200 años de la Policía Nacional

El pasado sábado celebramos en Valencia el bicentenario del nacimiento de la Policía Nacional con el izado de nuestra bandera en la plaza que une la Alameda con la Avenida de Francia. Fue el primero de una serie de homenajes que recibirán nuestros agentes de policía a lo largo y ancho de nuestra Comunitat.

El reconocimiento llega en un momento muy oportuno. Nuestra Policía cuenta con todo el reconocimiento y el cariño de nuestra sociedad por el enorme trabajo que hace para garantizar nuestra seguridad. Por desgracia no ocurre igual en ‘las alturas’, donde se cuece todo. Solo hay que ver el trato que le han dispensado algunos desde que se comenzó a hablar de la amnistía. Por no hablar de lo ocurrido la pasada semana con la negociación PSOE-Junts y las competencias en materia de Inmigración.

Afirma la delegada del Gobierno en la Comunidad VAlenciana, Pilar Bernabé, que la Policía Nacional es un orgullo para nuestro país y una referencia a nivel internacional. Totalmente de acuerdo. No estaría de más, sin embargo, que se lo recordara a los dirigentes de su partido, que con el pacto de investidura han puesto en entredicho algunas de las actuaciones de nuestros agentes para salvaguardar el orden constitucional en Cataluña.

No estaría mal tampoco que otros recordaran que ETA asesinó a unos 150 policías nacionales. Sí, algunos que justifican las bondades de llegar a acuerdos con una formación política por su carácter progresista. Y tampoco estaría mal que otras formaciones dejen de presentarse como portavoces o defensores de nuestra Policía por mero interés electoral. Nuestros agentes trabajan por el bien común y no se identifican con ideología alguna. Flacos favores les hacen.

Nuestra Policía cuenta con todo el reconocimiento y el cariño de nuestra sociedad por el enorme trabajo que hace para garantizar nuestra seguridad

La Policía Nacional nació justo cuando comenzó a construirse, que no fraguar, el Estado en que convivimos todos. Sus agentes son buenos exponentes de tantos españoles que trabajan por todos nosotros desde un Estado que hoy es una triste moneda de cambio.