Entrevista

Delaporte: "Me gusta pensar que creamos hogar con nuestros conciertos, que creamos un espacio seguro"

Delaporte, en una imagen de archivo.
Delaporte, en una imagen de archivo.
Europa Press via Getty Images
Delaporte, en una imagen de archivo.

Se conocieron en 2015 en el fragor de las jam sessions de jazz de la capital. Por ese entonces, Sandra Delaporte (1994, Madrid) era tan solo una "chiquilla" que se formaba en canto lírico, pero ya tenía claro que lo que más le llenaba era "hacer bailar" a la gente. 

Sin embargo, no fue hasta que Sergio Salvi (1982, Nápoles) se cruzó en su camino cuando supo que la electrónica era "todo lo que quería hacer". "Con él entendí lo que era el techno y el house de verdad y terminé de volverme loca", cuenta la cantante a 20minutos.

Juntos formaron Delaporte, un dúo musical pionero en nuestro país que empezó jugando con el pop y la electrónica y, en 2018, logró ganarse el favor tanto del público como de la crítica con su exitoso Un jardín, tema oficial de la reedición de Fama (Movistar+). Y es que, antes de la irrupción del dúo ítalohispano, en España "no había una escena de música electrónica" fuera de los clubs.

Ahora, cuatro años después de su íntimo Las montañas, Delaporte lanza Aquí y ahora, su nuevo disco, con el que Sandra y Sergio emprenden un nuevo rumbo de la mano del EDM y del techno más cañero. Un proyecto atrevido, desenfadado e inspirado en la "sensación de comunidad" que emana de los clubs, al que  la propia Sandra define como "hard pop" -"porque es un pop muy violento"-, y hará las delicias de sus fanáticos, los cuales, además de cantar y bailar, saltarán hasta "reventar el suelo". 

Comenzaron sus carreras en círculos de jazz, ¿creen que hay conexión con la electrónica? Sergio Salvi: En una entrevista que le hicieron en los 90 a Super Pusher, un famoso productor de jungle (un género dentro del drum and bass), él decía, vestido con una camiseta de John Coltrane, que lo que hacía era el jazz de la electrónica. Luego esa corriente se englobó en el Intelligent Dance Music (IDM). Entonces, bueno, aunque hay muchas personas que, como él, ven muy clara esa conexión, nosotros, en cambio, pensamos que la música es en sí misma un espectro en el que no hay casillas cerradas. Cualquier estilo puede ser una potencial fuente de inspiración de otro.

A falta de precedentes, se les ha enmarcado dentro de la escena "indie", ¿se han llegado a sentir outsiders?
SS: Muchísimo.
Sandra Delaporte: Creo que es difícil enmarcarnos. Desde hace años, nuestro directo es muy particular porque es electrónico, pero hay banda. Entonces, no somos un DJ que pone a la gente a bailar en un club, ni tampoco un grupo de indie tipo Lori Meyers. 
SS: Siempre hemos pensado que pegábamos más en algunos festivales donde al final nunca hemos tocado, como el Sónar.
SD: Sí, porque para el Sónar no somos suficientemente electrónica. Pero, en cambio, para el BBK, sí. Creo que en España está muy metido lo de encasillar a los artistas. Se asocia "indie" a festivales y no debería ser así. 

Entonces, ¿se han sentido más excluidos en festivales de electrónica?SD: Paradójicamente, podríamos decir que sí (ríe).
SS: Sí, pero porque tampoco hay muchos festivales de electrónica donde se haga en directo, con banda, más allá de las sessions de DJ. Porque hay excepciones, como el Paraíso, que ahí sí llegamos a tocar.
SD: O sea, no es que haya exclusión porque al final ni por parte del público ni del festival se ve esa exclusión. De hecho, en los festivales siempre generamos más público, aunque vengan de ver a Vetusta Morla. Al final el público se lo baila y se lo goza igual. 

Ana Mena, Aitana… han experimentado con la música electrónica, ¿qué lectura extraen de este cambio dentro del pop?SS: Creo que es una tendencia que venía ya de otras partes del mundo. En Argentina, por ejemplo, la música urbana lleva años con influencias de la música club. España se ha sumado un poco a ese carro.
SD: Creo que hemos ido por detrás porque la música latina cuajaba más, pero, no sé, entiendo el cambio porque el reguetón ya me aburre que flipas. O sea, yo te aguanto una o dos horas bailando reguetón en un club, pero no más. En cambio, en uno de techno te puedo aguantar 24 horas. 

"Parece que los artistas tienen que estar en las ciudades para que les vaya bien"

¿Cómo es el proceso de creación de sus canciones?SS: Antes hacíamos más sesiones juntos, en las que improvisábamos para ver lo que salía. Sin embargo, en estos dos últimos años, ha habido un cambio en la dinámica porque, como Sandra vive en Los Pirineos, trabajamos a distancia. Ahora, la mayoría de los temas nacen de composiciones y producciones de Sandra, que me las enseña, o de antiguas sessions que hicimos.

Sandra, ¿qué le aporta la montaña que no le ofrecía Madrid?SD: Antes, me daba miedo irme de Madrid porque sentía que iba a perder muchas oportunidades. Parece que los artistas tienen que estar en las ciudades para que les vaya bien. Y, aunque puede que sea así, necesitaba cortar con todo porque no estaba conectada ni con la vida ni con la música. Fue en el silencio de la montaña donde entendí que la música es mi vida absoluta. La soledad me enseñó a abrazar mi creatividad y a mí misma, sin las comparaciones que hacían que no me sintiera suficiente y tratase a toda costa de agradar a la gente.

¿Hubo un momento en el que se sintió sobrepasada?SD: Fue durante la gira de 2022, cuando, además, desarrollé nódulos en la garganta. Sentí que había tocado el límite, que la vida ya no tenía sentido. Y es que, no sé por qué, pero aunque la vida nos mande por el camino del amor, el de respetarse a uno mismo, nos empeñamos en ir hacia el otro. Supongo que porque nos han enseñado mal. Cuando decidí salir de eso, cambié la forma en la que iba a terapia y creo que me ayudó mucho. 

"Llegué a pensar que era una fracasada porque no querer sexualizar mi imagen ni maquillarme"

¿Y cómo gestiona esa necesidad de soledad cuando se planta sobre un escenario ante tantas personas?SD: Me encanta. Para mí, el equilibrio perfecto está en hacer techno desde la soledad de mi casa para, luego, salir de allí y entregarme al mundo en los conciertos, en las entrevistas, con Sergio… Pero si solo me quedo en Madrid, enfermo, porque necesito volver a mí, volver a retirarme. Vivo en esa especie de equilibrio entre retiro y entrega.

Parece una lucha entre Alejandra, la persona, y Sandra, la artista.SD: Para nada. Ahora mismo, soy absolutamente yo. Alejandra, que es mi nombre real. No me considero como Sandra, "la artista". Creo que soy muy transparente en ese sentido.

¿No se considera artista?
SD: A ver, yo soy una artistaza que flipas, todo sea dicho (ríe). A lo que me refiero es que la etiqueta conlleva muchas limitaciones. Parece que si eres artista tienes que cumplir con un personaje. Precisamente, tuve algunos conflictos con mi identidad porque creía que debía comportarme como las que lo petaban en ese momento. Creía que no era coherente de cara a la industria de la música que no me gustara llevar uñas de gel, sexualizar mi imagen, maquillarme… Llegué a pensar que era una fracasada por no cumplir con esas cosas. Ahora, todo lo contrario, me encanto.

"El Benidorm Fest es algo tan grande que no es compatible con una carrera. Te come lo que estés haciendo"

Algo que caracteriza los conciertos de Delaporte es la energía y la adrenalina que transmiten. ¿Cómo se preparan antes de salir?SS: Bueno, yo soy bastante tímido. También es verdad que Sandra es muy expansiva y a su lado igual se acentúa mi timidez porque me hago más pequeño. Y claro, el escenario impone mucho. He tenido que luchar contra el escenario para llegar a sentirme cómodo.
SD: Yo cuando suena la primera nota ya salgo con todo. Si se me sale una teta, pues genial. Antes, teníamos el ritual de darnos un abrazo antes de salir, pero ahora siento que es más importante que nunca porque queremos ser muy conscientes del regalo que es entregarnos al mundo en un espacio-tiempo. También como una forma de hacer palpable de ese cuidado y ese apoyo mutuo.

Al final ese disfrutar del Aquí y ahora, como dicen en el título del disco, ¿no ha sido siempre el leitmotiv de Delaporte?SD: En directo, sí, totalmente.
SS: Creo que ha sido siempre nuestro camino, aunque ahora sea más explícito. Siempre hemos creído que la naturalidad implica disfrutar del momento en el que estás, de valorar lo que tienes y de ser agradecido. Somos más conscientes que nunca y, por eso, le dedicamos un disco.

"Muerte al que no me reviente el suelo" dicen en su tema Soy de aquí como mensaje a su público, ¿cuál es su relación con él?SD: Para mí, en nuestros conciertos no hay diferencia entre el público y yo. Yo me estoy pegando un fiestón y la gente también. No hay espacio para las divas. A mí me gusta pensar que nosotros damos igual. Para mí el éxito absoluto es conseguir que el público baile o, aunque sea tocar para una sola persona, pero verlo volando, trascendiendo y quitando todas sus cargas emocionales. Me hace profundamente feliz.

¿Creen que hay cierto prejuicio hacia las raves?SD: Sí. Sigue existiendo muchísimo estigma hacia las raves y es algo que no entiendo. Se dice que en las raves hay mucha droga, pero no se habla tanto de los festivales de pop e indie, por ejemplo. Al final, las raves se asocian al libertinaje y al consumo de sustancias. Yo, por ejemplo, no me drogo. Para mí, las raves son un espacio de libertad interior y entiendo que haya muchas personas que han estado estigmatizadas hayan encontrado ahí un refugio.

Buena parte de su público pertenece a la comunidad LGTB, ¿creen que es por eso que menciona que este público conecta tanto con Delaporte?SD: Para empezar, yo soy bi (ríe). Y sí, totalmente. Para mí, es un piropo poder ver a gente expresarse libremente cada vez que tocamos. Me gusta pensar que creamos hogar con nuestros conciertos, que creamos un espacio seguro en el que todos pueden ser ellos, sin que nadie les juzgue.
SS: Ya desde Un jardín sabíamos que nos seguía mucha gente LGTB, pero no fue hasta nuestro primer gran concierto en Madrid, cuando vimos lo diverso que era nuestro público en un sentido amplio: desde personas mayores hasta niños y adolescentes. Es un piropo enorme.

Aquí y ahora es su disco más bailable, pero también, quizá, su proyecto más arriesgado, pues se adentran de lleno en la electrónica más machacona, ¿no tenían miedo de este cambio de rumbo?SD: Al principio, pensaba que quizá me estaba pasando de frenada, pero luego dije, hablando mal y pronto: "A chuparla" (ríe). Lo importante es que me gustaba. Fui yo la que impuso un poco el 'machaqueo'.
SS: Nunca se puede saber lo que va a gustar a la gente, entonces mi único criterio siempre son mis propios gustos. De hecho, hubo canciones que sentía que no resonaban en mí y que terminamos descartando. Es cierto que mi espectro de escuchas es más amplio que el de Sandra, pues ella es más de ir a muerte con el estilo que le llena en ese momento y yo, en cambio, soy más acumulativo.

Esa discrepancia a la hora de concebir la música me lleva a preguntarles: ¿tiene sentido Delaporte como proyecto individual?SD: Con este disco no porque los dos fuimos a muerte, pero es cierto que como no paro de producir temas de techno, Sergio se sinceró conmigo y me dijo que no conectaba con las más 'tralleras'. Así que decidimos que voy a lanzar música bajo el nombre de Alexxandra, con el que pincharé y haré raves, como un proyecto paralelo a Delaporte, que seguirá tan a full como siempre. Quizá Sergio haga lo mismo con sus composiciones a piano. Al final, hay que expresar con el mundo todo lo que somos. 

Delaporte

  • Basado en Madrid, el dúo ítalohispano comenzó subiendo versiones a Youtube. En 2018, saltó a la fama con ‘Un jardín’, tema oficial de ‘Fama’ (Movistar+), incluido en su EP, ‘Uno’. En adelante, lanzó otro EP, ‘Como anoche’, un disco, ‘Las montañas’, y su acústico ‘Titanas’ (2021). Tiene éxitos como ‘Cariñito’, ‘Clap clap’, ‘Droga dura’ y ‘Toro’.

Sobre el Benidorm Fest, ¿no les gustaría llevar el techno a Eurovisión?
SS: Nos lo han propuesto en varias ocasiones, pero la verdad es que no sentimos que encaje en el momento que atravesamos, con el lanzamiento del disco y los conciertos. Quién sabe si en un futuro nos llegue a latir más la idea. El Benidorm Fest es algo tan grande que no es compatible con una carrera. Te come lo que estés haciendo.
SD: El Benidorm Fest supone demasiado curro. Es cierto que es un gran escaparate y, por eso, no lo descartamos. Eso sí, si algún día nos animamos a participar, tenemos claro que va a ser para pasárnoslo bien, para jugar porque ya tengamos un proyecto mucho más asentado. 

Daniel Mora
Periodista Cultural '20minutos'

Graduado en el doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid. Comencé mi andadura en televisión de la mano de RTVE y, desde 2023, formo parte del equipo de Cultura y Estilos de vida del diario 20minutos. Para mí, es un regalo poder dedicarme a escribir sobre lo que siempre me ha hecho vibrar: la música, el cine y la literatura.

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