La típica estampa de decenas de manteros en las calles más céntricas de Barcelona está empezando a quedar en el olvido. Los comerciantes de las zonas turísticas califican la presencia de este tipo de vendedores ambulantes ilegales de “anecdótica” y “residual”, en un momento en que los datos del Ayuntamiento muestran que las sanciones que se les imponen de hasta 500 euros han subido. Desde junio hasta diciembre de 2023 fueron 37.794, un 26,36% más que en el mismo período de 2022 (29.906).
En estos datos, están incluidas las cifras de los meses de verano, cuando la concentración de manteros es más intensa, además de la campaña de Navidad, una época de compras en la que los ciudadanos salen en masa en busca de regalos.
Sin embargo, pese a que ha diminuido la presencia del 'top manta', que ofrece, sobre todo, prendas de ropa y complementos de imitación, los comerciantes cuentan que no ha ocurrido lo mismo con la de otros vendedores ambulantes ilegales. Es el caso, por ejemplo, de los 'lateros' o los que comercian con paraguas, abanicos o imanes.
El presidente de Amics de la Rambla, Fermí Villar, y Carlos Manresa, representante de la Associació del Centre Gastronòmic de Palau de Mar, afirman que este tipo de actividad ha empeorado y que se ha intensificado en algunas zonas de la ciudad, como en la playa y en Montjuïc, ahora escenario de los partidos del Barça.
En esos y otros lugares de la capital catalana, asegura Villar, los ‘lateros’ “están descontrolados, sobre todo por la noche". Por su parte, Alok Lahard, presidente de la Associació de Negocis Turístics de Catalunya, explica que actualmente “hay un juego del gato y el ratón” entre la policía y estos vendedores. "Hay personas que se dedican a vigilar y cuando ven a los agentes, les avisan” para que se escondan en el metro, dice.
El problema, según indica el presidente de Amics de la Rambla, no es solo el impacto en la economía y al comercio de la zona, sino que detrás de este tipo de venta ambulante se esconden organizaciones que se dedican a vender sustancias estupefacientes. “Es un mercado de droga, oferta en la vía pública de cannabis”, explica.
Esta actividad, pues, además de atentar contra la salud de diversas maneras -las latas las esconden en cloacas, papeleras y contenedores-, también genera inseguridad, a la vez que una mala imagen de Barcelona, afirman los comerciantes.
Disminución del 'top manta'
“Ya no hay manteros a los niveles que había antes”, asegura Lahard. Por su parte, Villar señala que “hay más presencia policial” y eso disuade a estas personas.
Fuentes municipales apuntan que la mejoría del problema es debida al aumento de efectivos de la Guardia Urbana en las calles de la ciudad, una medida en la que ha insistido el alcalde, Jaume Collboni, y que entra dentro de su Pla Endreça. “Más agentes en la calle significa más actividad policial”, explican. Por otro lado, aseguran que “desde 2019 no se han cambiado las políticas” en cuanto a esta problemática.
El Sindicato Mantero de Barcelona denunció en septiembre "persecución" y "humillación" por parte de la Guardia Urbana y criticó el modelo político del alcalde socialista. Además, recordó que "la manta no es la voluntad de ninguna persona, sino la consecuencia directa de una ley de extranjería que nos obliga a residir por lo menos tres años en el España para poder acceder a un permiso de residencia y de trabajo".
Críticas a las políticas de Colau
Los comerciantes coinciden con el mensaje del consistorio y explican que desde que cambió el gobierno municipal han notado una mejoría en la capital catalana y en las acciones de los agentes policiales. “Cuando pasa algo, llamamos nosotros a la policía y ahora sí que funciona”, señala Luis Sans, presidente y portavoz de la Associació del Passeig de Gràcia. En esta zona de Barcelona, en pleno centro de la ciudad, era común ver a numerosos manteros en la esquina con la plaza Catalunya. Ahora ya no es así.
Respecto a la Barceloneta, un lugar turístico por el que pasan miles de personas al día, actualmente, allí se pueden ver "entre cuatro y diez manteros" como máximo, explica el representante de la Associació del Centre Gastronòmic de Palau de Mar.
La mayoría de las entidades apuntan a que el cambio surgió a raíz de la actuación de Albert Batlle, actual teniente de alcaldía de Prevención y Seguridad. “Su entrada cambió todo. Nos prometió que esto cambiaría y lo ha cumplido”, apunta el presidente de la Associació de Negocis Turístics de Catalunya.
Batlle asumió la responsabilidad en ámbitos de seguridad en 2019, pero los comerciantes dicen que, por entonces, cuando gobernaba Ada Colau con el apoyo del PSC, "se notaban las discrepancias" en cuanto a cómo gestionar el 'top manta'. "Antes tenían protección política y económica", dicen de los manteros.
Aunque los comerciantes aseguran que ahora la situación va a mejor, señalan que "no ha terminado", por lo que reconocen que tienen miedo de que el 'top manta' vuelva a aumentar.
Más de 3.400 agentes
Barcelona alcanzó en septiembre del año pasado una cifra récord en cuanto a agentes de la Guardia Urbana. Tras la presentación de 132 policías más en Arc de Triomf, el cuerpo municipal que vela por los intereses de los barceloneses alcanzó los 3.403 agentes.
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