OPINIÓN

Un algoritmo más

La maldad en Navidad
La maldad en Navidad
Henar de Pedro
La maldad en Navidad

La preocupación de cómo y cuánto sube el índice de criminalidad en las fechas próximas a la Navidad es tanta que dos universidades, la de Arizona y la de Chicago han emitido un estudio que prueba ese ascenso y un algoritmo, otro más, que lo predice. Se suceden los hurtos, las estafas que siguen a las compras y los regalos navideños como la sombra a los pies, la peleas de poca gravedad y alta afectación de orgullo, y el fracaso completo de cualquier civilización: el asesinato.

Matamos y nos matan más cuando la oscuridad lo propicia, cuando el alcohol y las insinuaciones maliciosas han corrido con generosidad durante la cena, cuando tras una disputa, una herencia o un divorcio, las familias rotas intentan zurcirse en torno a una mesa y unos turrones. Nos matamos también: el agotamiento de un año, dos, seis extenuantes, sin descanso, sin esperanzas, la miseria escondida a duras penas, la soledad, el abuso, el contraste con las vidas de luces led y apariencias con las que bombardean a jóvenes y adultos, la desesperanza frente a un mundo que una vez más ha visto como se inicia una guerra y cómo otra continúa, la angustia continua, la ansiedad creciente. Y aún hay quién se pregunta por qué.

El algoritmo, uno más, describe, predice: como si en lugar de la vida leyéramos una novela negra, nos hemos acostumbrado a que la crónica sangrienta ocupe espacio en las noticias, escandalice unos minutos, genere el morbo suficiente como para mantenernos atrapados en esa pantalla un momento más. No hay análisis, ni intervención, ni protesta, solo el escalofrío agridulce de quien observa el horror desde el calor de una casa, de quien lee sin involucrarse o vaticina el final de una serie sangrienta. Usamos la información como una forma de entretenimiento, como la manera definitiva de saber que, por una vez hemos caído en el lado del algoritmo correcto

Mostrar comentarios

Códigos Descuento