El hermano menor de Fran y Cayetano Rivera, Julián Contreras, de 37 años, ha entrado al ataque más contundente para responder a los comentarios que el mayor hizo en el programa ¡De Viernes!, desvelando las veces que le ha dejado dinero y que no le ha devuelto. Hasta que han dejado de hablarse.
Contreras, en una exclusiva que da la revista Lecturas se despacha contra Fran sin ahorrarse calificativos. Lo denomina clasista, machista, acomplejado por su altura, celoso ("casi rozando la patología"), cobarde, materialista, ignorante, simple, negacionista, oportunista y revanchista.
Cada adjetivo va acompañado de situaciones que Fran ha protagonizado, como no saber hacer los deberes con su hija, tener una obsesión por el dinero fuera de lo común; aceptar que se reenvíen vídeos sexuales no consentidos...
Todo un rosario de descalificaciones, solo superado por sus críticas demoledoras hacia cómo se desentendió de su madre, Carmina Ordóñez, en sus adicciones y problemas con la droga, que finalmente le costaron la vida con 49 años.
"Francisco no ha estado para ayudar a mi madre nunca porque la situación de mi madre le perjudicaba socialmente. El tema de las adicciones generaba un ruido que no le era favorable. Mi hermano siempre ha sido la víctima de vivir de cara a la galería".
Para Julián, las declaraciones de Fran acerca de esto, tildando a su madre de una adicta sin posibilidades de recuperación, son imperdonables. "Él, poco menos, está poniendo a nuestra madre de yonqui, socialmente. No se lo perdono". Y recupera una frase que Fran le dijo a su hija: "Yo le digo a mi hija que haga lo que quiera, menos meterse droga, como su abuela". ¿Eso es lo que le dices a tu hija de su abuela, no le dices nada más?".
Respecto al dinero que Fran le prestó durante un tiempo y él no le devolvió, Julián es también muy categórico. "Está obsesionado con el dinero, es un enfermo del dinero. La avaricia es su mayor enemigo". También dice que Fran se negó a participar en los pagos durante el ingreso de Carmina en una clínica de desintoxicación. Julián tenía entonces 17 años y dice que utilizó la herencia de su abuelo, el torero Antonio Ordóñez, para poder sufragar los costes, así como los del piso donde vivía con ella, en Madrid.
Entra también en el terreno de los malos tratos, que él le contó a Fran y que este no quiso ver porque Carmina se los había negado en una llamada telefónica.
Contreras habla de su propia depresión, que casi se lo lleva por delante en los dos años que duró y de cómo Fran no se ocupó de él. "Es un negacionista de la salud mental. La depresión la relaciona con la vagancia y la indolencia. Yo terminé tomando la misma medicación que mi madre, lo cual fue sicológicamente muy duro".
Julián vaticina para su hermano mayor la soledad. "Tiene una corte de quitapelusas y lamebotas alrededor que siempre ha sido muy negativa para él y para su equilibrio emocional. Le espera una soledad considerable".
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