Mark Ruffalo recuerda por qué tardó una semana en contarle a su mujer que tenía un tumor cerebral

Sunrise Coigney y Mark Ruffalo
Sunrise Coigney y Mark Ruffalo.
Chris Pizzello / Getty
Sunrise Coigney y Mark Ruffalo

Desde este pasado martes, Mark Ruffalo es un actor cuatro veces nominado al Oscar. La más reciente, y nuevamente como secundario, por su papel en Pobres criaturas, de Yorgos Lanthimos. Y sin embargo es muy difícil que no considere que su papel más difícil fue tener que contarle a su esposa, Sunrise Coigney, que tenía un tumor cerebral.

Los hechos se produjeron en el año 2001, justo cuando la también actriz acababa de dar a luz al primero de los tres hijos de la pareja, Keen, tal y como el propio intérprete de Shutter Island, Zodiac o Begin Again ha contado en su visita al pódcast que presentan Jason Bateman, Sean Hayes y Will Arnett, Smartless.

Ruffalo ha explicado que descubrió que padecía este tumor cerebral, del tamaño de una bola de golf, cuando Coigney estaba "prácticamente de nueve meses y medio de embarazo, por lo que el bebé estaba a punto de nacer". Por ello, decidió esperar a que naciese Keen, en el mes de junio, para decírselo.

"Yo estaba como 'No puedo [contárselo]' y ella ya pensaba 'Oh Dios mío, ¿otra vez él? ¿Todo tiene que ser sobre él?'. Así que, sencillamente, no pude guardármelo más", ha rememorado el intérprete de Hulk en el Universo Cinematográfico de Marvel, añadiendo que había pasado solo una semana desde que había dado a luz.

"Al principio, cuando se lo conté todo a Sunny, ella se pensaba que yo estaba bromeando. Pero luego ya rompió a llorar y me dijo: 'Siempre supe que ibas a morir joven", ha dicho Ruffalo, que ha reconocido que fue un comentario que le hizo mucha gracia y que "podría haberse reído" justo después de que dijera eso, pero que no lo hizo.

A Ruffalo le habían diagnosticado un schwannoma vestibular benigno, y lo más curioso es que él justo había soñado "intensamente" que tenía un tumor cerebral. El día que se lo contó a su esposa era la noche anterior a que tuviese que "reunirse con el neurólogo".

"Me desperté probablemente alrededor de las 3 de la madrugada porque había tenido este sueño loquísimo que no se parecía a ningún otro sueño que hubiera tenido. Porque no era como si tuvieras un tumor cerebral o siquiera una voz [que te lo dijese]: era simplemente conocimiento puro; tengo un tumor cerebral y tengo que lidiar con él de inmediato", ha recordado.

Él no tenía más que una infección de oído, pero de todos modos fue al médico, donde le hicieron una tomografía computarizada. "La enfermera llama al médico y yo los oigo hablar en la otra habitación. Ella entra, como un zombi, y me dice: 'Tienes una masa detrás de la oreja izquierda del tamaño de una pelota de golf, no sabemos qué es y no podemos saberlo hasta que hacer una biopsia", ha detallado.

Aunque descubrieron que el tumor era benigno, Ruffalo tuvo que ser operado para extirpar dicha masa, lo que prácticamente lo dejó sordo en su oído izquierdo. "[Estoy] Completamente sordo de un oído. Cuando desperté, el lado izquierdo de mi cara estaba paralizado. Ni siquiera podía cerrar el ojo. Hablaba por las comisuras de mi boca", ha continuado.

Finalmente, la parálisis facial desapareció tras un año más o menos, pero su audición no mejoró. "Llévate mi audición, pero déjame conservar la cara y ser el padre de estos niños", ha recordado que fueron sus pensamientos. Ruffalo, de 56 años, y Coigney, de 51, se conocieron en 1998, se casaron en el 2000 y, además de Keen, que ahora tiene 22 años, comparten otras dos hijas: Bella Noche, de 18 años, y Odette, de 16.

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