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El PSOE y Junts justifican su reunión en Suiza en la necesidad de hablar "con el adversario", aunque no desvelan su contenido

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en el aeropuerto tras la primera reunión del PSOE y Junts.
EFE

La primera reunión celebrada en Ginebra (Suiza) entre el PSOE y Junts per Catalunya con presencia de verificación internacional tuvo lugar este sábado y, aunque no trascendió lo hablado durante la reunión, ambas partes defendieron este fin de semana la necesidad de diálogo "con el adversario", también como respuesta a la concentración convocada por el PP este domingo en el Templo de Debod en Madrid.

Por parte socialista estuvo el secretario de Organización, Santos Cerdán, y, por parte de Junts, el expresidente catalán Carles Puigdemont, el secretario general del partido, Jordi Turull, y su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras. "Ha ido bien", se limitó a decir Cerdán tras el encuentro, quien no quiso dar detalles sobre lo negociado y aseguró que el PSOE daría más información en una nota de prensa.

Al margen del negociador, entre las filas socialistas fueron varias las figuras que ayer quisieron hacer hincapié en la idea de diálogo. El primer secretario del PSC, Salvador Illa, defendió, frente a los que están "en la crispación", que "no se rompe España" y "no va a desaparecer". Afirmó que España es "plural y diversa" y censuró a aquellos que tienen "miedo" a "hablar, sobre todo con los que piensan distinto" para "buscar acuerdos o discrepar". "Esto es la política. Esto es el Partido Socialista", dijo. También criticó que haya quien se dé "golpes en el pecho hablando de la Constitución" mientras se "bloquea" e "instrumentaliza" el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). 

Mientras tanto, el expresidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, declaró este domingo que el ejercicio de los partidos políticos es "libre para reunirse con quien quieran, donde quieran y como quieran". "Eso es la democracia, libre, tanto que invocan la libertad", exclamó, en referencia al Partido Popular. También expresó que "los partidos políticos que invocan, se atribuyen y amenazan con la Constitución son los que menos creen en ella", y enfatizó que "solo al Tribunal Constitucional le compete decir qué es constitucional o no".

La presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, también se sumó este domingo a la defensa del diálogo para así poder "buscar los consensos y las mejores soluciones". Según manifestó, "los políticos estamos para arreglar los problemas de la gente, no para crearles más".

En Junts, los presentes en Ginebra salieron al paso de quienes reprueban los encuentros. El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont criticó, en un mensaje en la red social X, a los que "asocian pactar con el adversario —o el enemigo— a un acto de debilidad, de cobardía o de traición". "Cualquiera diría que, en lugar de hacer política, estamos en un duelo por una cuestión de honor. Desde este atavismo, muy arraigado en la cultura española, orgullo y humillación se convierten en las dos únicas alternativas posibles", publicó.

Por su parte, Jordi Turull cargó directamente contra el Partido Popular desde sus redes sociales después de que Cuca Gamarra calificara como "anomalía democrática" lo ocurrido en el encuentro en Suiza. "La anomalía democrática es que haya exiliados y presos políticos", respondió, y especificó que, para él, otro ejemplo de "anomalía" es "que quien dicta quién puede hacer política y quién no en Cataluña sea una cúpula judicial caduca".

En cuanto a la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, se limitó a defender la renovada influencia de su partido en la Cámara Baja. "Si en Madrid quieren nuestros votos, Junts tiene que conseguir siempre alguna cosa a cambio para Cataluña", señaló en una entrevista en el boletín de su partido.

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