Barcelona

Aragonès da a conocer un indicador del Govern que señala que los catalanes valoran con un 6,9 su nivel de satisfacción con la vida

Personas paseando por Sort.
ACN

Los catalanes tienen un nivel de satisfacción con la vida de 6,9 sobre 10, según el indicador de bienestar subjetivo, una nueva herramienta que ha presentado este martes el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y que tiene que aportar datos para mejorar las políticas públicas. Han acompañado al jefe del ejecutivo catalán la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, y la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. 

Según el indicador, los catalanes se sienten de media medio punto más felices que el año pasado (6,4), y creen que el próximo año todavía lo serán más (7,1). 

Los principales factores que se han relacionado con la satisfacción con la vida de manera espontánea son la salud (38% de los encuestados), la familia (38%), la situación económica (34%) o el ámbito laboral (33%). La vida personal (28%) y el bienestar emocional (20%) son otros temas que los participantes del informe creen que tienen impacto en su bienestar. El contexto político y global (5%), la vivienda (5%) y la salud mental (3%) son los que menos se han mencionado.

El informe, basado en encuestas a unas 4.000 personas, señala que el sistema sanitario catalán afecta en su satisfacción con la vida en un grado de 8 sobre 10. Se trata del aspecto colectivo al que dan más importancia, seguido de la seguridad ciudadana (7,4), el medio ambiente y la sostenibilidad (7,2), la situación política en Cataluña (6,8), la situación de las mujeres (6,7) y el sistema educativo (6,7).

En cuanto a los ámbitos que derivan en políticas públicas, los participantes en el estudio los suspenden todos, poniendo la situación del catalán en primer lugar (4,6), por delante de la situación de las mujeres (4,5), la ciberseguridad (4,4) y el sistema educativo (4,3). A la cola, se encuentran la situación política en Cataluña (3,2), el acceso a una vivienda digna (3,2) y la situación política internacional (3,3).

Vida personal

Por otro lado, la encuesta también recoge que el estado de salud es el aspecto de la vida personal que afecta más al nivel de satisfacción general, en un nivel de 8,8 sobre 10. La vida familiar (8,6), el tiempo que disponen para la familia (8,4), la vivienda (8,3) y la educación (8,3) también son ámbitos especialmente importantes.

En cuanto a qué grado de satisfacción tienen personalmente sobre estos aspectos, la educación (7,5), la vida familiar (7,4), el ambiente de trabajo (7,1) y la vivienda (7,1) encabezan un ranking, que cierra el tiempo dedicado al deporte o actividades físicas (5,5), la situación económica (5,9) y las condiciones económicas del trabajo (6,0).

A más ingresos, más felicidad

Los encuestados coinciden en destacar ampliamente la economía como el aspecto que podría incrementar el nivel de satisfacción con la vida. De hecho, la vulnerabilidad económica tiene especial influencia en la satisfacción con la vida, que se reduce a medida que disminuye el volumen de ingresos mensuales. Mientras que quienes viven en hogares que superan los 5.000 euros al mes de ingresos se sitúan en el 7,5 de felicidad, quienes no llegan a 1.000 euros se quedan en el 6. Además, los que tienen problemas para llegar a final de mes o para comprar productos para una alimentación equilibrada no llegan al 5.

La vivienda es otro ámbito clave, puesto que las personas con riesgo de perderla o con peligro de sufrir un corte de suministros energéticos están alrededor de los 4 puntos, mientras que quienes no tienen ningún problema de este ámbito superan el 7. Del mismo modo, quienes viven en un piso propio pagado son los más satisfechos, con un 7,2, mientras que los que viven de alquiler (6,6) o alquiler compartido (6,4) lo están menos.

Jubilados y parejas con hijos menores, los más felices

En conjunto, el grado de felicidad de los dos géneros es prácticamente idéntico, mientras que por edades, los jóvenes de 18 a 29 años son los que se muestran menos optimistas (6,5), pero la satisfacción crece a medida que pasan los años. Tanto es así que los más mayores de 65 años lideran el ranking (7,2). La gente con un nivel de estudios alto también tiene mayor bienestar que el resto.

Por colectivos, las personas jubiladas o pensionistas (7,2) son quienes tienen un nivel de felicidad más alto, seguidas de quienes tienen un trabajo remunerado (6,9). Las personas paradas son las que tienen un valor más bajo (5,8). Además, los trabajadores públicos (7,2) superan ligeramente a los asalariados en el sector privado (6,8) y a los autónomos (7,1).

En cuanto a composiciones familiares, las parejas con al menos uno de los dos miembros de más de 65 años y las parejas con hijos menores de edad son quienes están más a gusto con su vida, y quienes viven en un hogar monoparental con un menor a cargo son quienes lo están menos (6,1).

La cultura y el deporte incrementan la satisfacción

El indicador de bienestar subjetivo, que prevé más olas de encuestas durante el año para llegar a 10.000 personas, también muestra que la cultura y el ocio también tienen un impacto. Por ejemplo, las personas que van al cine, a conciertos o a otras actividades culturales y artísticas como mínimo una vez al mes sitúan su grado de satisfacción en más de un 7, mientras que quienes nunca van se quedan en, aproximadamente, el 6,5. En la misma línea, hacer deporte o leer cada día también eleva la felicidad hasta el 7,3, y no hacerlo nunca la deja en el 6,4.

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