más entrar en el Palacio del Congreso.

Una mezcla de emoción y de preocupación por la actual situación política que muchos han reprochado a algunos de los políticos que hoy les daban la bienvenida en pasillos y salones.

"Vendría bien tomar decisiones tranquilas y con un buen debate", señalaba Pablo, un estudiante de 19 años de aeronáutica a uno de los representantes políticos con los que se ha encontrado, mientras Álvaro, estudiante de periodismo, comentaba que les preguntará "el por qué de ese tono tan brusco" que en ocasiones se vive en el pleno.

"Hace 45 años la concordia fue posible y justo cuando la crispación política está por las nubes tenemos que animar a recuperar ese logro", recalcaba también otro joven. Y es que sobre todo ha imperado la alegría y la emoción de visitar la Cámara Baja ante la celebración del 45 aniversario de la Constitución.

Un total de 2.189 visitantes han recorrido hasta las tres de la tarde los salones y el hemiciclo, señalando con curiosidad el asiento del presidente del Gobierno, el del líder de la oposición o las marcas de bala del intento de golpe de Estado del 23F que dejó en la bóveda el teniente coronel Antonio Tejero.

También las gigantescas lámparas que adornan los salones y las pantallas donde los diputados realizan las votaciones han llamado mucho la atención de los ciudadanos.

Navarra, Sevilla, Barcelona, Huesca, Álava... Procedentes de diversos lugares de España -e incluso del extranjero--, los visitantes han comentado su alegría por tener la oportunidad de conocer el lugar "donde se decide nuestro futuro".

Como ya es habitual, la mayoría ha coincidido en que el hemiciclo tiene un tamaño engañoso y creían que era más grande: "¡No me puedo creer que estén tan pegados unos de otros!", exclamaba un hombre mayor, mientras Ricardo, de mediana edad, afirmaba que "la sensación que da que en la tele es que parece una plaza de toros y luego es na".

Después de subir por un lateral de la emblemática escalinata custodiada por los Leones, Daoíz y Velarde, los ciudadanos han sido recibidos por representantes de diferentes grupos parlamentarios, encabezados por la presidenta del Congreso, Francina Armengol y por varios miembros de la Mesa de la Cámara.

"Esta es vuestra casa", "A nosotros nos gusta mucho que vengáis", señalaban diputados del PP y el PSOE, mientras otros parlamentarios de Vox participaban en las explicaciones sobre la historia del Congreso. Muchos de ellos han aprovechado para hacerse fotos y 'selfies' con aquellos que se lo pedían.

Y si ha habido palabras que han resonado más que el resto entre los visitantes han sido las de "historia", "futuro" e "importante", ya que muchos han hecho la visita para conocer en primera persona una parte de la historia reciente de España: "La sensación es de emoción por saber dónde estás", recalcaba una señora.

Aunque para lágrimas las que recuerda Miguel, que tras 34 años como ujier en el Congreso y a punto de jubilarse en unos meses señala que "en los primeros años la gente lloraba cuando entraba aquí y se sentaba en los escaños".

"Había gente llorando y a mí me ponían los pelos de punta... Te contaban su historia de la guerra y había gente que venía con el carnet de la División Azul y lo mostraba para entrar", recuerda. Ahora se despide con cierta nostalgia de sus últimas puertas abiertas en el Congreso y deja constancia de que "es un privilegio trabajar aquí".

Destaca momentos alegres, como cuando los visitantes le pedían constantemente que les hiciera una foto con la primera presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, pero también momentos tristes como el fallecimiento de su compañero José de Francisco, conocido por entrar como ujier y llegar a ser jefe de Gabinete de la presidencia.

Miguel rememora también el famoso chocolate y caldo que se instauró en las primeras jornadas de puertas abiertas y cuya ausencia lamentan hoy algunos asistentes: "Para lo que quieren no recortan, pero para el chocolate sí", ironizaba un hombre jubilado antes de entrar.

Y es que "aquel año cayó una nevada enorme y hacía un frío que la gente estaba aterida... y desde la Presidencia del Congreso se pidió a los servicios de la cafetería que hicieran algo y así nació aquel vaso con chocolate", recuerda Miguel.

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