Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Buzón sin 'christmas'

Buzón de cartas.
Buzón de cartas.
Peter Dazeley
Buzón de cartas.

No soy navideño ni atesoro grandes recuerdos de estas fiestas vividas alrededor del mundo. Pero acabo de abrir el buzón de correos de casa, que hacía mucho que no tocaba más que para tirar de la propaganda que asomaba por la boca y arrojarla a la papelera, y me llevé una enorme sorpresa: estaba completamente vacío. Ignoro por qué, seguramente animado por la iluminación de las calles y los colores que alegran el árbol de Navidad del despacho, esperaba que estuviera rebosante de christmas.

Otros años no muy lejanos, por estas fiestas las felicitaciones pascuales despertaban alegría viendo los recuerdos, cargados de los mejores deseos, de las personas amigas e incluso de varias ya olvidadas. Actualmente algunas continúan acordándose con unas frases nostálgicas, transmitidas desde la frialdad del ordenador o la concisión del Whatsapp telefónico. Son de agradecer, por supuesto, aunque a menudo se confunden con comunicados de negocios, cuando no desagradables amenazas de Hacienda. Es muy triste una cena de Nochebuena sin christmas dibujados por niños colgados en la chimenea.

Como ahora todo se resuelve con algoritmos, a ver quién recupera el color y la emoción que proporcionaban los deseos que tanto ayudaban a emprender un año nuevo con optimismo. Lo único bueno del final triste de los christmas es el alivio que representa para los sufridos carteros ir y venir cargados buscando direcciones ocultas. Las estadísticas que están en todo, para lo bueno y lo malo, aseguran que en los tres últimos años Correos ha distribuido quince millones menos de cartas. Ni siquiera el amor expresado con letras personales sobrevive a esta era de la informática que deja los besos enternecedores o apasionados para que la inteligencia artificial se encargue de falsificarlos. 

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