OPINIÓN

El interés y el morbo

La princesa de Gales, Kate Middleton, en un acto público el pasado mes de diciembre.
La princesa de Gales, Kate Middleton, en un acto público el pasado mes de diciembre.
Getty Images
La princesa de Gales, Kate Middleton, en un acto público el pasado mes de diciembre.

El desmedido interés por conocer todos los detalles del estado de salud de la princesa de Gales a raíz de la intervención quirúrgica a la que fue sometida en Navidad y de la que tan escasa información se ha facilitado, no ha hecho más que avivarse con el transcurso de los días.

Desde el primer momento, Kensington Palace avanzó que Kate no volvería a sus obligaciones oficiales hasta después de Pascua, algo que despertó todas las alamas. Demasiado tiempo para una recuperación de una cirugía abdominal de la que nada se aclaraba.

A partir de ese momento las especulaciones se dispararon, y las teorías conspiranoicas se incrementaron. Una desacertada foto retocada de la princesa de Gales con sus hijos que pretendía trasmitir normalidad se volvió en su contra y, a sus problemas de salud, se añadió la crisis reputacional que tuvo que afrontar e hizo caer en picado su hasta entonces intachable imagen.

En un nuevo intento de normalizar la situación, Guillermo y Kate se dejaron ver de manera informal este fin de semana haciendo unas compras cerca de su casa en Windsor, pero parece que tampoco ha sido suficiente la confirmación oficial del Palacio de Kensington de que efectivamente eran ellos para acabar con los rumores.

Las últimas noticias hablan de un intento de acceso no autorizado a su expediente médico que está siendo investigado ya que se teme que pueda ser filtrado.

Bien está el interés y comprensible la curiosidad que despierta un personaje público tan mediático, pero en este caso se están sobrepasando los límites y el morbo malsano no ayuda, precisamente, a su normal recuperación.

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