Conmoción entre los vecinos del pakistaní detenido por el crimen de Morata: "Ya no tenía dinero ni familia"

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Vecinos del presunto asesino del crimen de Morata de Tajuña.
20MINUTOS
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Dilawar Hussain Fazal Chouhdary, el presunto asesino del triple crimen de Morata de Tajuña, había cambiado mucho en los últimos meses y su aspecto se había deteriorado visiblemente. Así lo atestiguan algunos de sus vecinos, que coinciden en que Dany (con ese nombre le conocía la mayoría de ellos) era una persona "muy educada y agradable", pero cuya vida se había derrumbado por completo.

"Dany era un hombre muy educado y que se reía mucho. Yo iba muy a menudo a su locutorio con una amiga, que siempre bromeaba con él diciéndole si quería ser su novio. Era muy risueño y vestía de forma elegante, pero últimamente se había deteriorado bastante y estaba casi irreconocible. Mi hijo, que lo vio el otro día, me dijo que parecía un pordiosero", relata a 20 Minutos Mireia, inmigrante venezolana que reside a escasos metros de la casa que Dilawar compartía desde hacía solo unos meses con varios compatriotas pakistanís, en el número 41 de la avenida del Ejército de Arganda del Rey.

Mireia, otra vecina de Dilawar Hussain, al que conocía como Dany.
Mireia, vecina de Dilawar Hussain, al que conocía como Dany.
JOSÉ GONZÁLEZ

Uno de las últimas personas que lo vio antes de que este lunes se entregara a la Policía como autor confeso del crimen fue Mavia, un joven compatriota pakistaní que regenta otro locutorio en Arganda. Recuerda que le preguntó si se había enterado del crimen de Morata, pues sabía que Dilawar había estado viviendo un tiempo en casa de las víctimas. "Me dijo que sí se había enterado y que le daba mucha pena, que sentía mucho lo que había pasado", dice Mavia, que en ningún momento sospechó que su colega podía ser el asesino.

"Su aspecto había empeorado mucho, creo que el paso por la cárcel lo cambió todo para él porque empezó a fumar hachís y se le notaba desmejorado. Le vi en el parque al que solemos ir a jugar al cricket y me preguntó si podía jugar, pero le dije que ese día estaban los niños y que mejor quedábamos para el día siguiente, pero ya no vino", relata.

Mavia incide en que el paso por la cárcel acabó de hundir a Dilawar tras haber perdido todo su dinero: "Sé que en Pakistán tenía una mujer y dos hijos a los que pensaba traer a España antes de que pasara todo esto porque ya estaba tramitando los papeles, pero cuando su familia se enteró de que estaba en la cárcel acabaron discutiendo mucho y se distanciaron. Ahora no tenía dinero ni trabajo ni familia, iba pidiendo a todo el mundo".

El encuentro con sus víctimas cambió su vida

Quienes le conocen aseguran que Dilawar llevaba una vida muy normal trabajando en un locutorio del centro de Arganda y que acudía de vez en cuando a la mezquita. Todo iba bien hasta que conoció a las hermanas de Morata, Amelia y Ángeles, quienes acudían habitualmente a su establecimiento para enviar dinero a unos presuntos novios americanos sin saber que estaban siendo víctimas de una estafa amorosa.

Poco a poco entablaron amistad con Dilawar y le convencieron para que les prestara alrededor de 30.000 euros para enviárselos a sus novios imaginarios. A cambio, le prometieron al ahora detenido que le devolverían el doble de esa cantidad cuando sus pretendientes virtuales cobraran una herencia que estaban esperando.

Por supuesto, todo era una gran mentira. Las hermanas estaban siendo estafadas y ellas mismas hicieron partícipe de esa estafa a Dilawar, que sacó los 30.000 euros del crédito que tenía en compañías de transferencias monetarias, como MoneyGram o Western Union, muy utilizadas en los locutorios para enviar remesas de dinero al extranjero. Es decir, Dilawar se endeudó y lo perdió todo.

El presunto asesino tuvo que cerrar el locutorio y se fue a vivir con las hermanas a Morata de Tajuña, a la espera de una herencia inexistente que jamás iba a llegar. Cuando descubrió que las hermanas habían sido engañadas, y por consiguiente él también, comenzó a amenazarlas para que le devolvieran el dinero y en febrero de 2023 llegó a agredir a una de ellas con un martillo, motivo por el que pasó un tiempo en prisión hasta que quedó en libertad el pasado mes de septiembre. Desde entonces, sin dinero ni trabajo, malvivía en Arganda en una casa compartida medio en ruinas y pidiendo dinero a los pocos amigos que le quedaban.

El locutorio de Dilawar Hussain en Arganda, cerrado desde 2022.
El locutorio de Dilawar Hussain en Arganda, cerrado desde 2022.
JOSÉ GONZÁLEZ

Manuela Redondo, trabajadora de la limpieza de 43 años, vive en la casa contigua a la de Dilawar y, aunque no conoce personalmente al presunto asesino de Morata, asegura que sus vecinos pakistanís nunca le han dado problemas: "Algunas veces hacen ruido, pero son todos muy correctos, siempre saludan por la calle y nunca se escuchan peleas ni nada por el estilo. Viven siete u ocho en esta casa y la mayoría trabajan repartiendo publicidad por los buzones. Cuando me enteré de lo que había pasado no me lo podía creer, nunca habría pensado que uno de ellos podía matar a alguien".

También fue una gran sorpresa para Alina, otra vecina de origen rumano que vive al lado de los pakistanís con sus dos hijas y su madre. "La verdad es que tengo un poco de miedo después de lo que ha pasado porque no tenemos ningún hombre en la casa y estamos un poco asustadas", afirma. Curiosamente, Alina cuenta que escribe novelas "en las que hay muchos crímenes" mientras muestra varias de sus obras frente al portal de su casa: "Yo estoy acostumbrada a hablar de crímenes en mis libros, pero nunca imaginas que vas a tener a un asesino de verdad viviendo en el piso de al lado".

Alina muestra los libros que ha escrito frente al portal de su casa.
Alina muestra los libros que ha escrito frente al portal de su casa.
JOSÉ GONZÁLEZ

La Guardia Civil investiga ahora si Dilawar actuó solo o contó con la ayuda de un cómplice. Los agentes sospechan que algún conocido suyo, posiblemente uno de sus compañeros de piso en Arganda del Rey, le trasladó en coche desde esa localidad hasta la residencia de sus víctimas, en Morata de Tajuña, el día del crimen. De hecho, sus vecinos cuentan que desde que Dilawar fue detenido, uno de sus compañeros de piso está en paradero desconocido. Asimismo, la Guardia Civil investiga de donde procede el bidón de gasolina con el que el presunto asesino pretendía quemar los cadáveres.

El detenido ha pasado la noche en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos y previsiblemente pasará este miércoles a disposición judicial. Sin embargo, tras recibir el asesoramiento de una abogada, ha decidido rectificar su confesión inicial de culpabilidad y ahora ha optado por declararse inocente.

Jacobo Alcutén
Redactor '20minutos'

Licenciado en Periodismo por la Universidad Internacional de Catalunya. Diplomado en Ciencias Empresariales. Máster en Banca y Finanzas en la UPF Barcelona School of Management. Periodista en 20 Minutos desde el nacimiento de este periódico en el año 2000.

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