En las vastas llanuras áridas de Namibia y de Angola, en el suroeste de África, habita una de las tribus seminómadas más fascinantes y distintivas del continente: los himba. Son conocidos por su característico color rojizo de la piel, que se debe a una mezcla de ocre, ceniza y grasa animal que las mujeres se aplican a diario.
Las mujeres son las responsables de las tareas que requieren más mano de obra en la vida cotidiana, como llevar el agua a la aldea, el mantenimiento de las chozas redondas hechas de ramas del árbol mopane, arcilla y estiércol de vaca, de la recolección de la leña, cocinar y servir las comidas, ordeñar al ganado y también son las responsables de la educación de los hijos.
Los himba viven en pequeñas aldeas-base donde mantienen al ganado, predominantemente formado por ovejas y cabras, y cultivan maíz y mijo, ingredientes importantes en su alimentación, pero si las precipitaciones estacionales no son favorables, no dudan en mudarse en busca del acceso al agua.
Origen y cultura de los himba
Los himba son los únicos indígenas seminómadas que quedan en Namibia, y en la actualidad hay una población estimada de 50.000 habitantes. Sus orígenes se remontan a las regiones central y occidental de África.
A diferencia de muchas comunidades nativas, los himba han preservado sus costumbres ancestrales, incluyendo su vestimenta característica, compuesta por taparrabos y minifaldas elaboradas con piel de animales.
La estructura social de los himba se basa en clanes familiares liderados por un jefe masculino, quien toma decisiones importantes relacionadas con la comunidad y la supervivencia del grupo. La poligamia está permitida y cada hombre puede casarse con varias mujeres.
Su cultura se basa en la ganadería, la agricultura y la caza. Espiritualmente son animistas, creen en un dios supremo llamado Mukuru y también dan mucha importancia al culto de sus antepasados, que juegan un papel importante en su vida.
Vestimenta y costumbres
Una de las características más visibles de los himba es el color rojizo de su piel y cabello, que proviene de una mezcla de grasa animal, ceniza y de arcilla roja que llaman 'otjize', una sustancia natural que utilizan como protección solar y repelente de insectos. Esta práctica no solo tiene beneficios prácticos, sino que también desempeña un papel importante en la identidad cultural y la belleza estética de la tribu.
Son considerados un pueblo muy hospitalario, abierto y simpático, que siempre está dispuesto a recibir a los visitantes. Es habitual que las visitas sean invitadas a participar en las actividades cotidianas o a compartir mesa, algo que consideran un gran honor que no debe ser menospreciado.
Tanto es así que la Embajada de la República de Angola en España tiene una recomendación muy peculiar en su página web: "Si se tiene la intención de conocerlos, hay que tener en cuenta que no aceptar algo de lo que te ofrezcan es considerado una enorme falta de respeto".
En la actualidad, la población himba está disminuyendo. Esto se debe a varios factores, como la migración a las ciudades, la crisis climática y la globalización. Sin embargo, los himba siguen siendo un pueblo orgulloso de su cultura, y están trabajando para preservarla para las generaciones futuras.
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