La mayoría absoluta del PP en Galicia, en juego frente a un BNG y PSOE confiados en un 18F con muchos focos sobre Feijóo y Sánchez

Alfonso Rueda, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón.
Alfonso Rueda, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón.
20minutos
Alfonso Rueda, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón.

Galicia se juega este domingo el gobierno de la Xunta para los próximos cuatro años, y por primera vez en los últimos tres lustros, el Partido Popular no las tiene todas consigo para llevarse una mayoría absoluta a la que parecía abonado Alberto Núñez Feijóo, hoy líder nacional de los populares, pero hasta 2022 indiscutido presidente gallego.

Las encuestas para el candidato del PP, Alfonso Rueda, están muy ajustadas, y la mayoría absoluta podría jugarse en la horquilla de uno o dos escaños. Los populares son conscientes de ello y por eso, han hecho una campaña en la que han pedido a sus votantes que no dejen pasar la oportunidad de ejercer su derecho al sufragio, haciendo incluso llamamientos a electores que votaron a otros partidos en el pasado reciente (Ciudadanos o Vox), e incluso a los socialistas desencantados con las piruetas de Pedro Sánchez para mantenerse en Moncloa a nivel nacional.

Precisamente, además del propio Rueda (que se enfrenta por primera vez a unas elecciones como candidato), quien se juega mucho este domingo en Galicia es el propio Alberto Núñez Feijóo. El político orensano, que llegó a la planta noble de Génova con aura de salvador tras el farragoso proceso de la caída de Pablo Casado, sufrió un inesperado y doloroso revés el pasado 23 de julio, cuando su victoria en las generales fue insuficiente para formar Gobierno.

Todo lo que no sea una reedición de la mayoría absoluta del PP este domingo en Galicia será considerado como un golpe directo al liderazgo de Feijóo: es la comunidad en la que dominó con comodidad durante 15 años y sería un segundo revés electoral en poco más de seis meses para el que ya se veía en Moncloa escasas horas antes de que se cerraran los colegios electorales del tórrido 23 de julio del pasado año.

PSOE y BNG ven su oportunidad

La oposición gallega no ha hecho más que insistir en este asunto: en los nervios que anidan en las sedes populares tanto en Galicia como en Madrid, sabedores de que el vuelco electoral puede estar al alcance de la mano, si bien en este caso, el PSOE sería la comparsa.

En efecto, el PSOE aspira a ser el complemento con el que el BNG de Ana Pontón se haga con la Xunta, un pacto sin mucho misterio, toda vez que los nacionalistas de ultraizquierda gallegos se han entendido bien con el PSOE a nivel Congreso de los Diputados, y en Ferraz se han perdido todos los complejos tras los acuerdos con partidos radicales del tenor de Bildu o Junts. 

Al PSOE, cuyo candidato, José Ramón Gómez Besteiro, ha estado ampliamente apoyado por Pedro Sánchez durante la campaña, la lectura que le interesa es la nacional. Una derrota del PP sería un golpe difícil de digerir en Génova y a Pedro Sánchez le daría oxígeno ante la inminente aprobación de la ley de amnistía para los secesionistas catalanes, en la cual tendrán que seguir cediendo a los deseos de Carles Puigdemont. Con un Feijóo tan debilitado, los sapos que tengan que tragar en Ferraz, si es que alguna vez los han considerado como tales, serán más livianos.

Para el BNG, liderados por Ana Pontón, la de este domingo es una oportunidad única, histórica, para conseguir que el secesionismo de ultraizquierda se haga por primera vez en democracia con el poder en Galicia. Necesitarán el apoyo de los socialistas, pero el hito tendría unas dimensiones que el camino habrá merecido la pena para ellos. De hecho, el último debate televisado, de esta misma semana, y que contó solo con Pontón y Besteiro, fue una escenificación de que el acuerdo entre ambas formaciones será muy fácil.

El BNG, que con toda seguridad va a aumentar su representación y que va a aumentar su distancia con el PSOE en el Parlamento gallego, tendrá como 'enemigos', más allá del tradicional tirón propio del PP, la dispersión del voto si Sumar, liderado en Madrid por otra gallega, Yolanda Díaz, tiene un resultado aceptable. La coalición de izquierda, cuya candidata es Marta Lois, ha insistido durante la campaña que su voto es útil para desalojar al PP de la Xunta, pero van a tener difícil entrar en el Parlamento, algo que no por esperado deja de ser un revés para una Yolanda Díaz que anunció su proyecto político hace poco menos un año, pero cuyo brillo se ha visto ya mermado, sobre todo por el desgaste que le supone su perpetuo enfrentamiento con Podemos.

En un escenario en el que Vox no tiene opciones de entrar en el Parlamento, hay un quinto actor a tener en cuenta: Democracia Ourensana, que podría irrumpir con un escaño y, ante un escenario a priori tan igualado, podría ser clave para los próximos cuatro años de una Galicia que, más que nunca, va a estar vigilada de cerca desde Madrid.

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