¿Se dispara la criminalidad en noches de luna llena como la de este sábado? Desentrañamos qué hay de realidad detrás del mito

La leyenda del efecto de la luna llena en el ánimo de criminalidad.
La leyenda del efecto de la luna llena en el ánimo de criminalidad.
Henar de Pedro
La leyenda del efecto de la luna llena en el ánimo de criminalidad.

La noche de este 24 de febrero no olviden mirar al cielo. La Tierra se encontrará justo entre el sol y la luna, y su posición provocará que el satélite se muestre más luminoso de lo habitual. Comenzaron a llamarla ‘Luna de Nieve’ los nativos americanos. Por ser tan brillante, por asociarse al invierno y por las fuertes nevadas.

En la cultura popular, desde el folclore ancestral hasta la mitología grecolatina o nórdica, la luna se ha relacionado con toda clase de fenómenos. Aumento de partos, animales desbocados, locura y criminalidad, pero ¿qué hay de verdad?

“- ¡Ah, señor, ha habido un crimen horrible!

- ¿Cómo, ahora?

- ¡Ahora mismo, señor!

- Es la luna descarriada: se acerca a la tierra más que de costumbre y trastorna a los hombres”.

Shakespeare escribió Otelo a comienzos del siglo XVII. La idea de que la luna afectaba al comportamiento humano era bien extendida, ya lo decía Aristóteles. La idea de que un astro pueda modificar el comportamiento humano ha seducido a místicos y científicos. Los estudios son numerosos, constan evaluaciones realizadas desde distintas regiones del mundo, y la mayor parte de investigaciones reflejan que sí, la luna afecta, pero no nos convierte en criminales. Aunque no habría que subestimar el poder del folclore, pues ha llegado a influenciar a múltiples asesinos.

La mayor parte de investigaciones reflejan que sí, la luna afecta, pero no nos convierte en criminales

Más que meigas hubo en Galicia. A mediados del siglo XIX, un hombre lobo acechaba, en noches de luna llena, los bosques de la comarca. Se llamaba Manuel Blanco Romasanta, y es considerado el primer asesino en serie español. Sin embargo, no saltó a la fama por ello, sino por ser el primer y único caso de licantropía clínica registrado en España.

Manuel fue detenido en Toledo y llevado a Allariz, en la provincia de Ourense. El expediente se conserva, íntegro, en el Archivo del Reino de Galicia. El acusado explicó al tribunal que se convertía en lobo, que por eso mataba, que estaba maldito. El juez encargó un informe psicológico. “Su metamorfosis es un sarcasmo”, se dijo.

El manual de psicopatología, el DSM-V, no lo reconoce como trastorno, ni como entidad propia. Sí podría incluirse dentro de ciertos síntomas somáticos, despersonalización, delirios o esquizofrenia, entre otros.

Cierta vinculación cultural, en un contexto de enfermedad o trastorno mental, puede desembocar en determinadas asunciones y creencias. La sugestión de conceptos asociados a la luna puede llevarnos a experimentar pensamientos, sensaciones o impulsos, sin que ello esté directamente motivado por el astro.

Lo que sí se ha demostrado es que las fases lunares interceden en el ciclo vital de diversas especies. La alineación del satélite con el sol es la causante de las mareas vivas, es decir, la pleamar, y es el momento de mayor actividad de la fauna marina. Además, en algunos organismos, como el de un tipo de mosca, ciertas proteínas pueden funcionar como un sensor magnético. Cientos de estudios confirman un efecto directo, también, en algunas plantas. El biofísico alemán Joachim Fisahn ha demostrado que influye en determinadas células vegetales, y no descarta que pueda suceder también en las humanas. Si la luna provoca mareas, altera animales e incide en la flora, ¿por qué no en las personas?

Ni Manuel fue un hombre lobo, ni la luna nos hace violentos. No matan lunáticos, matan los criminales

Uno de los hallazgos más destacados fue el del psiquiatra Thomas Wher, del National Institute of Mental Health de EEUU. Wher monitorizó diversos individuos con trastorno bipolar y observó que el ritmo circadiano se sincronizaba con las fases lunares. Estas provocaban cambios en el sueño, y tales modificaciones desencadenaban episodios maniacos: consiguió demostrar que los pacientes pasaban del síntoma depresivo al maniaco en función de la luna.

Su atracción gravitacional en la Tierra es leve, de momento no hay suficientes evidencias de que pueda provocar importantes cambios biológicos y, según las estadísticas, la criminalidad no varía con el ciclo lunar. La ciencia sigue avanzando, la neurología ya se ha unido a la criminología para explicar el origen del mal. La química cerebral diseña nuestro pensamiento, no sería descabellado que más elementos moldeen nuestro comportamiento. Pero ni Manuel fue un hombre lobo, ni la luna nos hace violentos. No matan lunáticos, matan los criminales.

Biografía

Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en 'Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias' y otro en 'Criminología, Victimología y Delincuencia'.

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