La Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana trabaja en una reforma de la ley de Plurilingüismo que consulte a las familias sobre la "lengua base" que quieren que imparta el centro educativo en el que estudian sus hijos. La norma, que afecta tanto a los centros de Primaria como a los de la ESO, tiene la intención de poner en marcha un "mecanismo de libertad de elección" basado en las familias y no en los consejos escolares, para que decidan entre el castellano y el valenciano como lengua base —el 50% de las horas lectivas—, aunque siempre garantizando un porcentaje de la lengua cooficial para que haya materias en diferentes idiomas.
De este modo, en las zonas castellanohablantes será el español "la lengua base del sistema, pero sí habrá un porcentaje de valenciano", según avanzó el secretario autonómico de Educación, Daniel McEvoy, en una entrevista para Europa Press. El borrador del proyecto está ya "muy avanzado", aseguró McEvoy, pero ha de pasar por Les Corts, por lo que todavía puede experimentar modificaciones. El objetivo es que el nuevo marco normativo esté cerrado para el próximo curso escolar, aunque los plazos dependerán de la tramitación parlamentaria y de que esté listo el mecanismo informático con el que se va a realizar la consulta.
"Los padres somos los que debemos elegir", defendió este miércoles el conseller del ramo, José Antonio Rovira, quien avanzó también que el PP se plantea tramitar este cambio de la misma manera que el Botànic aprobó la ley del Plurilingüismo: por proposición del grupo en Corts y siguiendo el trámite habitual. También se ha previsto un mecanismo similar al de las votaciones sobre la jornada continua para que las familias puedan revisar la lengua elegida.
Familias y profesores, en contra
El anuncio no sentó bien a la Confederación de madres y padres de alumnos de la Comunitat Valenciana Gonzalo Anaya, quien considera que este es un asunto que tiene que dirimirse en el Consejo Escolar, donde los padres "ya están representados". Igual de críticos se mostraron en el Sindicat de Treballadors i Treballadores de l’Ensenyament del País Valencià (STEPV), quien nada más conocerse la iniciativa mostró su rechazo "frontal" porque, a su parecer, "persigue la aniquilación del valenciano en el sistema educativo".
En un comunicado, el sindicato recuerda que la introducción del valenciano en la enseñanza se ha regido por una ley que salió adelante hace cuatro décadas sin ningún voto en contra, para "normalizar el valenciano en la sociedad y en la enseñanza, después de 40 años de persecución por el régimen franquista". Su regulación, defienden, debe basarse "en premisas pedagógicas y no partidistas, como pretende el PP".
La oposición critica "un nuevo ataque contra la lengua"
También han caído críticas de las formaciones de la oposición. El PSPV y Compromís han acusado a la Consellería de "reabrir la guerra del valenciano" con la reforma. "Nos van a tener enfrente de este nuevo ataque de la Conselleria del caos contra la enseñanza pública y contra la lengua", avanzó el portavoz socialista en Les Corts, José Luis Lorenz, quien acusa a los populares de "generar un problema donde no existía".
Para Compromís, es una propuesta "claramente condicionada por la extrema derecha" que pretende "arrinconar el valenciano atentando contra el principio científico de que aprender en la lengua base minorizada garantiza el plurilingüismo". Lo que espera la comunidad educativa, aseveró el diputado Gerard Fullana, no es someter a votación cuál debe ser la lengua vehicular, sino "que eliminen los recortes que han aplicado en los presupuestos".
"Para mejorar la competencia lingüística del alumnado, lo que hace falta es potenciar económicamente la educación pública. Los referéndums que anuncian son una cortina de humo para los desastres que ha generado un conseller que ha demostrado que no está preparado para estar al frente de la educación valenciana", recriminó Fullana.
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