De madrugada y tras algunos matices importantes pero el Parlamento Europeo y el Consejo llegaron a un acuerdo provisional para extender la prórroga de las exenciones arancelarias a Ucrania durante un año más, por lo que ahora la medida se mantendrá en vigor hasta 2025. Este paso se da en plena crisis agrícola en la UE y por eso en Bruselas se ha pactado un punto para "proteger el campo europeo" en caso de que el mercado así lo exija, por lo que se ha buscado un equilibrio entre la ayuda a Kiev y la atención a los reclamos del sector primario, que lleva varias semanas de movilizaciones.
"Esta renovación subraya nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania al tiempo que incluye mecanismos de salvaguardia para proteger el mercado de la UE", expuso la presidencia belga del Consejo, justo además unas horas antes de que los líderes de los países miembros debatan la situación de la agricultura europea en una nueva cumbre este jueves y viernes en Bruselas.
En su momento países como Polonia, Hungría o Eslovaquia impidieron la entrada de grano ucraniano en su territorio precisamente para "dar prioridad" a los agricultores nacionales. Esa decisión llevó a Kiev a presentar una demanda en la OMC y los gobiernos implicados aceptaron ser puntos de tránsito hacia otras zonas de la UE. Y es que Ucrania es el principal exportador europeo de cereal, habiendo siendo el bloqueo de ese movimiento de cereal una de las grandes preocupaciones desde el inicio de la guerra.
Ahora, con el levantamiento general del campo el tema se ha vuelto muy sensible para las instituciones de la UE. "Se ha decidido reforzar la protección de los productos agrícolas sensibles mediante con las salvaguardias ya incluidas en el actual Reglamento sobre medidas temporales de liberalización del comercio, con el fin de tener en cuenta cualquier repercusión negativa en el mercado de uno o varios Estados miembros", explican desde el Consejo. Esto tiene especial importancia para productos sensibles, como aves de corral, huevos, azúcar, avena, maíz, grañones y miel.
El Reglamento también incluirá dos mecanismos de salvaguardia para proteger el mercado de la UE: una versión reforzada del mecanismo existente, que se aplicará sobre la base de un seguimiento periódico y permitirá a la Comisión imponer cualquier medida de salvaguardia si se cumplen unas condiciones específicas, y un nuevo mecanismo de salvaguardia automático que obligará a la Comisión a reintroducir contingentes arancelarios si las importaciones de aves de corral, huevos, azúcar, avena, maíz, grañones y miel superan la media aritmética de las cantidades importadas en 2022 y 2023.
Además, Eurocámara y Consejo han acordado la ampliación del ámbito de aplicación del mecanismo de salvaguardia automática a otros cuatro productos (avena, maíz, grañones y miel) y también la reducción del plazo de activación de la salvaguardia automática (de 21 a 14 días). Asimismo, insisten en el compromiso de la Comisión de reforzar el control de las importaciones de trigo y otros cereales y de utilizar los instrumentos de que dispone "en caso de perturbaciones del mercado".
Los principales reclamos del sector se pueden resumir en tres: una reducción de la burocracia, la ruptura de cualquier negociación con Mercosur para un acuerdo que, dicen, les deja "en desigualdad" y una revisión de la PAC para que sea más laxa en algunos aspectos. La PAC, en concreto, es una de las principales políticas de la Unión Europea. Al igual que la política monetaria, la potestad política de los países en materia de agricultura está cedida por los Estados miembros de la UE a la Comisión Europea, institución encargada de construir directrices y políticas unificadas.
Ucrania, con todo, se convierte en un actor clave en este tema, no solo por la situación de guerra sino también porque en caso de entrar en la Unión Europea -ahora mismo es país candidato a la adhesión- se llevaría la mayor parte de las ayudas de la PAC, por la relevancia del sector primario para su economía y porque se convertiría en receptor neto de fondos.
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