La mala suerte persigue a la familia real británica. Carlos III se retiró a su finca de Sandringhan, su favorita, nada más comenzar el tratamiento contra el cáncer.
Allí iba a descansar, lejos del bullicio de Londres, a donde solo ha vuelto para trámites de su gobierno y de sus asuntos médicos.
Pero el periódico The Sun ha publicado que unos vándalos han destrozado parte de esta finca, concretamente el campo de fútbol que la casa real tiene alquilado al Dersingham Rovers Football Club desde los años 1990.
El césped del terreno de juego aparece destrozado por el uso de un potente herbicida. Los gamberros han marcado el terreno en forma de zig zag, por lo que lo han dejado inutilizable para ninguna actividad deportiva.
Este campo de fútbol se halla muy próximo a la residencia donde se encuentran Carlos III y su mujer, Camila, que tienen en este lugar su sitio favorito, lleno de vegetación y con más de 5.000 plantas aromáticas.
Comentarios