La violencia de control, la más común entre adolescentes: el 10,1% ha sido víctima de estas conductas en su relación de pareja

Las estudiantes desayunan en la puerta del instituto, antes de retomar las clases presenciales de preparación a la Selectividad.
Las estudiantes desayunan en la puerta del instituto, antes de retomar las clases presenciales de preparación a la Selectividad.
Miquel Taverna
Las estudiantes desayunan en la puerta del instituto, antes de retomar las clases presenciales de preparación a la Selectividad.

Limitar la relación de la pareja con sus amistades, prohibir que se reúna con otras personas o revisarle el teléfono móvil. Son algunas de las conductas de control que predominan en el 10% de las relaciones de pareja entre adolescentes. Un informe de la Fundación 'La Caixa' analiza la violencia en las relaciones de los jóvenes de 14 a 17 años y concluye que el control es el tipo de violencia más común en esa franja de edad y que afecta el doble a las chicas. 

Concretamente, el informe —que recoge datos preliminares de una investigación más extensa que se conocerá más adelante— revela que el 13,3% de las chicas jóvenes se sienten sometidas a este tipo de coacciones en sus relaciones sentimentales, frente al 7,1% de los chicos. "Esta forma de violencia vinculada a las conductas de control se encuentra muy relacionada con una visión muy tradicional y patriarcal de lo que se supone que es el amor romántico, un modelo de relación en el que se interpreta el control como interés y respeto por la pareja", señala la coautora del estudio, Noemí Pereda.

En general, los datos recopilados a través de una encuesta a más de 4.000 adolescentes constatan que el 13,6% de los jóvenes, chicos y chicas, ha sido víctima de algún tipo de violencia en sus relaciones sentimentales: el 4,8% reconoce haberla ejercido contra su pareja, siendo, de nuevo, la violencia de control la más común desde ambas perspectivas (con una prevalencia del 3%). 

Si las chicas declaran en mayor medida haber sido víctimas de estas conductas, también son las que más confiesan ejercerla: el 4,2%, frente al 1,9% de los chicos. Una contradicción que, según Pereda, responde al modelo educativo que ha primado en los últimos años y que ha generado que ellas "sean más sensibles a reportar estas conductas". Sin embargo, añade, "es probable que los chicos reporten menos sus conductas de perpetración a causa del mayor rechazo social que reciben cuando dicen cometerlas". 

Violencia física y sexual

La coautora del estudio advierte, en ese sentido, que estos comportamientos suelen darse en relaciones temporales, que no se alargan en el tiempo, pero hay casos en los que el control "puede escalar a otras formas de violencia más graves", como la física o la sexual. "Debemos incidir a través de la educación sobre estas concepciones dañinas de las relaciones y el amor que coartan la libertad de los jóvenes y los instan a seguir un modelo de violencia", incide la investigadora.

De hecho, más allá del control, el estudio también explora la violencia en la adolescencia desde otras dos perspectivas: la agresión sexual, que es la segunda más frecuente (4,5%); y la agresión física (4,2%) que, resalta el estudio, es "inusual" en las parejas adolescentes de España. Analizando las tres, la investigación anota una mayor prevalencia de violencia de control y de agresión física por parte de las chicas (3,6% de ellas y 4,5% de ellos), mientras que los chicos perpetran más agresión sexual (6,6% de ellas, 2,1% de ellos).

Pero, incide el documento, estos hallazgos "deben interpretarse con cautela". Primero, por el "sesgo de deseabilidad social" que puede causar una "infradeclaración de la agresión física en los chicos y de la agresión sexual en ambos géneros. También por la influencia de los roles de género tradicionales, que pueden contribuir a un "mayor autorreporte de perpetración de violencia por parte de las chicas", que reconocen mejor estas conductas. Y, por último, porque los adolescentes pueden llegar a interpretar las conductas de control como "expresiones aceptables o deseables de preocupación por su pareja". 

Rol solapado: víctima y agresor al mismo tiempo

El informe habla también de la superposición de la victimización y la perpetración de la violencia. Es decir, que la misma persona sea, a la vez, víctima y agresora. Un 2,9% de los adolescentes reconocen estar en esta situación, porcentaje que se eleva hasta el 4% en el caso de las chicas, aunque la investigación insiste en interpretar estos resultados "con cautela" por posibles "sesgos de reporte". Así, para la Fundación 'La Caixa' reconocer esta superposición "es relevante para implementar políticas públicas que aborden la complejidad de este fenómeno".

En total, la violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes afecta al 18,4% de los chicos y chicas, que pueden intervenir como víctimas o como perpetradores. Por ello, según incide la fundación, esta radiografía es "crucial" para diseñar políticas de prevención más efectivas que consideran que "deberían prestar más atención" a ayudar a los jóvenes a que aprendan a "establecer y mantener relaciones íntimas", así como a comprender los límites "entre lo que puede considerarse un juego aceptable y un comportamiento violento". 

"También debe estudiarse la situación del colectivo de jóvenes más vulnerables; es decir, de quienes se identifican como pertenecientes a minorías sexuales, tienen alguna discapacidad o presentan problemas de salud mental", concluye. 

Elena Omedes
Redactora '20minutos'

Como redactora de Sociedad, sigo de cerca las informaciones de Igualdad, Educación, Sanidad y Derechos Sociales en la sección de Nacional de 20minutos desde 2021. Antes, me curtí durante dos años en la sección de Última Hora y Cierre. Me crié en Barcelona, pasé por Teruel, aunque Madrid es mi casa desde 2013, donde me gradué en Periodismo en la Complutense. Algo melómana y muy feminista, también cuento las historias de quienes tienen menos voz.

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