La radiación solar, el viento y la humedad, los factores a tener en cuenta para proteger a nuestros loros del frío en invierno

Un loro durmiendo.
Un loro durmiendo.
SHEILA BROWN / PUBLIC DOMAIN PICTURES
Un loro durmiendo.

Las nevadas ya han azotado nuestro país y el frío parece haber llegado para quedarse una temporada, dando comienzo a las semanas con las temperaturas más bajas del invierno, algo que también afecta a nuestras mascotas, especialmente a aquellas que mantenemos en espacios exteriores dentro del hogar, como las aves.

De hecho, con la llegada del otoño y el invierno muchos tutores de periquitos y otros loros se preocupan de lo que les pueda ocurrir a sus pequeñas aves y se hacen preguntas (o no) partiendo de ideas preconcebidas que pueden llevarnos a equivocarnos. "Mucha gente los considera mucho más delicados de lo que son y la realidad es que resisten bastante bien el frío" asegura Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas que viven en condiciones de cautividad.

No obstante, esta resistencia de la que habla el experto en psitácidas solo se da si nuestras aves están sanas y cuentan con todo su plumaje, ya que es lo que las ayuda a mantener el calor corporal y a regular su temperatura.

"Como generalmente se tiene la idea de que son animales de climas tropicales, se da por hecho que tienen que estar entre los 25 y los 35 grados, lo cual no tiene por qué ser así", detalla Valls. "Que en su hábitat natural estén a esas temperaturas no quiere decir que no se adapten".

La realidad es que, no todos los loros son tropicales, hay algunos que viven en climas subtropicales o templados y algunos incluso en climas con temperaturas cerca de los cero grados en invierno. "En cualquier caso, todos ellos son capaces de adaptarse bastante bien a las temperaturas frías", asegura el cofundador de Avetropic.

"El plumaje les ayuda a protegerse del frío, aunque no quiere decir que no debamos hacer nada para ayudarles a combatirlo", agrega. "Un loro en condiciones normales, es decir, con un plumaje perfecto, podría vivir cómodamente desde los ocho grados y hasta los 30 grados".

En este sentido, el experto en psitácidas explica que lo que es realmente importante es que puedan refugiarse de las corrientes de aire y evitar la humedad (que disminuirá la sensación térmica). "No quiere decir que nuestro loro vaya a morir de hipotermia si no se dan estas circunstancias, pero no van a estar cómodos", comenta.

"Con procurar mantenerlos alrededor de los ocho grados, no debería haber problema con ningún loro", explica Valls. "Siempre, por supuesto, cuidando que haya una adaptación progresiva en el cambio de temperatura, que no baje o suba de forma brusca".

Sabiendo todo esto, ¿qué podemos hacer para ayudar a nuestros loros a protegerse del frío? Si nuestras pequeñas psitácidas viven en interior, no debemos preocuparnos demasiado ya que, en general, la temperatura dentro del hogar no va a bajar lo suficiente como para afectar a nuestros emplumados. 

Sin embargo, si tenemos una voladera en el jardín o una jaula grande en el balcón (o similares), sí podemos hacer algunos cambios en su ambiente para ayudarles a protegerse del frío, el viento y la humedad, empezando por intentar aprovechar el calor del sol durante las horas de luz. 

"Utilizar plásticos, metacrilatos, cristales o materiales de este estilo puede ser muy beneficioso, ya que son fáciles de poner y quitar y ayudan mucho a incrementar la temperatura en los espacios de nuestros loros durante el invierno", aconseja Valls. "Es como montar una especie de invernadero para ellos con su propio microclima, pudiendo cerrarlo y abrirlo dependiendo de las horas del día y la temperatura".

El experto en psitácidas detalla que la radiación solar es un factor importante ya que "cuando cerramos por completo nuestro invernadero el calor se queda mucho más rato dentro". "Por ejemplo, si cerramos a las 18h de la tarde, cuando a las diez de la noche tendría que haber ocho grados, en el espacio de nuestros loros habrá quince", ejemplifica.

No obstante, Valls recuerda la importancia de no tener a nuestros loros siempre cerrados por este tipo de materiales, aunque sean transparentes. "Debemos permitirles que les de el sol directamente, al menos un rato, para que sinteticen la vitamina D, esencial para su salud y bienestar", apunta.

En cualquier caso, también podemos hacer uso de fuentes de calor, como calefactores, aunque el experto en psitácidas solo las recomienda si nos encontramos en una zona donde las temperaturas sean muy muy bajas. "Si baja de los cinco grados, entonces sí es buena idea colocarlos", comenta.

Por último, Valls explica que otro motivo importante por el que debemos techar el espacio de nuestros loros en el exterior es para que no entre agua y para protegerlos de las corrientes de aire. "De esta manera controlaremos más la humedad de su hábitat y el viento, para lo cual tendremos que ir abriendo y cerrando los diferentes lados de su jaula o voladera", concluye.

Inés López
Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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