A escasos días de que nazca su primer hijo, Gabriela Guillén, de 32 años, ha aceptado hacerse la prueba de paternidad que exigirá el presunto padre del bebé, el cantante Bertín Osborne, de 69 años.
Aunque en un principio él aceptó que el niño era suyo producto de una fugaz relación con la venezolana, al pasar el tiempo Bertín ha hecho saber que se hará cargo de la paternidad cuando se demuestre legalmente que es suyo.
La periodista Beatriz Cortázar, colaboradora de Y ahora Sonsoles y de Es la mañana de Federico, en es.radio, ha desvelado que Gabriela "no tiene problema en hacerse la prueba de ADN. Pero hay una cosa que tiene clara: se la va a hacer en el mismo lugar donde mandan los jueces, no una clínica privada o laboratorio privado".
Según Cortázar, "ella va a ir al instituto toxicológico, un lugar cien por cien seguro e imparcial... Un sitio riguroso y con luz y taquígrafo, que no sería la primera vez que en un sitio alguien tiene un amigo". El objetivo de Gabriela, siempre según la periodista, sería "no dar pie a ningún tipo de elaboración" de pruebas.
Gabriela, a punto de convertirse en madre por primera vez, siempre ha defendido su verdad. "El tiempo dirá las cosas. No tengo que demostrar nada. Yo sé mi verdad", ha reiterado la joven.
Por su parte, la también periodista Isabel González ha señalado también en el programa radiofónico de Jiménez Losantos, que es el entorno del cantante, el que "no está seguro de que sea el padre. Hablan de que es un candidato a ser el padre de la criatura".
Bertín, a su vez, ha señalado que cuando el niño nazca hablará, por lo que se supone que espera el resultado de la prueba de paternidad para pronunciarse sobre su sexto hijo.
Sus hijas, nacidas de la unión con Sandra Domecq, han tomado partido por su padre y se remiten a la citada prueba para explicar cuál será el papel del artista jerezano en esta situación.
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