Educación ultima el primer cambio de calado para el curso próximo: el distrito único

  • La Conselleria da la vuelta al sistema del Botànic y primará tener hermanos, renta o discapacidad al elegir centro. 
  • La medida divide a la comunidad educativa: de "libertad de las familias" a modelo "segregador".
Archivo - Una professora acompanya a alumnes d'Educació Primària en un aula del col·legi de València (arxiu)
Alumnos en un colegio público de Valencia.
Jorge Gil - Europa Press
Archivo - Una professora acompanya a alumnes d'Educació Primària en un aula del col·legi de València (arxiu)

El cambio de rumbo en el modelo educativo valenciano tras el giro político en la Generalitat del pasado año se visualizará el próximo curso, el primero que podrá diseñar desde cero el nuevo equipo de la Conselleria, en dos aspectos fundamentales: la elección de colegio y de lengua vehicular. Mientras Educación trabaja en la modificación a fondo de la Ley de Plurilingüismo del Botànic, la primera medida se visualizará en abril con la admisión escolar, es decir, el proceso para elegir colegio. En este ámbito, el departamento que dirige José Antonio Rovira lleva meses madurando los nuevos criterios que, a modo de resumen, implantarán el distrito único, es decir, primarán factores como tener hermanos en el centro, la renta o la discapacidad sobre la proximidad al colegio. La filosofía del cambio consiste, según la Conselleria, en dar "libertad a las familias" para que decidan qué tipo de centro, de ideario o de proyecto quieren para sus hijos. En cambio, una parte significativa de la comunidad educativa no lo ve así y acaba de iniciar una campaña contra un modelo que considera "segregador" y contrario a la igualdad de oportunidades.

El borrador del decreto incluye lo que fue una promesa electoral del PPCV de Carlos Mazón. La diferencia respecto al modelo anterior es que la zona de influencia será el municipio, y no subzonas más reducidas, lo que ampliará el radio de elección. 

En cuanto a los criterios para la baremación, el proyecto recupera la posibilidad de que cada centro pueda asignar un punto al alumnado con circunstancias específicas determinadas por el consejo escolar, en el caso de los centros públicos, y por el titular en los privados concertados. Estos criterios deberán ser objetivos y serán revisados.

La proximidad del domicilio se valorará con 10 puntos si la residencia del alumno se encuentra en el área de influencia del centro (que ahora pasa a ser el municipio) y con 5 si está en el área limítrofe a la de influencia. Además, se otorgarán hasta siete puntos por cercanía del domicilio laboral al centro docente y 3 en áreas limítrofes.

En cuanto a los hermanos, se adjudicarán 15 puntos por cada uno de los que estén matriculados en el centro solicitado. Cuando los padres vivan en domicilios distintos, se considerará como domicilio familiar del alumnado el de la persona que tenga atribuida la custodia legal del mismo. Si la custodia es compartida, se valorará el domicilio en el que esté empadronado el menor. Además, si uno o ambos padres del menor solicitante trabajan en el centro, se valorará con 7 puntos. El borrador también contempla 4 puntos para personas destinatarias de la renta valenciana de inclusión y 3,5 o 2 puntos por rentas bajas. También habrá puntos extra por familias numerosas o monoparentales, discapacidad y para casos de gemelos y mellizos.

La mesa sectorial en la que se sientan la Conselleria y los sindicatos abordó la propuesta de admisión a finales de diciembre. Ya entonces hubo opiniones encontradas entre los representantes de los docentes. Por ejemplo, el sindicato mayoritario, Stepv, mostró su oposición al entender que "incrementa la segregación escolar" en los territorios en los que se aplica y que favorece la matriculación en centros concertados alejados del lugar de residencia. En cambio, ANPE y CSIF, que no entran a valorar los nuevos criterios, piden que la administración realice una distribución equilibrada del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y que el distrito único no suponga la pérdida de grupos ni de plazas docentes en centros.

La nueva regulación pretende "superar las limitaciones impuestas por un modelo de obligatoria parcelación para pasar a otro en el que las familias tengan la opción de elegir libremente el centro que se ajuste a sus intereses y convicciones, y asimismo tengan opciones reales de poder acceder a dicho centro", explicó en diciembre el director general de Centros Docentes, Jorge Cabo.

Tres fases y simplificación del proceso

La Conselleria ha puesto en marcha este año un "innovador enfoque" en el proceso de admisión, dividido en tres fases: ordinaria, extraordinaria y continua. La ordinaria inicia el proceso estándar, la extraordinaria establece adjudica las plazas que han quedado vacantes en el proceso ordinario, y la fase continua se encuentra abierta durante todo el curso para atender escolarizaciones sobrevenidas. La reducción zonal, además, implica una simplificación del procedimiento y menos carga burocrática para centros y familias, según Educación.

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