El Banco de España ha revisado a la baja sus expectativas de inflación y crecimiento para España de cara al año que viene. Un 2024 en el que el estancamiento de la eurozona seguirá generando incertidumbre sobre la economía española, que crecerá menos que en 2023. El supervisor bancario apunta a que los precios del consumo cerrarán 2023 con un repunte del 3,4%, un porcentaje que caerá al 3,3% en 2024 para situarse en el entorno del 2% en 2025 y 2026. En lo que respecta al crecimiento, el PIB nacional avanzaría un 2,4% en 2023, se frenará al 1,6% en 2024 y después volvería a ganar tracción en 2025, con un avance del 1,9%.
El cambio más llamativo en las previsiones del Banco de España es en el terreno de la inflación. El supervisor prevé ahora un IPC para 2024 que será un punto inferior al que vaticinó el pasado septiembre. Una revisión a la baja que se produce fundamentalmente porque los precios de la energía han sorprendido favorablemente y por el anuncio del Gobierno de extender también al año que viene la rebaja al IVA a ciertos alimentos y la gratuidad del transporte público.
Precisamente, en lo tocante a la inflación, este martes se ha conocido que los precios del consumo en la eurozona se han moderado hasta el 2,4% interanual, cinco décimas menos que la cifra registrada en el mes de noviembre y tan solo a cuatro décimas del objetivo del 2% que persigue el Banco Central Europeo (BCE).
El Banco de España espera que la inflación vuelva a repuntar ligeramente en los próximos meses, en buena medida por el final de las medidas de apoyo energético anticrisis que vencerán el próximo 31 de diciembre si el Gobierno no las renueva. Después, a partir de la segunda mitad del año, la inflación irá remitiendo hasta situarse ya en niveles normales en el tramo final de 2024.
Respecto a la extensión de las medidas de apoyo, el Ejecutivo ya ha deslizado que está barajando prorrogar al menos una parte del paquete anticrisis, pero todavía no ha informado sobre medidas concretas. En este punto, el supervisor reconoce que prorrogar el apoyo energético contribuiría a reducir todavía más la inflación el año que viene y una mejora en el crecimiento. Hasta el punto de que, si se extendiera todo el paquete energético a 2024, la inflación se situaría en el 2,3%, un punto menos. Sin embargo, retrasar la retirada del apoyo postergaría ese efecto de aumento de la inflación. Además, el Banco de España advierte de que prorrogar el apoyo energético aumenta el riesgo de que el déficit público estructural sea más persistente.
En lo que respecta al crecimiento, el supervisor prevé que el PIB nacional avance un 1,6% en 2024, dos décimas menos que lo estimado el pasado septiembre. La rebaja obedece en gran medida a la revisión que hizo el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado septiembre de los datos de PIB de 2021 y 2022, que dejó el punto de partida de 2023 en un nivel más alto de lo que se pensaba. Esa previsión del 1,6% que vaticina el Banco de España es inferior a la estimación del 2% que maneja el Gobierno y que transmitió a Bruselas en el Plan Presupuestario.
La buena noticia en el ámbito del crecimiento es que España parece haber sido capaz de aguantar la ralentización europea mejor de lo que se esperaba. El Banco de España prevé que el PIB nacional crezca un 0,3% en el cuarto trimestre en comparación con el periodo de tres meses anterior. Una cifra ligeramente mayor de la vaticinada en septiembre. La resistencia del empleo, el consumo y la confianza serán las bases que impulsarán el crecimiento. Además, el supervisor bancario estima que prorrogar todo el paquete de apoyo energético también a 2024 podría impulsar el crecimiento en dos décimas de PIB adicional, situándolo en el 2% al que aspira el Ejecutivo.
En el apartado de las finanzas públicas, el supervisor discrepa con el Gobierno y apunta a que España incumplirá con las reglas fiscales europeas, que volverán a estar en vigor el año que viene tras cuatro años paralizadas. La institución prevé un déficit público del 3,4% del PIB para el año que viene, cuatro décimas por encima del límite máximo que permite la UE. De esta forma, el Banco de España se suma a otros organismos como la OCDE, el FMI o la propia Comisión Europea que también creen que España se desviará de los límites permitidos por Bruselas.
Además, la institución apunta a que la deuda pública caerá hasta el 106,3% del PIB en 2024, pero en los siguientes años volverá a crecer, en parte impulsada por el efecto de los préstamos que recibirá España con cargo al plan de recuperación. El pasivo público nacional se mantendrá en el entorno del 108,4% en 2026, un nivel superior al 98,2% que se registraba en el trimestre anterior a la pandemia.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios