El PP tumba la senda de déficit del Gobierno en el Senado y asesta el primer revés a la elaboración de los Presupuestos

La mayoría del PP en el Senado ha tumbado este miércoles los objetivos de estabilidad presupuestaria del Gobierno, en lo que supone el primer revés para la elaboración de las cuentas públicas del Estado para 2024. Estos objetivos —también conocidos como senda de déficit— son un paso previo imprescindible para poder elaborar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) dado que fijan los límites de gasto en que pueden incurrir el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos para elaborar sus cuentas. Ahora, la senda de déficit vuelve al tejado del Gobierno, que cuenta con un plazo máximo de un mes para presentar al Parlamento un nuevo acuerdo. 

La Cámara Alta ha rechazado la iniciativa del Gobierno gracias a la arrolladora mayoría parlamentaria del PP. Por contra, han votado a favor el PSOE y los socios parlamentarios habituales del Ejecutivo, incluido Junts. La sesión ha comenzado con la intervención de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ha acusado al PP de "utilizar" el Senado de forma "partidista" para convertirlo en "un fortín propiedad de un grupo político". Montero ha reiterado su advertencia a las comunidades del PP de que el voto negativo a los objetivos de estabilidad del Gobierno reducirá los límites de gasto permitido para las autonomías.

"Es un sinsentido que la mayoría de esta cámara se emplee a fondo para perjudicar a las comunidades y los ayuntamientos, privándoles de unos objetivos de estabilidad que les ofrecen un mayor margen de actuación para ejercer sus competencias", ha señalado la ministra. "No aprobar hoy estos objetivos de estabilidad es perjudicar a la ciudadanía que dicen representar", ha agregado Montero.

Montero ha afirmado en varias ocasiones en las últimas semanas que si el Senado veta los objetivos de estabilidad en dos ocasiones, el Gobierno aplicará automáticamente las referencias de déficit que se recogen en el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas el pasado mes de abril. La vicepresidenta dice tener un informe de la Abogacía del Estado que respalda su interpretación de la ley de estabilidad presupuestaria, pero el texto no es público ni ha trascendido su contenido.

La réplica del PP ha corrido a cargo del senador Gerardo Camps, que ha cuestionado la existencia del mencionado documento. "¿Existe realmente ese informe o como tantas veces su palabra no vale nada?", ha apostillado el senador. Camps ha calificado los objetivos de estabilidad de Montero como "papel mojado" porque solo habrá presupuestos "si el señor Puigdemont quiere". "La decisión se toma muy lejos de aquí", ha agregado. 

El grupo parlamentario popular ha exigido a la vicepresidenta que presente unos objetivos de déficit como los que la propia Montero defendía cuando era consejera en Andalucía. "Cuando [usted] era consejera, exigía a Rajoy que le diera un 20% [del reparto del déficit] y ahora da a las comunidades un 3% y se queda con el 97%", le ha reprochado Alicia García, portavoz del grupo parlamentario. 

"Si quiere que se los aprobemos traiga unos nuevos objetivos, sea generosa, comparta más con las comunidades y apruebe un fondo que permita atender las necesidades de sanidad, educación y servicios sociales, esto es lo que quiere la gente", ha concluido García. 

El PP dejó claro el pasado lunes que votaría "no" a la senda de déficit, salvo que el Gobierno se atuviera a una serie de exigencias. Entre ellas, una rebaja fiscal en IRPF e IVA, mayor margen de gasto para las comunidades autónomas, respeto a su autonomía normativa y un fondo para financiar sus servicios públicos. Montero replicó el martes que esas condiciones eran "imposibles" e "inviables". 

Vuelta al punto de partida

El revés del Senado a la elaboración de los presupuestos no es definitivo. La negativa de la Cámara Alta a aprobar los objetivos de estabilidad devuelve la pelota al tejado del Gobierno, que dispone de un mes de margen para volver a presentarlos a las dos cámaras.

En caso de que el PP volviera a rechazarlos por segunda vez en el Senado, se abre un escenario de incertidumbre que no tiene precedentes en los 12 años que lleva en vigor la ley de estabilidad presupuestaria. Pese a que Montero está convencida de que su plan es viable, la situación es inédita. La salida lógica sería recurrir a unos objetivos de estabilidad aprobados con anterioridad, pero eso no es posible porque las reglas fiscales estuvieron suspendidas entre 2020 y 2023.