Cómo organizar la cocina y no perderte entre los cacharros

  • Clasificar, organizar y aprovechar el espacio son las claves para mantener una cocina ordenada, que resultará en mayor comodidad y provecho de la estancia.
Clasificar y agrupar los objetos por categorías evita el desorden y facilita el acceso.
Clasificar y agrupar los objetos por categorías evita el desorden y facilita el acceso.
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Clasificar y agrupar los objetos por categorías evita el desorden y facilita el acceso.

La cocina es una de las estancias más importantes de la casa, donde pasamos mucho tiempo preparando la comida. Pero también puede ser un lugar caótico y desordenado si no tenemos en cuenta algunos aspectos básicos. Por eso, proponemos seguir estos pasos para tener una cocina funcional, limpia y bonita.

Haz una limpieza general

Lo primero que se debe hacer es deshacernos de todo lo que no se usa o no se necesita en la cocina. Para ello, hay que revisar los armarios, los cajones, la despensa y la nevera, y retirar los productos caducados, los envases vacíos, los utensilios rotos o duplicados, y todo lo que ocupe espacio innecesario. Así se podrá liberar sitio para lo que realmente se utiliza y se evitará el desperdicio de alimentos.

Clasifica y agrupa los objetos por categorías

Una vez que se haya hecho una limpieza general, es hora de clasificar y agrupar los objetos por categorías. Por ejemplo, separar los platos, los vasos, los cubiertos, las ollas, las sartenes, los moldes, los recipientes, los productos de limpieza, las especias, las legumbres, las conservas, etcétera. De esta forma, se puede encontrar lo que se busca más fácilmente y se evita el desorden.

Asigna un lugar específico para cada cosa

El siguiente paso es asignar un lugar específico para cada cosa, teniendo en cuenta la frecuencia de uso, la accesibilidad y la lógica. Por ejemplo, se pueden guardar los platos, los vasos y los cubiertos cerca del lavavajillas o del fregadero, para facilitar su lavado y secado. 

También se pueden colocar las ollas, las sartenes y los utensilios de cocina cerca de la zona de cocción, para tenerlos a mano cuando se usen para cocinar. Y se pueden almacenar los alimentos secos en recipientes herméticos y etiquetados en la despensa o en los armarios altos, para conservarlos mejor y evitar la presencia de insectos.

Aprovecha el espacio vertical y los organizadores

Si la cocina es pequeña o tiene poco espacio de almacenamiento, se puede, y se debe, aprovechar el espacio vertical y los organizadores para optimizar el orden. Por ejemplo, instalando estanterías, barras o ganchos en las paredes o en el interior de las puertas de los armarios, para colgar tazas, paños o los cucharones largos. También se pueden usar cestas, bandejas o separadores en los cajones o en las baldas de los armarios, para organizar mejor los objetos pequeños o planos.

Mantén el orden y la limpieza a diario

El último paso es mantener el orden y la limpieza a diario. Para ello, aunque no siempre estamos con el ánimo adecuado, es importante acostumbrarse a lavar y guardar lo que se use después de cada comida.

También es útil limpiar las superficies y los electrodomésticos con regularidad. Una vez a la semana, es recomendable revisar la fecha de caducidad de los alimentos, desechando los que estén en mal estado y poniendo más accesibles aquellos próximos a caducar, como hacen en los supermercados.

Es buena idea aprovechar este momento para reordenar aquello que hemos movido o mezclado con otras cosas durante la semana. Finalmente, es el momento de disfrutar de una cocina organizada que a la larga nos ahorrará mucho tiempo en mantenimiento.

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