Mariano Gistaín Periodista y escritor
OPINIÓN

Nuevos entes

Inteligencia artificial de Amazon
Inteligencia artificial de Amazon
DALL-E via Bing Image Creator
Inteligencia artificial de Amazon

Cada día vemos nuevos entes que crean nuevas realidades ficticias y también reales. Nuevos entes creados por IA, con dos líneas de texto plano se ponen en marcha. Son vídeos fakeados, imágenes, portadas, cosas, mundos irreales hasta que están en todas las pantallas. Y entonces se vuelven reales, presentes, se instalan en las conciencias, en los cerebros, que ya son de la misma sustancia que ellos: información (o desinfor-mación), bytes, criaturas nuevas, combinaciones. Es un mundo nuevo saturado de entes novísimos.

Enseguida serán indistinguibles y en muchos casos ya lo son. La IA ya nos vuela la cabeza, en expresión que parece creada para estos fenómenos. Siempre ha habido qui-meras, dragones, monstruos, seres híbridos, águilas con cabeza de todo, sirenas, balle-nas en las que se puede vivir y hacer hogueras, héroes y semidioses, mitos que nos han seguido hasta aquí, Sísifo con su pedrusco, todas la familias griegas y de todas las civi-lizaciones, los dioses egipcios, las deidades de cada pueblos, divinas ficciones que aguantan y se reproducen y se encarnan en superhéroes, zombis, efectos especiales bí-blicos (separar las aguas del Mar Rojo), cíclopes, titanes.

Ahora salen a la vida con una línea de texto, ni siquiera hay que picar el código. Es una vida virtual, de imágenes y vídeos y canciones, pero enseguida crearemos quimeras imposibles enredando con el adn y las impresoras de órganos y tejidos. La edición del genoma no escapa a este fervor delirante por engendrar nuevos mundos: el mismo texto plano que sirve para crear de la nada tantos seres y tantas cosas aun en fase de asombro y prácticas servirá para editar genomas completos, los avances -sí lo son- llegan a todos los ámbitos; una vez que se abre la espita de la IA nada queda reservado.

La resurrección de criaturas extinguidas de Jurassic Park, a las clonaciones de ovejas Dolly y de gemelos digitales o de carne y hueso salta de escala con la combinación de todos estos métodos entre sí y potenciados por una IA que se asombra a sí misma y que pronto será capaz de comprender lo que está haciendo y la magnitud de su poder.

A esta eclosión de múltiples entes nuevos se puede añadir la constelación de satélites artificiales que rodean el planeta y que crecen exponencialmente. Lo más llamativo es Starlink de Elon Musk, que tiene en órbita 5.600 y tiene permiso para lanzar 42.000 más. Aparte de los que ya pululan y los que anuncian otras compañías y países, y los miles que están muertos y son basura espacial. (Los 5.601 de Starlink se pueden ver en tiempo real en starlinkmap.org). Esta capa de satélites forma una superestructura elec-trónica -otra criatura nueva- que es una segunda piel sobre nuestras cabezas: además de objetos materiales son una capa de sentido, un ente metafísico tan reciente que quizá no se ha incorporado del todo al mapa mental que opera por defecto.

La interacción entre estos objetos espaciales y el resto de entes nuevos ya citados es difícil de imaginar, pero puede producir un cúmulo de nuevas realidades que quizá ya están aquí en potencia o en semiacto. La creciente tensión bélica en el planeta y la apel-ación a la guerra como algo inevitable e incluso necesario puede complicar el horizonte que ya está cada día más cerca: la palabra "futuro" ha acortado los plazos, a veces es tan inminente que se nos echa encima.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento