El año 2023 se cierra como el más seco y el segundo más cálido solo por detrás de 2022

Los datos del Servicio Meteorológico de Cataluña, Meteocat, confirman que el año 2023 ha sido el segundo más cálido, tan solo por detrás de 2022, y de los más secos en Cataluña. La precipitación anual sólo ha sido de un 50 a un 70% de la media climática, e incluso, en algunas zonas del litoral y prelitorial, estas lluvias no han llegado ni a la mitad de las que se dan en un año normal, provocando la mayor sequía en Cataluña desde que se tienen datos.

Acabado el mes de diciembre, los datos del Meteocat confirman que el último mes de 2023 ha presentado déficit pluviométrico, aunque en algunas zonas del Pirineo ha sido normal e incluso lluvioso en el extremo más noroccidental de la cordillera. 

Diciembre ha sido el noveno mes del año con lluvias inferiores al régimen normal. En el cómputo general del año, marzo fue especialmente seco y no se logró ni el 30% de la precipitación de la media climática de forma generalizada. Esta falta de precipitaciones, junto con las altas temperaturas, provocó que la nieve desapareciese de la alta montaña a mediados o finales de ese mes.

Primavera y otoño

Algunos de los meses que menos ha llovido corresponden a estaciones de las que es esperable climáticamente una mayor aportación de precipitación a Cataluña, primavera y otoño, que han sido secas o muy secas en 2023, al igual que el año anterior.

El mes de abril no fue mucho más favorable respecto a las lluvias y apenas logró ni el 50% de la precipitación esperable. Tan solo en el Prepirineo y Pirineo occidental llovió dentro de la normalidad. Dentro del habitual período de lluvias, las tormentas de mayo dibujaron un mapa muy irregular, con acumulaciones inferiores a la media especialmente en Poniente y en el extremo noreste.

Junio fue el único mes lluvioso, sobre todo en Poniente, en el centro y noroeste del país, con porcentajes superiores al 170% en muchas zonas, pero no de forma general, ya que en la mayor parte de litoral fue seco . Julio presentó pluviometría en general escasa y sólo resultó lluvioso en Ponent.

Agosto fue seco en general. Septiembre presentó déficit, especialmente en puntos del Pirineo, y sólo el extremo más meridional del país recibió abundantes precipitaciones. Especialmente grave fue la escasa pluviometría de octubre, dado que es en este mes cuando se concentra climáticamente el máximo de precipitación anual, y en cambio amplias zonas del noreste registraron una precipitación inferior al 30% de la media.

Calor anómalo

Respecto a la temperatura, el mes de diciembre ha seguido con la tónica general del 2023. Ha sido un mes cálido en todas partes, especialmente en la alta montaña, con valores por encima de los 2,5 grados. En cambio, en zonas bajas de la depresión central y del noreste, diciembre ha sido normal en cuanto a la media de temperatura.

Varios sistemas frontales han afectado fundamentalmente al Pirineo occidental con varios episodios de nieve durante la primera quincena de diciembre pero, a partir del día 14, las altas presiones, persistentes hasta finales de mes, han inhibido el paso de perturbaciones y han provocado una situación de inversión térmica bien marcada, con temperatura más baja en el fondo de los valles que en la alta montaña, con niebla persistente y en algunos casos con escarcha.

En 2023 ha tenido nueve meses de carácter cálido, sólo con las excepciones de enero, febrero y mayo. La temperatura media de los meses de marzo y abril, así como del período de siete meses de entre junio y diciembre, fue claramente superior a la normal climática y se registraron valores de 2 grados superiores  de anomalía de forma bastante general en todo el país.

En algunas zonas se produjeron valores de anomalía 3 grados superiores sobre la media climática. Estas temperaturas elevadas se dieron en septiembre, en el Pirineo occidental; en octubre, en buena parte del centro y norte, provocando en muchos lugares que fuese el segundo mes de octubre más cálido desde que hay registros; y en noviembre, en el macizo del Puerto, puntos del Baix Camp y de las Garrigues.

Los valores más altos han superado el umbral de los 18 grados de media en el litoral y prelitoral del tercio sur, en el Tarragonès y en el litoral Central. En el otro extremo se sitúan las zonas de mayor altitud, por encima de los 2.500 metros, que han tenido una temperatura media anual en torno a los 3,5 grados.

Episodios extremos

Este recién acabado año también ha registrado diferentes episodios extremos. El Meteocat constata que durante la segunda quincena de enero hubo un episodio de frío intenso, y heladas casi generales en Cataluña. En marzo, se registraron cuatro días, del 10 al 13,  con temperaturas excepcionalmente elevadas, con récords de temperatura máxima en puntos de la costa y del interior para un mes de marzo.

A finales de abril también se produjo un episodio de calor extraordinario que acabó con tormentas en el norte de Catalunya. Entre el 29 de junio y la madrugada del 30 se registró un episodio de tormentas generales que acumularon más de 100 metros cúbicos de lluvia en el Bages.

El 11 de julio se registraron temperaturas máximas de hasta 41 grados en Ponent. El 10 de agosto, un nuevo pico en el valle del Ebro hizo que se registrasen 43 grados, y el 1 de octubre la temperatura registrada superaba los 30 grados en buena parte de Cataluña.

El más cálido a escala global

El 2023 ha sido el año más cálido en la serie centenaria del Observatorio del Ebro. La temperatura media del año, 19,6 grados, desbanca al 2022, que registró una media de 19,5 grados. Por contra, en el observatorio Fabra de Barcelona, la temperatura media de 2023 fue de 17,8 grados, y no superó la del año 2022, que fue de 18,1 grados.

Sin embargo, a escala global, 2023 quedará probablemente como el año más cálido. Los datos constatan que el 2023 será con toda probabilidad el año más cálido jamás registrado a escala planetaria, mientras que en Europa sería el segundo, muy próximo a 2020 que sería el primero.

Los resultados observados en Cataluña están en la misma línea que los publicados hasta ahora por el Programa Copernicus de Observación de la Tierra, impulsado por la Unión Europea.