Internacional

¿Llega el momento de la negociación? La UE teme un conflicto enquistado y podría acercar a Zelenski a una mesa con Putin

Zelenski camina junto a Macron.
EFE

Ninguna guerra es eterna y la invasión rusa de Ucrania va camino de los dos años sin que las partes se hayan movido demasiado desde hace meses. Vladimir Putin ha lanzado nuevos ataques masivos en el inicio del 2024, pero la partida parece seguir en tablas; y casi nadie acepta que la guerra se cronifique. Los aliados de Kiev insisten de puertas hacia fuera que el apoyo seguirá "el tiempo que sea necesario" pero hacia dentro reconocen que el apoyo es finito: el respaldo militar y la ayuda económica no son infinitos. Por eso ya empieza a haber voces que se mueven en otras direcciones. ¿Será el 2024 el año de negociaciones entre Putin y Zelenski?

Sergio Príncipe, doctor y profesor de la Universidad Complutense de Madrid especializado en UE, explica a 20minutos que la posibilidad de las negociaciones va tomando cada vez más cuerpo, pero el factor tiempo es importante. "En ese contexto, o aceleran el paso antes de las elecciones al Parlamento Europeo para que un posible auge de la extrema derecha no complique la retórica y la pedagogía que habría que hacer al respecto", resume. Es decir, la opción tendría que tomar bastante cuerpo durante los próximos seis meses para que se pueda considerar como un escenario manejable desde el punto de vista de la UE.

No obstante, para Príncipe existe otra posibilidad, que pasar porque el asunto quede "desmarcado del resultado electoral" de junio. Puede elegir la UE, comenta, distanciarlo de lo que digan las urnas "para que no haya enlace causa-efecto entre la presencia de partidos de extrema derecha orbanistas y melonianos -en referencia a la posición de los gobiernos húngaro e italiano- en la Eurocámara y una posible negociación". Además, avisa de que la imagen de unas conversaciones Rusia-Ucrania "no puede pasar por alto las exigencias" que tenga Zelenski, aunque eso parece algo irrenunciable en los movimientos que pueda hacer el eje franco-alemán.

Esa posible división en la UE, comenta el profesor, es algo que "Putin está deseando" porque de momento, a nivel de mensaje, "las sanciones han sido como cosquillas" para el Kremlin. Aunque se abra la posibilidad de una negociación, reconoce Príncipe, "todavía hay muchos cabos sueltos" y algunas preguntas por resolver. Por ejemplo, "hasta qué punto Kiev estaría dispuesto a aceptar a renuncias para negociar, por mucho que lo impulsen Berlín-París-Bruselas". Esa fórmula, en parte, ya se intentó tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014 y puso unas bases tan endebles que no sirvieron para frenar la invasión en 2022.

Por su parte, Daniel Gil, analista en The Political Room, sostiene que la clave va a ser Estados Unidos, por mucho que Berlín y París se quieran mover -como hicieron para los acuerdos de Minsk en 2015-. "Desde el inicio de la guerra ha habido una división de tareas entre la UE y Estados Unidos, con estos encargándose del apoyo militar y la Unión centrada en el respaldo financiero", expresa el analista. Esto hace que la UE no pueda hacer frente "a las dos cosas, es imposible".

"El apoyo de EEUU ya se ha reducido", recuerda Gil y por eso "todo apunta a que el tiempo de la guerra corre en contra de Ucrania". La pregunta es si ya es tiempo de empezar unas negociaciones. "Todavía están bastante lejos, pero esto no es solo cuestión de presionar a Ucrania; Rusia también tiene que querer negociar". En ese juego a varias bandas la situación se vuelve más compleja. "Sí que parece que las presiones van a llegar, ya no solo por parte de la UE, sino también por EEUU". Quizá en este sentido el hecho de que se hayan abierto negociaciones para la adhesión de Ucrania a la Unión Europea sea una contraprestación para que Zelenski suavice su postura y se abra a negociar, aunque las fuentes consultadas por este medio niegan tal extremo.

De momento, Rusia ha mantenido en los últimos días una importante ofensiva que ha dejado unos 90 muertos, según las cifras compartidas por Naciones Unidas. Esa es la foto actual de una guerra que va a trompicones, después de una contraofensiva ucraniana que no ha tenido el resultado esperado y con Moscú atacando por rachas. Mientras, los aliados de Kiev, sobre todo Polonia, pide que sigan los suministros de armas a Ucrania por parte de la UE y de Estados Unidos, y reclaman además que se sigan aprobando sanciones contra Rusia.

Por lo pronto, los 27 ya han pactado un total de doce paquetes de medidas restrictivas, con el foco puesto en los diamantes y los bienes de lujo ya en último término. Cuando se pregunta por nuevas sanciones, en Bruselas dejan un mensaje claro: ahora el ritmo en las medidas es más bajo porque la atención está puesta primero en que las ya aprobadas tengan un efecto sobre la economía rusa y, segundo, en que el régimen de Putin no encuentre vías para burlar las sanciones. El reloj mientras corre, el conflicto no tiene visos de resolverse a corto plazo y las alternativas aparecen. La mesa de negociación vuelve a ser una, por lejana que se vea de momento.

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