El Gobierno aprobó ayer el noveno paquete de medidas para paliar los efectos económicos de la guerra de Ucrania, una respuesta económica que hasta ahora -y sin contar con el nuevo decreto- suma más de 47.000 millones de euros. Es por eso por lo que, una vez controlada la inflación, el Ejecutivo ha comenzado a retirar las ayudas, toda vez que también es algo solicitado desde la Unión Europea. En este caso, la luz se encarecerá porque el IVA de la electricidad y del gas empezará a subir desde el actual tipo superreducido y finalizará el año, en el caso del gas, en el 21%. Además, tampoco se ha incluido finalmente un compromiso que el presidente Pedro Sánchez lanzó en su discurso de investidura sobre la gratuidad en el transporte público para menores y parados y que supondría un gran gasto público, puesto que se ha optado por mantener la gratuidad para viajeros habituales y por seguir bonificando hasta el 50% en el transporte de competencia autonómico y municipal.

El ala socialista del Ejecutivo, comandado por la ministra de Hacienda y vicesecretaria del PSOE, María Jesús Montero, era partidario de gastar menos dinero. O al menos así lo había dejado caer en sus últimas intervenciones públicas. "La Unión Europea ha ido aconsejando ir retirando medidas de estímulo", apuntó hace menos de dos semanas. No obstante, Sumar, la otra pata de la coalición, optaba por, en caso de retirar algunas ayudas, hacerlo de forma gradual para evitar sobresaltos económicos. Aseguraban, incluso, que un recorte brusco podría provocar un bajón en el crecimiento de entre un punto y un punto y medio del PIB, es decir, de aproximadamente 10.000 o 15.000 millones de euros.

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Finalmente, se han impuesto las tesis de los de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y el decreto marca que, a partir del 1 de enero, el IVA de la electricidad pasará del 5% al tipo reducido del 10%, en el que permanecerá durante todo 2024. En el caso del IVA del gas, pasará del 5 actual al 10% entre enero y marzo y a partir de abril regresará al tipo del 21% que tenía antes de la crisis energética. Sánchez lo definió como una "subida gradual" de los tipos impositivos que, en el caso del IVA del gas, "recuperará valores normales" una vez superada "la etapa invernal".

En el caso del IVA para alimentos básicos -pan, harinas, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, patatas y cereales- se mantendrá en el 0% hasta junio y, para pastas y aceites, en el 5%. No hay ninguna novedad respecto a la propuesta del PP de rebajar también al 5% el IVA de la carne, el pescado y las conservas, pese a que fuentes 'populares' aseguran que Sánchez aseguró a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, la pasada semana que lo estudiaría.

En el caso del transporte, el Gobierno ha optado por mantener las ayudas generalizadas en vez de seleccionadas por renta o por situación de empleo. Así, se prorroga durante todo el año el descuento estatal para los abonos transporte que deben combinarse con otro autonómico para que la rebaja sea de al menos el 50% de su importe, así como el descuento para trenes Avant y la gratuidad de Cercanías, Rodalíes y trenes de Media Distancia para "usuarios frecuentes". 

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No obstante, se ha quedado fuera el anuncio que realizó el presidente en su discurso de investidura, hace poco menos de un mes y medio, en el que prometió que el transporte sería gratuito para menores y personas desempleadas. Fuentes del Ministerio de Transportes defienden que el Gobierno "ha sido más ambicioso y ha hecho un mayor esfuerzo", porque el transporte público de competencia estatal "no solo es gratis para parados y para jóvenes, sino para todo el mundo, sin limitarlo a colectivos". Además, sostienen que se mantienen las subvenciones a los transportes autonómicos y municipales si las autoridades competentes completan hasta el 50% el descuento del 30% que aporta el Ejecutivo.

Con todo, el presidente quiso destacar la importancia de la "consolidación fiscal" que está llevando a cabo el Gobierno. Apuntó que el déficit público será del 3% del PIB el próximo año -cuando en 2021, aseguró, era del 10%- y la deuda se reducirá hasta el 106% del PIB. "Para un Gobierno progresista, la consolidación fiscal es todavía más importante que para otros porque creemos en un Estado del bienestar fuerte para financiar los servicios de todos", lanzó.