Diez días después de que su mujer, Mary Donaldson pusiera tierra de por medio y viajara a Australia, su tierra, Federico ha aterrizado también en las Antípodas, en concreto en Nueva Zelanda, donde se encontraría su mujer esperándole.
Federico se quedó en Dinamarca con sus hijos mayores, Christian e Isabella, mientras que Mary viajó con los mellizos Josefina y Vicente. La prensa especuló con la posibilidad de que la princesa necesitara separarse de su marido, tras la polvareda por las fotos de Federico con Genoveva Casanova en Madrid, pernoctando y cenando juntos.
Mary siempre viaja por estas fechas a su país, donde suele reunirse con su padre. Lo hace con su marido, quien, sin embargo, en esta ocasión no la ha acompañado en un primer viaje.
En las imágenes del reencuentro por tierras neozelandesas, que publica el Daily Mail, se ve a la princesa Mary, que lleva una blusa azul, unos pantalones oscuros, moño, gafas de sol y un bolso grande mientras se sube a una furgoneta oscura. Su marido viste una camisa de cuadros grandes, pantalones negros, bolsa bandolera y deportivas. Federico sonrió a los fotógrafos presentes allí.
El heredero danés ha estado en la cumbre del clima de Dubai desde donde ha viajado a Nueva Zelanda en compañía de su hija Isabella. El primogénito se habría quedado estudiando en Copenhague. La reina Margarita quiere reunir a toda su familia -hijos, nietos, nueras, hermanas y sobrinos- en una cena navideña.
Desde que se publicaran las fotos, el pasado mes de noviembre, la pareja ha salido en algunas apariciones públicas, pero la cara de ella, generalmente expresiva y risueña, era más bien la de alguien pensativo y preocupado.
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