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El boquete subterráneo cavado para el atentado contra Carrero sigue abierto y se usa como "reclamo" para alquilar un semisótano

Placa en recuerdo de Carrero Blanco, asesinado en la calle Claudio Coello de Madrid en 1973.
M.C.

Este miércoles se cumplen cincuenta años del asesinato del almirante franquista Luis Carrero Blancopero hay detalles del magnicidio que permanecen impasibles ante el tiempo. En el conocido barrio de Salamanca, en el centro de Madrid, la calle Claudio Coello, escenario histórico del ataque terrorista, se ha convertido en un reducto de tiendas de lujo, joyerías y bares donde tapear o tomar un buen desayuno. 

Flanqueada por otras como Serrano o Velázquez, en la zona más residencial de Claudio Coello una placa mira hacia el número 104. "Aquí rindió su último servicio a la patria con el sacrificio de su vida, víctima de un vil atentado, el almirante Luis Carrero Blanco", reza el mármol, colgado en la pared del edificio que ahora acoge diversas organizaciones religiosas, como los Jesuitas o Reino de Cristo, y que en 1973 era la denominada Casa Profesa

En la acera de enfrente, junto a una tienda de gadgets para móviles, el portal número 104 esconde secretos. Fue en el sótano derecha donde el comando Txikia, el grupo de etarras que se encargó del ataque contra el almirante, preparó uno de los más sorprendentes y espectaculares asesinatos de la época. Ahora, alquilado a una joven desde hace un año, mantiene el agujero por el que los terroristas accedieron al interior de la calzada para instalar los explosivos tras cavar un túnel de 7 metros. "Cuando hicieron la obra de la vivienda dejaron el boquete a la vista. Siempre lo han usado como reclamo para alquilarlo", cuenta a 20minutos Juan Pablo, vecino de puerta. 

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El hombre, que vive junto a su madre, abre su casa sin miramientos para explicar que el propietario del piso no quiere saber nada de la prensa. "Han venido muchos periodistas estos días", reconoce. Aunque eso no le impide dar algunos detalles de la vivienda. "Tiene el agujero debajo de la ventana. Le pusieron un cristal para que se viera", relata. "El piso pertenecía a un hombre que cuando murió lo dejó en herencia a su hijo. Siempre lo han alquilado por largas temporadas, alguna vez como piso turístico, pero muy poco", afirma. 

Puerta del semisótano de Claudio Coello, donde se preparó el atentado a Carrero Blanco.
M.C.

Fue en ese semisótano donde el falso escultor estuvo más de un mes picando una galería para colocar debajo de la carretera 50 kilos de dinamita que hicieron que el vehículo de Carrero Blanco, que pasaba por allí después de acudir a su misa diaria, volara por los aires para caer en la azotea de la entonces Casa Profesa.

 "Bajo el falso nombre de Roberto Fuentes Delgado, desde el día 15 del pasado mes de noviembre aparece como propietario del piso sótano derecha de la calle Claudio Coello 104, fingiéndose escultor para disimular los ruidos que producía cuando construía la galería en la cual se introdujo la carga explosiva que produjo la muerte al señor Carrero Blanco. Fue el encargado de esta misión por haber cursado estudios de Perito de Minas", cuenta el diario Ya, que se editó entre 1935 y 1996, en una noticia donde se identifican a los miembros del comando de ETA

A la izquierda, la antigua Casa Profesa, junto a Claudio Coello, donde se produjo el ataque a Carrero Blanco.
M.C.

"Cuando hicieron la obra del piso era un chaval. Recuerdo haberle dado un refresco a uno de los obreros", dice Juan Pablo, que se mudó junto a su familia a la céntrica vivienda tres años después del magnicidio, en 1976. "Cuando aún vivía el padre pusieron unas zapatillas contra la ventana, para que pareciera que había alguien allí tumbado, como muerto", señala jocoso mientras su madre, ya mayor, se sienta en el sofá y se tapa con la manta a ver la televisión. "Entra, entra, no te quedes en la puerta que hace mucho frío", señala con amabilidad. Parecen estar acostumbrados a recibir visitas inesperadas. 

Juan Pablo también habla del famoso filme Operación Ogro, que relata la historia del crimen y su organización. "Si veis la película, cuando sale el piso, no tiene nada que ver con esto. Saca fotos de la escalera, para que se vea que no es igual", apunta. "Se ha dicho mucho que esto era la vivienda del portero pero no es verdad. El piso siempre ha sido propiedad de particulares", agrega. 

La escalera que baja al semisótano derecha del 104 de la calle Claudio Coello.
M.C.

Según el periódico La Razón, una joven gallega alquiló unos días en la vivienda hace siete años a través de una popular plataforma. "Qué cutre el dueño", comenta que pensó al ver el agujero en la pared cuando entró en la casa. Tuvo que salir del portal y toparse de frente con la lápida en honor a Carrero Blanco para darse cuenta de dónde estaba. "¿No será que estábamos en el piso desde donde se cometió el atentado?", explica al mencionado diario. No estaba equivocada. 

Pese a que este diario ha intentado ponerse en contacto con el dueño de la vivienda y su inquilina, ha sido imposible.

Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas. He desarrollado mi vida laboral a caballo entre la última hora digital y el periodismo local para distintos medios de prensa escrita. Entré a formar parte de la mesa digital de 20 Minutos en junio de 2023, desde donde elaboro reportajes y artículos de actualidad. Me gusta escribir sobre temas humanos y sucesos.

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