Entrevista

Makoke: "La televisión solo me ha dado, no puedo decir que me haya quitado nada, salvo el anonimato"

Makoke, en un evento.
Makoke, en un evento.
Europa Press / Ángel Díaz Briñas
Makoke, en un evento.

Makoke lleva más de tres décadas asomándose a la pequeña pantalla. Lo hizo primero como azafata del inolvidable Telecupón y más tarde como colaboradora de los principales programas de televisión. Desde entonces, gracia a su fama, su vida personal se ha convertido en tema de conversación en tertulias y revistas del corazón. 

Siempre he querido preguntarle el motivo de su nombreEs un mote que me pusieron de pequeña porque me costaba decir mi nombre, que es María José. Aunque en un principio lo escribíamos todos con ‘c' y 'qu’, el paso por el Telecupón me llevó a cambiarlo por dos ‘k’ porque era mucho más artístico, como más televisivo. Y así me he quedado.

¿Cómo recuerda esa etapa en el Telecupón?Fue un tiempo muy feliz en mi vida, recuerdo esos momentos con bastante nostalgia. Era la época de Valerio Lazarov, de las Mama Chicho, cuando los cachés que percibíamos eran elevadísimos. Para que te hagas una idea, todas las chicas teníamos nuestro propio chófer… No puedo negar que aquel Telecinco era muy diferente al actual, pero en los dos me siento muy cómoda.

Coincidió con Carmen Sevilla. ¿Cómo era realmente?Teníamos una relación muy cercana, pero quizás la Carmen real no era tan explosiva como se veía en televisión. Nos maquillábamos juntas, ella se hacía sus liftings con esparadrapos que se ponía para estirarse el cuello, pero tenía cosas muy llamativas. Por ejemplo, arramblaba con la merienda y se la llevaba a su casa. Podría contar muchas anécdotas, pero como demasiadas no son bonitas, prefiero no explicarlas.

¿Le ha quitado muchas cosas la televisión?La televisión solo me ha dado, no puedo decir que me haya quitado nada, salvo el anonimato. A la televisión le debo todo lo que tengo y jamás podré recriminar nada a este mundo, que es el mío.

¿La fama le incomoda?No, para nada. Lo llevo bien, aunque también tengo que decir que no es oro todo lo que reluce. Hay momentos que me gustaría ser anónima, pero si lo pongo en una balanza no tengo ninguna duda: se inclina hacia el lado positivo.

¿Le afectan las críticas?Sufro muchísimo con las críticas porque me gusta que la gente tenga un buen concepto de mí. De hecho, es que creo que me preocupo y trabajo para tener buena relación con la gente. Reconozco que no me da igual lo que diga de mí, pero ha llegado un momento en el que he logrado que las habladurías no me hagan daño. Me gustaría que la gente pudiera conocerme de verdad porque te aseguro que no soy todo eso que dicen de mí.

¿El dinero lo compra todo?En absoluto, y no me gustaría que la gente pensara que todo en mi vida tiene un precio. Pongo límites y tengo muchas prioridades. Esta semana, por ejemplo, que está siendo un poco convulsa y movida por cuestiones televisivas, he renunciado a hacer exclusivas porque estoy convencida de que en la vida no todo es el dinero, hay otras muchas cosas importantes. No me vendo y no me venderé jamás.

Sin embargo, su vida siempre está ligada a la polémica. ¿Se desenvuelve bien entre las arenas movedizas?Si pudiera elegir, por supuesto que preferiría estar tranquila, pero no me arrepiento de quién soy. Estoy orgullosa de la hija que he sido y de la madre que soy, por ejemplo. Lo único en lo que me he equivocado fue en alargar mi matrimonio, creo que debí haber terminado antes porque nada hubiera sido igual.

¿Son sus hijos el refugio perfecto?Lo son. Cuando vienen mal dadas, ellos son el sitio al que acudo para sentirme mejor y, aunque mucha gente pueda pensar que hay rivalidades entre nosotros porque tenemos perfiles mediáticos, nos llevamos muy bien y pasamos tiempo de calidad.

Y encima ahora es abuela…Soy una abuela yeyé, aunque si te soy franca no me gusta nada, en absoluto, la palabra abuela. Me hace mayor y yo no lo soy. No sé si es amor de abuela, pero estoy loca con mis nietos, los adoro. El amor que siento por ellos es diferente al que siento por mi novio, eso sí.

Yo nunca la he visto tan enamorada…Es que nunca he sentido tan fuerte, estoy muy enamorada y no descarto que acabe en boda, también te lo digo. Me ha hecho volver a creer en el amor.

¿Es una mujer feliz?Lo soy y no me cuesta decirlo porque no siempre lo he sido. Mi felicidad sería completa si tuviera a mis padres conmigo, pero con su ausencia se aprende a vivir.

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