Así es el aislado paraje de los Pirineos donde Alex Batty pasó seis años secuestrado por su madre

El hallazgo del menor británico Alex Batty, tras seis años secuestrado en Francia por su madre y su abuelo, ha despertado el interés de la opinión pública en Francia, Reino Unido y España. Poco a poco, se van conociendo más detalles de esta historia.

Uno de ellos es dónde y cómo pasó Alex estos seis años después de que, tras un viaje a Málaga, no volviera a Reino Unido, donde su abuela ejercía de tutora legal, hasta que el joven escapara de su cautiverio.

La prensa británica publica cómo era el lugar donde vivía el menor. El niño residía en una cabaña de piedra en la pequeña aldea de La Bastide, en el sur de Francia, a poco más de dos horas en coche al sur de la ciudad de Toulouse.

El Mirror recoge las declaraciones de Rolande Alibert, la alcaldesa de la localidad: "Lo vi salir con una bolsa el fin de semana. Se veía bien. Pero no sabía por qué se fue. Conocíamos al niño como Zak y a su abuelo como Peter. No fue hasta leer sobre ellos en el periódico cuando supe la verdad", dijo.

"Siempre parecía un joven muy amable y educado. No hablaba francés, pero siempre sonreía y decía 'bonjour' y 'au revoir' ("buenos días" y "adiós", en francés)", dijo Alibert.

Alibert añadió que era habitual ver a Alex haciendo las tareas del hogar en el jardín de la finca, que está en la ladera de una colina. Después de abandonar la propiedad, la policía francesa cree que Alex se dirigió hacia el norte mientras dormía durante el día y caminaba durante la noche en un intento por pasar desapercibido.

Alex, su madre y su abuelo llegaron a la pequeña aldea hace unos dos años. Los habían contratado en una casa rural local para hacer trabajos ocasionales y cuidar a los huéspedes a cambio de alojamiento y comida. Hoy, el propietario de la casa rural, conocido sólo como Fred, se negó a hacer comentarios sobre sus antiguos empleados, publica el Daily Mail.

Sin embargo, Veronique, una camarera a tiempo parcial en la casa rural, dijo al Mail: "Por supuesto, lo conozco, pero para nosotros él no era Alex, era Zak. Vivía en una casa rural al otro lado de la montaña con su abuelo, quien dijo que se llamaba Peter. Ahora lo reconozco por las fotos de las noticias. Estuvieron viviendo en la casa rural durante unos dos años".

"Llegué a conocer a Zak; sabía hablar algo de francés, pero no mucho. Le dije que debería aprender más. Creo que esa fue parte de la razón por la que se fue", añade la camarera.

"Estaba atrapado en medio de la nada. No tenía documentación, por lo que no podía seguir con su vida. Era un joven encantador. Bailamos juntos en las fiestas de verano", añadió Veronique al Mail.

La policía cree que pasó por la ciudad de Quillan, famosa por sus actividades al aire libre, como rafting, piragüismo, pesca y kayak. Cyril Paycheng, de 34 años, que trabaja en el restaurante Platanes de la ciudad, cree que Alex compró allí una pizza para llevar a principios de esta semana.

"Según la descripción, creo que vino aquí y pidió una pizza para llevar. Tenía una patineta y vestía ropa para caminar y un gorro. Parecía estar bien, nada fuera de lo común", dijo Paycheng.

Luego, Alex continuó caminando hasta Chalabre, a 25 kilómetros de distancia, donde fue recogido bajo la lluvia torrencial por el repartidor Fabien Accidini en las primeras horas del miércoles y llevado a una comisaría de policía en la cercana ciudad de Revel.