Los jóvenes han recuperado el nivel de desarrollo económico de antes de la pandemia del coronavirus, sobre todo por la mejora de algunos indicadores del ámbito del empleo. Entre ellos se ha recalcado una disminución en la tasa de desempleo, que se ha posicionado en un 22,4%, si bien este dato ha preocupado pues dobla la media europea, situada en un 14%. También ha alarmado la tasa de pobreza y exclusión, con un 27%. Otros indicadores han medido la tasa de población subempleada (14,3%), de temporalidad (45,5%) y de parcialidad involuntaria (49,1%).
Son datos recogidos en el Índice de Capacidades Económicas de la Juventud 2018-2023 elaborado por el Centro Reina Sofía de FAD Juventud. El informe ha sido presentado este jueves en el Foro Jóvenes en Perspectiva, celebrado en la sede de la CEOE. Construido a partir de 16 indicadores socioeconómicos y laborales, el informe ha tenido una evolución muy marcada. Según ha revelado, de 2018 a 2020 se produjo una mejora que a partir de 2021 despareció por completo a causa de la pandemia. En 2022 hubo un inicio de recuperación que fue totalmente consolidado en 2023.
El índice muestra que la brecha de género es acusada en cuestiones económicas. En todos los valores, las mujeres están por debajo de los hombres, pese a que esta situación se ha ido reduciendo. Los peores datos para las jóvenes en relación con el empleo tienen impacto en otros indicadores, como el riesgo de pobreza, la capacidad de ahorro o la mirada más pesimista respecto al futuro, según han explicado las investigadoras Verónica de Miguel, de la Universidad de Málaga, y Anna Sanmartín, directora del Centro Reina Sofía de FAD Juventud.
Respecto a la tasa de jóvenes que trabajan por cuenta propia, desciende de 2017 (7,14%) a 2019 (5,71%) y repunta levemente con la crisis de la pandemia. Las investigadoras lo interpretan como "una reacción defensiva ante la caída del empleo", aunque destacan que en 2023 sigue siendo más baja que en 2018 con un 6,51%. El teletrabajo ha pasado de ser marginal en 2018 a triplicarse en 2020 (12,1%), coincidiendo con el confinamiento. A partir de 2021 subió ligeramente a un 12,8%, aunque vuelve a descender levemente en 2023 (9,4%).
Riesgo de pobreza y exclusión
"Si en cuestiones de empleo es posible hacer una lectura relativamente optimista dada la evolución de los datos desde 2018 a 2023, en cuanto a la situación económica los jóvenes siguen siendo un colectivo claramente vulnerable", han aseverado Sanmartín. Pese a la reducción de las tasas de población joven en riesgo de pobreza y exclusión desde 2018, en 2023 se sitúa en el 27,3% mientras que el porcentaje de población joven con capacidad alta de ahorro ha caído este año ocho puntos porcentuales.
"Esta vulnerabilidad económica restringe su capacidad para independizarse", tal y como recoge el informe. "Los costes asociados con el alquiler o compra de una vivienda, junto con otros gastos de vida independiente, se convierten en inasequibles para muchos jóvenes que tienen que seguir en el hogar familiar", ha expresado.
Sin embargo, el análisis muestra que la inestabilidad económica también puede influir en su bienestar emocional y desarrollo personal, así como en la capacidad de planificar y construir un futuro a largo plazo, incluyendo aspectos como el ahorro para la jubilación o la inversión en bienes raíces. "Una mala situación económica no solo limita las oportunidades inmediatas de los jóvenes, sino que también tiene un impacto profundo en su capacidad para establecer las bases de una vida adulta plena, independiente y segura", ha recalcado el informe.
En la jornada intervienen además el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos; la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego; la vicepresidenta de CEOE, María Helena Antolín; y la directora general del Injuve, Margarita Guerrero, entre otros.
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