Carolina Corral, presidenta de la protectora ALBA: "Si hay menores que tienen ganas de ayudar, no vamos a decirles que no"

Un refugio de animales.
Un refugio de animales.
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Un refugio de animales.

Alrededor de 170.000 perros viven en albergues y refugios de animales en nuestro país tras sufrir el abandono y ser rescatados por asociaciones y protectoras de animales, según el estudio anual 'Él nunca lo haría' de la Fundación Affinity sobre el abandono, la pérdida y la adopción de animales de compañía en 2022.

Esta labor de rescate y cuidado de animales abandonados que realizan de forma altruista miles de personas en España no es sencilla y, de hecho, muchos la describen como muy sacrificada. Carolina Corral, presidenta de la Asociación para la Liberación y el Bienestar Animal (ALBA) habla con 20minutos para explicar cómo eligen ellos a los voluntarios, quién puede presentarse para este trabajo y en qué consiste el día a día en el refugio.

Lo primero que hay que saber es que cualquier persona puede convertirse en voluntario en una protectora o refugio de animales y ayudar a estas organizaciones a seguir rescatando perros, gatos y todo tipo de animales de compañía, pero... ¿Qué hay que hacer exactamente para ser voluntario y qué labores realizan?

"En nuestro caso, generalmente basta con escribirnos o llamarnos y que cada uno nos cuente qué les apetecería hacer o de qué forma les gustaría ayudarnos", explica. "Algunos fines de semana hacemos reuniones con los posibles nuevos voluntarios y les damos una vuelta por el albergue para que conozcan a los animales y nuestras instalaciones".

Para ser voluntario, en algunos centros o asociaciones tan solo permiten mayores de edad pero, en el caso de ALBA, consideran que si un adolescente o un niño quiere ayudar, ¿por qué no va a poder hacerlo? "Somos de los pocos centros que los dejamos venir a hacer un voluntariado siempre que sean responsables y tenga autorización de sus padres o tutores legales", expresan.

"Pensamos que si hay adolescentes o niños que tienen esas ganas y quieren ayudar, no vamos a decirles que no y, de hecho, a veces vienen acompañando a sus padres o algún familiar", relata Corral. "Al final, cualquier persona puede ser útil y hay que tener en cuenta que a unas personas se les da mejor una cosa u otra".

En ese sentido, la presidenta cuenta que en ALBA realizan una experiencia con alumnos de 4º de ESO que van al centro a ayudar, como parte de sus prácticas en empresas. "Bañan a los perros, juegan con ellos, cepillan a los gatos, ayudan a los animales a perder el miedo, los pasean, limpian... hacen un poco de todo, al igual que el resto de voluntarios", enumera.

Hay centros que obligan a acudir en un horario pero nosotros es el tiempo que cada uno tiene y puede

"Entre las tareas que realizan también los voluntarios se encuentra la participación en ferias de adopciones y los mercadillos para sacar fondos", agrega Corral. "A estos sitios llevamos a los animales con un peto donde pone 'adóptame' y así los visibilizamos".

También en el exterior del refugio, los voluntarios se dedican a coger a los gatos de las colonias para esterilizarlos a través del método CER o atrapar a gatos que están enfermos y no deben seguir viviendo en la calle. "Si nos dan un aviso, por ejemplo, corremos y pedimos voluntarios que puedan ayudar y acudimos los que podemos", cuenta.

En este sentido, la presidenta de la asociación recuerda que en un voluntariado cada persona aporta y ayuda lo que puede. "Hay centros que obligan a acudir en un horario pero nosotros es el tiempo que cada uno tiene y puede, siempre y cuando no moleste a los trabajadores que viven en el centro", comenta.

"Si por ejemplo ya es tarde y se han ido a descansar, no puede ir nadie a realizar tareas; así como por ejemplo se intenta respetar el tiempo de digestión y descanso de los perros", añade Corral. "Por eso solemos coordinarnos entre todos, especialmente al principio, cuando están aprendiendo"

No obstante, la presidenta cuenta que tienen tantos animales que los que llevan la gestión al final son los que más tiempo dedican al refugio. "Somos los que más mantenemos todo, los que sacamos dinero para pagar a los trabajadores y veterinarios, para el pienso y los tratamientos...", enumera.

"Hay que estar disponible y, a parte, solemos también tener animales en acogida en nuestras casas, con lo que nos llevamos el voluntariado a nuestra vida personal", añade.

En este sentido, Corral cuenta que, en muchas ocasiones, la gente empieza a hacer el voluntariado muy emocionada y con el tiempo se desinflan. "Forma parte del género humano", asegura. "Los que son realmente buenos y tienen ganas al final se quedan, pero también depende mucho de la persona y hasta qué punto se quiera implicar en esto".

En cualquier caso, Corral recomendaría a todo el mundo probar la experiencia de ser voluntario en un refugio de animales. "Yo casi he nacido mamándolo, así que no puedo no recomendarlo", afirma. "Nos ayudan más los animales a nosotros que al revés".

"Te sientes bien de verlos mejor, de verles alegres y, aunque a veces hay disgustos, sabemos que lo hemos intentado todo y aporta una gran satisfacción", defiende. "Además, en el caso de los más pequeños, está muy bien que aprendan a no mirar a otro lado si ven un animal abandonado".

En este sentido, Corral menciona que los cuatros estudiantes que se encuentran en el refugio ayudando a veces dudan en si volver al día siguiente, por la caminata hasta el refugio que tienen que hacer. "Después de ver a todos estos animales y lo agradecidos que son, mañana tenemos que volver", asegura Corral que le han dicho los jóvenes.

"Es algo que les llena mucho y es bueno que desde pequeños tengan la mentalidad de que no hay que maltratarlos y de que son animales que sufren", concluye la presidenta de la asociación.

Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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