Nadia Calviño, elegida nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones

Nadia Calviño será la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) después de haber confirmado este viernes todos los apoyos necesarios. La hasta ahora vicepresidenta del Gobierno -del que tendrá que salir- de Pedro Sánchez asumirá el cargo el próximo 1 de enero, y será la primera mujer al frente de la institución con sede en Luxemburgo, además de la primera española. Tomará el relevo de sucederá a Werner Hoyer y el mandato se extenderá durante los próximos seis años. Ya el pasado verano varias fuentes confirmaron a 20minutos que Calviño era muy favorita para el puesto, en una carrera en la que se ha impuesto a la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.

En los últimos días Sánchez ya daba por hecha su salida del Ejecutivo, aunque no desveló quién será su sustituto, al que asegura que ya tiene elegido. En 2020 Calviño perdió en el último momento la presidencia del Eurogrupo en favor del irlandés Pascal Donohoe, pero siempre ha mantenido las esperanzas de volver a la esfera europea después de una dilatada carrera en la UE. Antes de ser ministra la gallega ocupaba el puesto de Directora General de Presupuestos en la Comisión Europea.

Ahora para el BEI la española ha aglutinado los apoyos de todos sus colegas europeas después de algunas dudas en los últimos tiempos. España ha estado sobre todo pendiente de los respaldos de Francia y Alemania, pero también de Italia, que había lanzado a su propio candidato -Daniele Franco, exministro del Gobierno Draghi- y que no las tenía todas consigo sobre Calviño. Vestager era otra opción firme, sobre todo por su bagaje en la Comisión Europea en una lucha casi constante frente a las grandes tecnológicas. 

Pese a la elección final, varias fuentes consultadas por este medio reconocen "algunas dudas" sobre cómo se ha desarrollado todo el proceso. Calviño también competía con la polaca Teresa Czerwinska y con el sueco Thomas Östros, aunque estos dos nombres nunca tuvieron opciones reales de vencer la elección.

"El apoyo de los ministros de finanzas a nuestra candidatura es una muy buena noticia", reaccionó la propia Calviño tras conocerse la noticia, al mismo tiempo que definía el BEI como "una institución fundamental" para el futuro de Europa. "Es el brazo de la UE para financiar políticas europeas que tendrán un papel aún más importante en el futuro para financiar la transición verde, la reconstrucción de Ucrania, o para reforzar el papel de Europa en el mundo", añadió la española.

También el presidente del Gobierno valoró el nombramiento en redes sociales. "Es una magnífica noticia para Europa y un orgullo para España", escribió, y ve el salto a Luxemburgo como "un reconocimiento a su extraordinaria trayectoria, rigor y liderazgo de la política económica de nuestro país" y como "una elección que refuerza la presencia e influencia de España en los organismos internacionales".

Es un reconocimiento a su extraordinaria trayectoria, rigor y liderazgo de la política económica de nuestro país

El perfil de Calviño, por otro lado, ha ido mutando desde que entró en el Ejecutivo en el año 2018. Apareció como el perfil tecnócrata por excelencia en el equipo de Sánchez, pero con el paso del tiempo ha adquirido un papel mucho más político; eso sí, siempre ha querido mantener las distancias: ni en 2019 ni en 2023 ha ido en las listas electorales, en el caso del 23-J precisamente porque su mirada ya está puesta en Luxemburgo. Aún así, ha tenido varias intervenciones en el Congreso muy en la línea de los postulados del PSOE, a la vez que mantiene buen cartel entre algunas voces de la oposición.

El Banco Europeo de Inversiones se creó en el año 1958 y concede financiación para proyectos que contribuyan a lograr los objetivos de la UE, tanto dentro como fuera de ella. Sus objetivos, además, son impulsar el potencial de crecimiento y empleo de Europa, apoyar las medidas para mitigar el cambio climático y fomentar las políticas de la UE en otros países. Asimismo, se financia en los mercados de capital y concede préstamos en condiciones favorables para proyectos que contribuyan a los objetivos de la Unión Europea. Cerca del 90% de los créditos se conceden en la UE pero ni un euro procede del presupuesto comunitario.