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Estándar, con ruedas, con asiento, dinámicos... Qué tipos de andadores existen y cuál se recomienda en cada caso

Una persona mayor camina con ayuda de un andador estándar sin ruedas.
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Los andadores son unos accesorios ortopédicos que permiten desplazarse con autonomía a personas con ciertos problemas de movilidad, ya sea de manera circunstancial, mientras se recupera de una cirugía o una fractura, o porque tenga problemas de movilidad debido a la edad o a una discapacidad permanente.

Por lo general, se trata de dispositivos con cuatro patas y empuñaduras y regulables en altura, pero existen de distintos tipos en función de las características y necesidades de cada persona y de para qué se van a utilizar.

Aunque son los médicos y los médicos ortopedistas los que mejor saben qué tipo de andador es ideal para cada paciente, pues cada ofrece un nivel distinto de estabilidad y apoyos, estos son, a grandes rasgos, los andadores que podemos encontrar en el mercado, sus funcionalidades y las personas para los que están indicados.

Andador estándar, sin ruedas

Los andadores estándar, los más básicos, son los que constan de cuatro patas, cada una de ellas con una punta de goma. Estos andadores son los que más estabilidad proporcionan y están pensados para personas que tienen cierto equilibrio todavía.

Antes de usarlo, requiere de cierto grado de aprendizaje y práctica, pues los usuarios tienen que levantarse agarrándose a las empuñaduras, apoyarse y, de pie, dar pasos por sí mismos para desplazarse.

Disponen de dos pares de empuñaduras, que deberán estar ajustadas: una arriba para desplazarse y oras a la altura del usuario para incorporarse.

A los modelos más básicos de cuatro patas, pueden añadirse complementos que ayuden al desplazamiento, como ayudas para levantarse con más facilidad o andadores en los que se puedan mover los lados para no tener que dar pasos al caminar. 

También existen los llamados ‘semi’, pensados para usuarios de bastón que necesitan un apoyo extra, sin necesitar cuatro apoyos para desplazarse. Se usan con un solo brazo y sirven de apoyo lateral. Este tipo de andadores son ideales para personas con problemas de equilibrio, falta de movilidad solo en una parte del cuerpo o que solo pueden usar uno de los brazos.

Andadores de dos ruedas

Los andadores con dos ruedas permiten desplazarse sin necesidad de levantar el andador, porque el esfuerzo para avanzar es considerablemente menor. Cuando tienen dos ruedas, estas están situadas en la parte de delante, mientras que las patas traseras tienen apoyos fijos. 

Suelen estar indicados para usarlos en el interior, pues no se recomienda su uso cuando por terrenos irregulares, como las aceras. Son menos estables que los de cuatro patas, por eso no se recomienda a personas con grandes problemas de equilibrio. Están indicados para personas a las que les cueste manejar un andador estándar. 

Los andadores de cuatro ruedas son ideales para desplazarse con soltura en exteriores.
UWE_UMSTAETTER / Getty

Andadores de tres ruedas 

Este tipo de andadores no tienen patas fijas, sino dos ruedas traseras y una delantera en medio. Son útiles tanto para exterior como para interior y tienen una estabilidad media, más que los de dos ruedas y menos que los fijos o los de cuatro ruedas. Suele ser ligero y fácil de mover, incluso en espacios reducidos. Suelen disponer de una cesta en la parte inferior que permite levar bolsas o algunas pertenencias. Son muy prácticos para los ancianos.

Andadores de cuatro ruedas 

Aunque algo menos estable que un estándar, este tipo de andadores ofrecen un apoyo de equilibrio constante, por lo que son muy útiles para personas con problemas de equilibrio y poca estabilidad cuando están de pie. Requieren de habilidad para poder maniobrarlos, pues disponen de frenos que deben aprender a usarse de manera adecuada. Ofrecen una gran libertad al usuario y pueden usarse también en exteriores y terrenos irregulares. 

Andador de rodilla

Este tipo de andador es menos común, pues está pensado para ser utilizados durante cortos periodos, para personas que tienen algún problema temporal en el pie o el tobillo que les impide caminar con facilidad. Se trata de un andador con una plataforma para la rodilla, cuatro ruedas y un mango. Para desplazarte, se dejar caer la rodilla de la pierna lesionada en la plataforma y empujar con la otra.

Apoyos y accesorios extra 

En función de las necesidades o de si apetece disponer de una mayor o menos comodidad, estos andadores pueden estar equipados con algunos accesorios extra como:

• Bandejas para guardar pertenencias.

• Puede ser plegables para que ocupen menos espacio en casa o trasladarse con comodidad en el coche.

• Un asiento incorporado -algo usual en los de cuatro ruedas- para que las personas usuarias puedan sentarse y descansar.

• Soportes para los antebrazos para personas con inestabilidades severas.

• Andadores con apoyo, pensados para personas con patologías que le impiden agarrar y sujetar el andador con fuerza y firmeza, como personas con reumatismo o artritis.

• Andadores bariátricos, pensados para personas que tienen sobrepeso u obesidad por su gran resistencia. 

• Andadores dinámicos, aquellos pensado para personas a las que les cuesta mantenerse erguidos, pues incorporan una especie de braguita ajustable que ayuda al usuario a mantenerse de pie.

En cuanto al precio de un andador, dependerá del tipo, las características y los extras de los que disponga. Los más económicos son los estándar, que puede conseguirse hasta por unos 40 euros; y los más caros, los, dinámicos de unos 800 euros de media.

Para paliar estos gastos, existen algunas ayudas, tanto a nivel estatal como autonómico.  

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