La industria no tiene con qué hacer la transición: sigue tirando de gas al no ver aún salidas en el hidrógeno, biomasa o biogases

  • Será clave para el refino, la metalurgia, el papel o la alimentación hasta que maduren los gases renovables.
  • Vinculan su pérdida de competitividad en la crisis de 2022 a menores y peores ayudas que en otros países.
Refinería de Repsol en A Coruña.
Refinería de Repsol en A Coruña.
EFE
Refinería de Repsol en A Coruña.

La industria española empieza a recuperarse de la crisis de precios que en 2022 puso por las nubes el del gas natural, la principal fuente de energía que emplean. Los sectores del refino, de la industria química, de la cerámica, de la alimentación, papelera y metalurgia tienen todas en común el elevado consumo de gas con que alimentar procesos industriales que requieren la generación de un calor que la electricidad no puede darles. Juntas reúnen el 50% del consumo nacional de gas natural y, tras una caída por la crisis de precios, van recuperando el consumo de uno de los combustibles fósiles llamados a utilizarse cada vez menos de acuerdo con la transición ecológica trazada por el Gobierno y a los que la última Cumbre del Clima, en Dubái, también marcó el camino de salida. Sin embargo, de momento no encuentran alternativa y ven la sustitución con biomasa, hidrógeno verde o biometano como algo "a largo plazo".

Esta coletilla -"a largo plazo"- se repite en los planes que estos sectores industriales tienen para sustituir el gas natural por energías renovables y que aparecen en un informe que ha publicado este miércoles la Asociación Española del Gas (Sedigas) para advertir de que, a pesar de los planes del Gobierno para la transición ecológica, la gran industria, los grandes consumidores de gas, no podrán sustituirlo de momento por otras energías, a pesar de que todos estos sectores tienen en mente qué energía renovable pueden emplear -o ir empleando ya en algunos casos- para suplirlo en el futuro. Mientras, la realidad es que el sector industrial empieza a recuperarse de la crisis de precios y su consumo habitual de gas natural o espera hacerlo en el corto plazo. "El gas natural es y seguirá siendo imprescindible para asegurar, la competitividad y la sostenibilidad del sector industrial, dotándole de seguridad energética", concluye.

Aunque fue el menos afectado por la crisis energética, el sector del refino redujo su consumo de gas de 39,1 teravatios/h (TWh) en 2021 a 23 en 2022 y empezó a recuperarla el año pasado, que cerró con 32TWh. "Se espera que la demanda de gas natural se recupere paulatinamente en el corto plazo debido a la estabilización de los precios del gas". El sector químico también registró en 2023 un "ligero aumento" en el consumo de gas que se resintió por los precios en 2022, cuando llegaron a parar fábricas para minimizar el impacto de la crisis pero ahora "espera una recuperación paulatina" para lo que cuenta con el gas y también con que el Gobierno ponga "medidas de apoyo necesarias para sufragar los costes de la energía y viabilizar la transición energética". También tuvieron que parar plantas del sector metalúrgico debido a los elevados precios del gas, como la de Alcoa.

El diverso sector de la alimentación -no tan afectado durante la crisis de precios y que creció en el caso de la producción de bebidas- también aprecia ya un "ligero aumento de la demanda de gas, que en 2023 empezó ya a repuntar y "prevé una recuperación en el corto y medio plazo, siempre y cuando el nivel de retribución de las cogeneraciones consiga cubrirlos costes asociados a estas instalaciones". También espera recuperar "a medio plazo" la demanda de gas el sector del papel, que todavía en 2023 no había conseguido recuperarse de la caída del año anterior. El de la cerámica insiste en sus dificultades para abandonar el gas por sus "elevadas necesidades térmicas", que no puede suplir de momento con energías renovables. Por ello, considera que "parte de una situación especialmente complicada" que espera poder superar apoyándose en el gas natural a medio plazo.

Fuerte dependencia del gas

El estudio se ha elaborado con los análisis y expectativas de los seis sectores industriales que más gas natural necesitan para funcionar y constata que, al menos en el corto y medio plazo, siguen contando con esta energía fósil para funcionar, así como con el apoyo que reclaman al Gobierno no solo para poder sustituir el gas por energías renovables, sino para poder seguir trabajando con él. "Sigue existiendo una fuerte dependencia del gas natural en procesos industriales ya que en muchos casos no existan alternativas energéticas económica o técnicamente viables que necesitan tiempo e impulso para ser desarrolladas", dice el estudio. "A futuro, el gas natural continuará teniendo una presencia constante en la industria y se tenderá hacia un modelo donde todas las fuentes de energía estén representadas y cada sector pueda optar por la más eficiente para cada aplicación final", añade. 

Aunque apuestan por "evolucionar", en palabras del representante de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) Andreu Puñet, el del sector de las cerámicas (ASCER), Alberto Echavarría, ha dejado claro este miércoles que "si el gas no es competitivo, la industria no es competitiva".

La industria tiene en la descarbonización uno de sus principales "desafíos". Representantes de varios de estos sectores coincidían este miércoles en compararla con "el Camino de Santiago", por ser un proceso "largo y lento" para el que de momento los sectores que más gas natural consumen para funcionar no ven alternativas realistas. Se añade que, en estos casos, la electrificación no es una opción. Sustituir el gas por la electricidad -generada de fuentes renovables- en sus procesos de producción podría ser una opción limitada para la industria de la cerámica, a las que el informe les atribuye un potencial de electrificación de entre el 5 y el 20%, y prácticamente nulo -de 0 a 5%- en los sectores del refino, químico, papel y metalúrgico.

De cara al futuro, estos sectores industriales ya apuntan a cuál puede ser la fuente de energía renovable con la que sustituir el gas, en un proceso que en algunos casos ya ha empezado pero al que advierten de que todavía le queda tiempo para tener certeza de que vectores como el hidrógeno verde, "la estrella invitada", como lo califican en el sector del refino, que es "el principal vector para su descarbonización" con el que cuenta en el futuro para sustituir el gas, igual que el sector metalúrgico.

También a largo plazo, el sector químico pone los ojos en los gases renovables -hidrógeno pero también biometano- y la captura de CO2, es decir, tecnologías capaces de recuperar de la industria las emisiones, todavía inmaduras pero en las que la Comisión Europea también se apoya para que la UE pueda reducirlas en un 90% para 2040. El sector del papel contempla una descarbonización a través de la biomasa, el biogás-biometano y el hidrógeno, aunque a largo plazo también y siempre, apunta, que sean "competitivos" en precios. También estudiará el biometano el sector cerámico "cuando su disponibilidad y precio haga viable su uso", que cree que el hidrógeno verde jugará un "papel importante en el largo plazo", junto con la captura de CO2. El sector de los alimentos y las bebidas apuesta por el biogás, el hidrógeno y la biomasa que ya empieza a incorporar mediante el tratamiento de residuos. "Hidrógeno, cuando tengamos disponibilidad, capacidad de suministro y precios", señala Manuel Domínguez, director general de la asociación del sector del papel (ASPAPEL).

Pérdida de competitividad

Mientras gases y otras energías renovables maduran, el sector industrial sigue preocupado por la pérdida de competitividad durante la crisis de precios, que lamentan que no solo se produjo con respecto a industrias de fuera de la UE, de países productores de combustibles fósiles, sino también en comparación con otros países europeos. La razón es que las ayudas directas a la industria en España fueron "significativamente inferiores y menos eficientes".

Mientras que Francia destinaba en 2022 3.000 millones a su industria, Alemania, 83.000 millones en distintos instrumentos o Italia más de 2.000 millones en créditos fiscales y reducción de cargos, en marzo y diciembre de ese año en España se aprobó una ayuda de 400.000 euros por grupo industrial y de otros 450 millones. No solo es la cantidad, el sector industrial apunta a que otros países diseñaron mejor este apoyo, que se pagaron de forma trimestral o directamente en la factura del gas mientras que la industria española empieza a percibir ahora ayudas que se aprobaron entonces.

En este escenario, la industria gran consumidora de gas reclama medidas de apoyo como facilitar el trámite administrativo de las ayudas para abordar nuevas tecnologías, regular el uso de gases renovables, promover la captura de CO2 y asegurar la retribución de la cogeneración mediante ayudas directas, créditos ICO o incentivos a la diversificación.

Clara Pinar
Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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