Entrevista

Sheila Cremaschi: "Tenemos que llevar el Hay Festival al gran público"

Sheila Cremaschi, directora del Hay Festival en España.
Sheila Cremaschi, directora del Hay Festival en España.
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Sheila Cremaschi, directora del Hay Festival en España.

Sheila Cremaschi se aposta sobre una de las elegantes vistas de la entreplanta del Hotel Inglaterra (Sevilla), donde recibe a los periodistas, y uno no puede más que acordarse de Dorothy Parker en el Hotel Algonquin. Literatura y hoteles. El buen vivir y el buen vivir de una argentina que aprendió a amar la ópera cuando la llevaron con diez años a la Scala de Milán. 

Hoy, tiempo después, esta pelirroja con una cadencia tan musical en la voz responde al canon de una agitadora cultural. Capaz de embelesar al más brillante, de cautivar al más escéptico… y de convencer a casi todos para que se pasen a charlar por cualquiera de las ediciones españolas del Hay Festival, el evento galés para el que trabaja desde hace ya un par de décadas.

El Hay en España, que hoy dirige, se ha empadronado en Segovia, pero con una vocación expansiva que lo ha llevado ya a Granada y, entre los días 14 y 17 de marzo, a Sevilla, donde celebrará una edición que contará con personalidades como el cineasta Stephen Frears, el economista surcoreano Ha-Joon Chang, la Pritzker de Arquitectura Yvonne Farrell y los escritores María Dueñas y Luis Mateo Díez.

Si le digo que responde usted al perfil de agitadora cultural, ¿se ve representada en esta definición?Pues mire, ¿sabe quién me llamó también agitadora cultural? El escritor Ken Follet, que vino también al festival. Pero bueno, yo mi trabajo me lo tomo más bien como un apostolado. Cuando me contrataron para hacer un festival cultural de ideas y de literatura, no sabía que el rol incluía algo así como ser una influencer cultural… La marca Hay la conoce todo el mundo especializado, pero hay que predicarla entre el gran público. Yo me levanto cada día a predicar qué es el Hay y, para mí, lo importante es tender puentes.

Bueno, dejémoslo en que usted es una persona que sabe conectar entre sí a la gente de la cultura, de las artes, de las ideas, y que eso es exactamente el Hay Festival: un lugar para conectar y conversar.Sí, sí, y es en lo que más creo y lo que valoro más de lo que hacemos. En ese sentido, para mí, el Hay Festival es un acelerador. Te pongo un ejemplo. Si eres un escritor y vienes al Hay, conoces a editores, a otros escritores, y terminas conectando con ellos. Hay algún caso hasta curioso, como el de la poeta Elvira Sastre, quien empezó a venir al Hay para trabajar como voluntaria y acabó siendo una estrella de las letras.

Le digo mi impresión: el Hay es una marca que ha sabido conjugar la alta cultura con la divulgación y el entretenimiento. Es un poco como el TED o el Filmin de los festivales literarios.Y para lograrlo hemos hecho un trabajo de hormiguitas. Aquí no hay nada regalado. Es una batalla que no se puede dejar de dar nunca.

Sheila Cremaschi.
Sheila Cremaschi.
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¿Y lograr la atención sobre un festival cultural es más difícil en la era de TikTok, en la que la atención sobre lo que sea no dura más de siete o diez segundos?No es fácil. Yo siempre voy a otros festivales de la competencia. Y últimamente he observado que gran parte del público tenía el pelo blanco. Hay que incorporar a los jóvenes. He tenido que hacer un esfuerzo para acercarme a ellos, pero no de modo paternalista. Ahora no aguantan cosas largas.

Me da que el Hay Festival es un producto a contracorrienteSí, y viene de cuando se crea, en Gales, hace 27 años, y se decide que las charlas no sean académicas, que tengan una experiencia teatral. Los fundadores venían del mundo del teatro y tenían claro que, si querían comunicar, las charlas no podían ser aburridas. 

Tienen un tono y una pose de dramatización realSí, pero cuesta explicárselo a algunos que vienen con su libro para hablar de él. Nosotros lo que ofrecemos a quienes vienen el festival es una experiencia. Y una experiencia próxima. Le pongo el ejemplo de esta próxima edición del Hay en Sevilla. Quien venga, va a estar cerca de no menos de seis figuras de las ideas de talla mundial. Y pueden estar muy cerca de ellos. Me acuerdo, por ejemplo, de cuando Martin Amis iba a venir a Granada. Yo negocié con su agente y la única condición que me pusieron es que no quería entrevistas. Bueno, pues cuando llegó al hotel, se le acercaron los periodistas y le hicieron 23 entrevistas. Y a Amis le dio igual a quién se las daba.

¿Cuál es el secreto, si es que lo hay, para que tanta gente tan interesante acuda a su llamada?Creo que somos un sinónimo de excelencia. Y luego, cómo los cuidamos [a los invitados]. Aquí se les cuida y se les trata con cariño. Se les da de comer bien, se les aloja y atiende en buenos hoteles… 

Yo veo el Hay como un producto con una vocación global, pero también con una visión local, de apegarse a los sitios en los que se hace.Borges, a quien conocía, decía eso de que lo local es lo más universal. El que venga este marzo al Hay Festival de Sevilla se va a encontrar una colosal revista de cultura, un producto de primer nivel. Y lo va a tener muy cerca, pero no a golpe de un click, sino de una simple visita.

Es una cercanía que no te permite lo digital.En el último año, hemos tenido 147 millones de conexiones con nuestros eventos en internet. Pero yo, que vengo del mundo de la ópera, creo que nada reemplaza a lo presencial. En fin, vamos a ver si logramos que la gente conecte y venga. No sé si venderemos el pescado…

La cultura es industria. Y sabe usted mejor que nadie que no solo basta con tener un buen producto. También hay que venderlo.Yo he estado en festivales con solo diez personas escuchando a un genio. Llevo desde que estaba en la universidad haciendo gestión cultural. Y tengo muy claro que hay que vender el pescado, Y digo pescado porque, si no lo vendes, se echa a perder en dos días. Y, por cierto, yo creo en la unión de lo privado y de lo público, que es algo muy americano, y creo que los políticos deberían apostar más por la cultura. ¿Sabe por qué? Porque, como le escuché un día a Arzuaga, "si crees que la cultura es cara, prueba con la incultura".

Usted tiene también una historia muy literaria. Gestionaba el Café Mozart en Buenos Aires, luego se viene a Europa y gestiona un producto tan prestigioso como el Hay, que se celebra entre Gales e Inglaterra, es nombrada miembro de la Orden del Imperio Británico y monta luego la sede española del festival. 
A mi marido, que es abogado y especialista de Derecho Administrativo, le dijeron que tenía que venir a España por razones de trabajo. Vinimos por pocos años, pero nos fuimos quedando… España nos atrapó.

… y tanto. ¿Qué le da tanta energía para seguir?Supongo que me gustan los desafíos. Un amigo que es actor me decía que él tenía un problema: cuando actuaba, se le subía la adrenalina. Y cuando dejaba de actuar, se deprimía. Pues bien, yo necesito también la adrenalina. Necesito la adrenalina de organizar festivales como el Hay.

Y siempre empapándose de la mejor cultura.Me viene de fábrica. Yo tenía una abuela italiana que me inculcó el amor por la cultura. Con diez años, descubrí la ópera en la Scala de Milán, y con 11 años escribí una obra de teatro que era un bodrio y la monté con unos chicos.

¿Por qué ahora apuestan por Sevilla en su expansión?Nosotros, por el apoyo de la Junta de Castilla y León, celebramos también actividades fuera de Segovia,. También hemos hecho Madrid, Barcelona... y después de trabajar en Granada nos quedamos con ganas de volver a Andalucía y pensé en Sevilla, en su atmósfera, en su belleza. Yo he apostado personalmente por Sevilla y he conseguido que mucha gente apueste por Hay en Sevilla. ¿Por qué? Porque nos gustan los lugares bellos y con alma.

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