Juan Carlos Blanco Periodista y consultor de comunicación
OPINIÓN

¿Y para cuándo la despolarización?

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en la reunión de este viernes.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en la reciente reunión que mantuvieron en el Congreso.
EFE
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en la reunión de este viernes.

La polarización es la palabra del año. Y, también, el modo en el que hemos decidido convivir en la era de las redes histéricas y la propaganda desatada. Aquí, en España, y en casi todos los países occidentales afectados por el virus de los populismos de izquierdas y de derechas. 

Nos debería de preocupar mucho lo que nos está pasando a los españoles, con una democracia que ha entrado en la madurez de sus 45 años golpeada por los extremismos, el cortoplacismo y una política de bibloquismo sectario en el que alguien ha decidido poner un muro en medio que separa a los supuestos ciudadanos buenos de los presuntos malos

Para este 2024, necesitaremos que quienes nos representan en las instituciones públicas rebajen el diapasón de sus declaraciones, gestos y actitudes. Necesitaremos menos mentiras, menos cambios de opinión repentinos, menos excesos verbales, menos trágalas bochornosos y menos hooliganismo de partido. 

Necesitaremos una despolarización. Y, ya por pedir, que nos traten como ciudadanos adultos y no como receptores de consignas y de soflamas repletas de simplezas y de pensamiento mágico.

Las democracias se consolidan desde la confianza. Y si algo nos estamos cargando con este vodevil crispado es esa confianza tan preciada en quienes nos representan en la res publica. El frentismo quizás ayude a ganar elecciones, pero a la larga es perjudicial para todos. Así que aquí va un deseo en este inicio de año: menos polarización y más trabajar por el bien común y no por el particular de cada cual. Y a ver si la palabra de este año que viene es reconciliación o algo por el estilo.

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