En la agreste geografía de Aragón, un pequeño pueblo con menos de 100 habitantes ha sido protagonista de leyendas literarias y arrastra un hito histórico difícil de superar. Trasmoz, situado en la comarca de Tarazona y el Moncayo, en Zaragoza, lleva más de siete siglos bajo la sombra de la excomunión. Su historia se entrelaza con litigios y conflictos que lo han convertido en el único pueblo oficialmente maldito de toda España.
Pero la 'maldición' no es lo único que hace especial a este municipio. Los rumores sobre brujas y hechiceros que han rodeado su cultura local han servido de inspiración para varias obras literarias y se convirtieron en una auténtica obsesión para Gustavo Adolfo Bécquer.
El conflicto con el monasterio de Veruela
En el siglo XIII, los habitantes del castillo de Trasmoz falsificaban monedas, y para ocultar el ruido que surgía de sus acciones ilícitas, difundieron rumores de que brujas y hechiceros realizaban rituales nocturnos. De paso, se aseguraban de mantener a la población encerrada en casa por miedo a tropezarse con aquellos fiesteros paganos.
Trasmoz era una población próspera, con recursos como minas, bosques y agua, y se trataba de un lugar laico, es decir, no pagaba impuestos a la Iglesia. La autoridad eclesiástica, molesta, aprovechó los rumores de brujería para excomulgar a la población de Trasmoz.
A pesar de esto, la diversa comunidad de Trasmoz, compuesta por judíos, cristianos y árabes, no se arrepintió, manteniendo así la excomunión. Las disputas con Veruela persistieron, llegando a su punto álgido cuando el monasterio comenzó a desviar el agua del pueblo en lugar de pagar por ella.
Siglos después, en 1511, un nuevo conflicto surgió entre Trasmoz y Veruela. El superior del monasterio lanzó una maldición sobre el señor de Trasmoz, sus descendientes y toda la aldea. Desde entonces, Trasmoz quedó marcado como un pueblo maldito. La Iglesia católica ratificó esta condena, y hasta hoy, ningún otro lugar en España comparte su destino.
La vida en un pueblo 'maldito'
A pesar de la excomunión y la maldición, los vecinos de Trasmoz han continuado sus prácticas religiosas sin aparente conflicto. Se trata de una región con gente trabajadora y sencilla, que ha destacado en los sectores agrícolas y ganaderos.
Si se desea conocer Trasmoz, visitar el castillo y el Museo de la Brujería que aloja en su interior, se puede consultar su página web haciendo clic aquí, donde se indican horarios, alojamientos y otras informaciones de interés.
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