Animaleros

El experimento que demuestra que los perros comprenden nuestras intenciones

Para los animales sociales, humanos y perros, la comunicación es muy importante. Además interpretar la intención de quien nos rodea, nos ayuda mucho en nuestro día a día, ya que nos permite reaccionar ante los demás, predecir acciones y relacionarnos de forma más eficiente.

En humanos, la habilidad de comprender las intenciones de los demás se desarrolla durante el final del primer año de vida. En un estudio se comprobó que bebés de 9 meses reaccionaban con más impaciencia hacia un experimentador que no quería entregarles un juguete, que ante el que no podía.

Sabemos que nuestros perros nos observan y aprenden de nosotros a diario, sabemos que se comunican de una manera muy eficiente con nosotros y aprenden mucho de nuestra comunicación, pero, ¿son capaces de conocer nuestras intenciones?

Para este estudio se utilizaron 48 perros tanto de razas como mestizos, y el intervalo de edad era de un año a 13 años. Se colocaba a un experimentador en una estructura de madera con laterales metálicos y una parte frontal de metacrilato con agujeros. El experimento consistía en entregar comida al perro, que estaba fuera de la estructura. 

Se planteaban tres escenarios: el experimentador ofrecía comida y la retiraba por los agujeros del metacrilato (provocación) cuando la ofrecía se le caía (torpeza) y el experimentador ofrecía comida pero había un trozo de metacrilato delante de los agujeros que impedía la entrega de comida (bloqueada).

Cuando el experimentador optaba por la provocación o burla, los perros mayoritariamente giraban la cara y se alejaban del metacrilato, en cambio si el experimentador no era capaz de entregar la comida (torpeza o bloqueo) los perros se mantenían cerca e incluso se acostaban o sentaban. 

Cuando el experimentador se mostraba torpe en la entrega de comida, la cola se movía mayoritariamente hacia la derecha (emoción positiva) de manera que el perro sí esperaba la comida pero entendía que ese humano no era muy hábil en la entrega. 

Algunos perros cuando se les ofrecía la opción de bloqueada, la comida se ofrecía por un panel que tapaba los agujeros y la entrega era imposible, optaban por acercarse por el lateral de la estructura que era de reja. Incluso iban volvían más veces con su cuidador en la opción bloqueada que en la torpe.

Con este experimento se abre la posibilidad de que los perros puedan comprender las intenciones subyacentes en cuanto a la voluntad de entregar comida. El comportamiento de los perros era diferente según la intención del experimentador, ya que en los tres escenarios el objeto era entregar comida, pero en dos de ellos por torpeza o imposibilidad esto era posible (los perros esperaban), y en el escenario de burla el experimentador no estaba dispuesto a entregar comida (los perros se alejaban). 

Por tanto, es muy posible que los perros distingan la intención en acciones similares. Incluso, se observó en el estudio como buscaban una solución a la entrega de comida cuando el experimentador no podía físicamente entregar la comida por la zona frontal de la estructura, y los perros se acercaban a la zona con malla, por donde la comida sí podía pasar.

Este experimento deja patente varios aspectos. El primero y más obvio es que el perro conoce más de nuestra comunicación humana que nosotros de su comunicación canina. He trabajado con muchos perros que han desarrollado comportamientos agresivos hacia su familia porque durante años han jugado a “hacerle rabiar” y cuando el perro gruñía o mordía suave la familia lo entendía como una broma, hasta que dejó de serlo. 

De haber interpretado bien ese gruñido o marcaje hubieran entendido que estaban asustando a su perro y que con el tiempo necesitaría morder de forma más intensa, ya que ese gruñido que significa: "por favor deja de hacer eso que me estás asustando", no lo comprendemos. De hecho, cuando el perro muerde es porque toda la comunicación canina que nos ha transmitido en el pasado no la hemos sabido interpretar.

El segundo es lo mucho que se esfuerzan en comprendernos, hasta el punto de poder llegar a diferenciar la intención de un acción, como deja patente el presente estudio. La parte buena es que algunos humanos, entre los que me incluyo, no dejamos de estudiar su comunicación para que ellos también puedan tener un interlocutor que los entienda. Porque nos “hablan” constantemente, pero debemos saber interpretar su comunicación.

Por último, la paciencia que nos enseñan cada día. En los casos en los que no pueden físicamente obtener comida, dan una alternativa al experimentador yendo por el lado de la estructura, ya que al tener malla metálica si era posible entregar la comida por ahí. En los casos de torpeza, optaban por sentarse y esperar, tener paciencia. Y en el escenario de burla, simplemente se alejaban. Ninguna reacción era de ladrido, estrés o enfado por parte del perro. Un comportamiento muy noble.

Pero nosotros nos enfadamos cuando nuestro perro no sabe, o no puede, hacer algo de la manera que hemos decidido que lo haga. Cuando ladran, cuando tiran de la correa, cuando atacan a otros perros... nos enfadamos con ellos, y creo que lo importante es volver pensar que si un perro actúa así es porque no sabe hacerlo de otro modo, y nosotros debemos ser pacientes, ayudarles más y enfadarnos menos.

Referencias

Unwilling or unable? Using three-dimensional tracking to evaluate dogs' reactions to differing human intentions

Author: Christoph J. Völter,Lucrezia Lonardo,Maud G. G. M. Steinmann,Carolina Frizzo Ramos,Karoline Gerwisch,Monique-Theres Schranz,Iris Dobernig and Ludwig Huber Publication:Royal Society

Publisher: Published by the Royal Society under the terms of the Creative Commons Attribution License http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/, which permits unrestricted use, provided the original author and source are credited.

Date: 25 January 2023: https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rspb.2022.1621#d1e364

Especialista en comportamiento canino y podcaster

Soy ingeniera técnica agrícola y auditora interna de calidad alimentaria especializada en FSC22000. Durante tres años estuve de voluntaria en la protectora Lliga pels animals i plantes, de Barcelona. Desde 2010 me estoy formando y trabajando como educadora canina y adiestradora. Colaboro con protectoras, perreras y centros veterinarios. Me he formado con grandes profesionales como Turid Rugaas y Ian Dunbar. Organizo seminarios de especialización en comportamiento canino en Barcelona, con ponentes nacionales e internacionales. Soy formadora en activo del curso profesional de Educación canina y adiestramiento en L'escola D'Oficis de Catalunya. Mentora de nuevos profesionales. Creadora del podcast "Hablemos de perros". Colaboro escribiendo sobre ciencia aplicada al comportamiento canino en 20minutos desde 2022.

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