El plan de Escrivá para el sector público: una administración 'a la nórdica', sin cita previa obligatoria ni tasas de reposición y con IA

José Luis Escrivá quiere emprender una reforma a fondo de la administración pública del Estado a través de las nuevas tecnologías digitales. Un lavado de cara a una administración central que en algunos aspectos sigue anclada en formas y métodos más propios del siglo XIX  con la inteligencia artificial como uno de los grandes protagonistas. El objetivo es diseñar una administración estatal con los estándares de calidad de las democracias escandinavas, sin cita previa obligatoria y sin tasas de reposición de personal a partir de 2025. 

Estas son las líneas maestras que el nuevo ministro de Transformación Digital y de la Función Pública ha presentado este miércoles en el Congreso de los Diputados. Escrivá ha tomado el relevo a María Jesús Montero como encargado de dirigir la política de la administración central con un claro enfoque orientado a la modernización del sector público estatal a través de la digitalización. 

El espejo en que mirarse es el de las democracias nórdicas, cuya administración obtiene las mejores calificaciones en las encuestas internacionales de satisfacción con los servicios públicos. "Nos queda todavía recorrido para llegar a parecernos a los mejores de la clase", ha señalado Escrivá.

Para emprender esa modernización de la administración, el nuevo ministerio pondrá el foco en la renovación de las plantillas, diezmadas por el envejecimiento de los empleados públicos y las escasas tasas de reposición del personal aplicadas tras la gran crisis financiera de 2008. Para afrontar esta situación, Escrivá plantea acabar con el actual sistema de reposición a partir de 2025 y transitar hacia un modelo más adaptado a las necesidades de prestación de servicios que tiene el Estado. 

Según trasladan fuentes de su departamento, el objetivo debe ser revertir la pérdida de personal que se produjo durante la gran crisis de 2008 y homologarse a la media de empleo público de la OCDE, un nivel que España no alcanza actualmente. Una plantilla que se rejuvenecerá y que se diseñará con una nueva composición.

Fin de la cita previa obligatoria

Otra de las novedades que Escrivá quiere introducir en el sector público estatal es el fin de la cita previa obligatoria para acceder a los servicios públicos de forma presencial. Para acabar con esta exigencia en determinados servicios, su departamento impulsará una reforma de la ley de procedimiento administrativo que revise el artículo 14 de la norma, en el que se establece esta posibilidad. Fuentes de Función Pública señalan que la cita previa seguirá siendo una herramienta de trabajo y organización, pero no debe ser obligatoria. En este sentido, añaden que la atención presencial para ciertos ciudadanos -sobre todo los más mayores y vulnerables- no tiene sustituto.

A nivel de recursos humanos, Función Pública quiere introducir más flexibilidad en la gestión de personal. Escrivá pretende que los gestores tengan más autonomía a la hora de diseñar y organizar las plantillas, con menos controles ex ante y más evaluación a posteriori. 

Una de las grandes novedades en el ámbito organizativo es la creación de una unidad transversal en la administración dotada con recursos humanos suficientes para afrontar perturbaciones externas que necesiten de una intervención pública grande y ágil. El shock que supuso la pandemia y la gestión de los fondos europeos para la administración ha llevado a Escrivá a introducir esta figura, inspirada en la Unidad Militar de Emergencias (UME) del ejército. 

Escrivá quiere incorporar a la administración pública usos y costumbres más propios del sector privado. Se impulsará un plan de captación de talento para hacer más atractiva la carrera pública, con un nuevo modelo por niveles y competencias. También se pondrá sobre la mesa la creación de un estatuto del directivo público basado en méritos, competencias y objetivos con evaluación.