OPINIÓN

El oso de Svalbard

Oso polar preparado para saltar del bloque de hielo
Imagen de archivo de un oso polar
Getty
Oso polar preparado para saltar del bloque de hielo

La imagen ganadora del concurso de fotografía del Museo de Historia Natural de Londres muestra a un oso polar joven, poco más que un cachorro, recostado contra un iceberg que toma como colchón y almohada, profundamente dormido. El autor es un aficionado inglés, Nima Sarikhani, que para lograrla vagó durante tres días entre la niebla en Svalbard, un archipiélago situado en el océano Glacial Ártico y que pertenece a Noruega.

Partamos de que todo en la imagen es bello: el osito, blanco parduzco entre el hielo azulado, las nubes rosadas, el oleaje negro. La composición, con un toque onírico. Aquello que evoca, un ecosistema en el que cada vez menos hielo, menos focas, menos osos sobrevivirán al calentamiento, se produce por la humanización sutil, pero efectiva, del protagonista de la fotografía, un animal salvaje impresionante pero que los cuentos infantiles y los peluches han convertido en una presencia dulce y familiar. Hay una fragilidad, una inocencia en lo que vemos, una vulnerabilidad que emociona pero no llega al punto de molestar, que pregunta sin llegar nunca a la interrogación incómoda.

Estamos condenados a reaccionar al cliché, a construir una realidad ligeramente diferente a la observada desde lo ya conocido

Para que una historia, visual o literaria, prospere, los mimbres han de ser los adecuados: los líquenes, los insectos, la pérdida de biodiversidad o la manera en la que se funde ese mismo hielo azul que alberga al osito son elementos demasiado abstractos, desagradables, incluso. No existe lírica en el desgaste y la erosión cotidiana ni identificación con lo que se puede estar perdiendo en lugares remotos con culturas extrañas. Ni siquiera la violencia o los datos sacuden o conmueven como la historia ya repetida y reconocible. No, estamos condenados, en cierta manera, a reaccionar al cliché, a construir una realidad ligeramente diferente a la observada desde lo ya conocido. Qué civilización esta: preferimos que nos anuncien lo irremediable con un osito.

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