Más de 450 personas perdieron su vivienda el pasado jueves 22 de febrero en un incendio que devoró 14 plantas en menos de 60 minutos. Entre las diez víctimas mortales que no lograron salir del edificio, había un bebé de quince días y su hermano de 2 años -ambos fueron encontrados abrazados al cuerpo de sus padres en el baño de la vivienda-.
Las llamas de esta tragedia que ha dejado a Valencia conmocionada, se llevaron también la vida de gatos, perros y otras mascotas que permanecían en la vivienda durante el incendio. Y también los recuerdos de toda una vida de muchas familias que, aunque se salvaron del fuego, perdieron su hogar, y todo lo que allí tenían. Ahora, los propietarios de los inmuebles piden que estos se declaren zona catastrófica.
La brecha entre propietarios e inquilinos
Cuatro días después del incendio, mientras los vecinos del Campanar comienzan a asumir las consecuencias de la tragedia, la brecha entre propietarios e inquilinos tensa las jornadas de luto en la ciudad.
Cómo proceder es una de las cuestiones principales sobre la mesa de debate de los afectados, aunque, los objetivos de cada uno de ellos son distintos: los propietarios, por su parte, tendrán que afrontar la pérdida de una casa, incluso con hipoteca en vigor, mientras que los inquilinos se ven en la paradoja de tener que pagar un alquiler por un piso en el que ya no viven y que probablemente no exista.
Este domingo se celebró una reunión de propietarios en la que se invitó a los inquilinos a salir de la sala, lo que ha propiciado la creación de una asociación de inquilinos. Sin embargo, hay quienes abogan por permanecer 'unidos' en estos momentos 'terribles'.
¿Qué es la 'zona catastrófica'?
Luchar por la declaración de zona catastrófica podría ser, en efecto, ese objetivo común para los afectados porque, con ello, se pondría en marcha una serie de medidas extraordinarias de carácter reparativo por parte del Estado.
La ley, que recoge este término como 'declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil' la define como "una situación o acontecimiento que altera o interrumpe sustancialmente el funcionamiento de una comunidad o sociedad por ocasionar gran cantidad de víctimas, daños e impactos materiales, cuya atención supera los medios disponibles de la propia comunidad".
¿Qué ayudas y medidas implica?
La declaración de 'zona catastrófica', que debe ser aprobada por el Consejo de Ministros a petición de un Ministerio o de las administraciones públicas afectadas, implica la puesta en marcha de medidas reparativas por parte del Gobierno central.
Entre ellas, las ayudas a particulares por daños en su vivienda, la compensación a las administraciones por gastos inaplazables u otras fiscales como la exención de la cuota del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y reducción en el Impuesto sobre Actividades Económicas.
Además, dependiendo de las circunstancias particulares de la zona, podrían adoptarse otras medidas como:
- Compensación a Corporaciones Locales por gastos derivados de actuaciones inaplazables.
- Ayudas a personas físicas o jurídicas que hayan llevado a cabo la prestación personal o de bienes.
- Ayudas destinadas a establecimientos industriales, mercantiles y de servicios.
- Subvenciones por daños en infraestructuras municipales, red viaria provincial e insular.
- Ayudas por daños en producciones agrícolas, ganaderas, forestales y de acuicultura marina.
- Apertura de líneas de préstamo preferenciales subvencionadas por el Instituto de Crédito Oficial.
A la espera de que se declare 'en ruinas'
El trabajo sobre el terreno no ha acabado. Para declarar la finca en ruina, los técnicos continúan estudiando si la reconstrucción del edificio calcinado es posible, o si, por el contrario, esa reconstrucción afecta a más del 50% del valor del seguro del inmueble. Así, si el valor de la recuperación del edificio superase los 13,2 millones, se declararía la ruina y se extinguiría la comunidad.
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