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Iría Rodríguez, psiquiatra: "El 'no encajar' por una discapacidad crea en los niños problemas serios de autoestima y ánimo"

Iría Rodríguez López, psiquiatra
FUNDACIÓN QUERER

El abordaje multidisciplinar de la discapacidad es fundamental para garantizar una atención integral y adaptada a las necesidades específicas de cada paciente. Tal y como reconocen los expertos crucial reconocer que las personas con discapacidad pueden enfrentar una amplia gama de desafíos físicos, emocionales y sociales. Por lo tanto, un equipo multidisciplinario compuesto por profesionales de la medicina, la psicología, la terapia ocupacional, la fisioterapia, entre otros, puede proporcionar una atención holística que aborde todas las áreas de la vida de la persona.

Por otro lado, más allá de los desafíos físicos, las personas con discapacidad enfrentan una carga significativa en términos de salud mental, que puede surgir de la propia limitación, la estigmatización social, las barreras de acceso a la atención médica y la falta de apoyo adecuado. Por ello, los psiquiatras recuerdan que no solo destaca la importancia de abordar la salud mental como parte integral del cuidado de la discapacidad, sino que también subrayan la necesidad urgente de medidas y servicios que aborden de manera efectiva estas complejas interacciones, garantizando así una atención completa y equitativa para todas las personas con discapacidad.

Iría Rodríguez es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y especialista en Psiquiatría en Hospital Universitario de Guadalajara. Además, desde hace un año, Rodríguez es la psiquiatra del Gabinete Multidisciplinar de la Fundación Querer.

Hablamos con ella antes de su participación en las V Jornadas Neurocientíficas y Educativas de la Fundación Querer.

El próximo mes de mayo vuelve a participar en las Jornadas Neurocientíficas de Fundación Querer. ¿Con que ánimo afronta esta nueva edición?Para mí es la primera vez, nunca había participado en las jornadas de la Fundación Querer. Empecé a colaborar con la Fundación el año pasado y había visto las jornadas “desde la barrera”. Me había llegado información de las ediciones anteriores y ahora mismo afronto la participación como ponente con muchas ganas y gran responsabilidad por estar a la altura de unos ponentes de primer nivel.

Hasta donde pueda leer, ¿Nos puede desvelar alguna línea general sobre el tema que abordará en su ponencia?Pues, sin desvelar el contenido, mi ponencia se centrará en el abordaje multidisciplinar de la discapacidad. Abordando las necesidades específicas que presentan estos pacientes y la necesidad de claridad en cuanto a expectativas académicas y vitales. Como profesionales, el aclarar expectativas a las familias y los pacientes puede ser una de las entrevistas clínicas más difíciles de mantener. Es una gran responsabilidad.

¿Cómo se involucró en el campo de la psiquiatría infantil y qué le motivó a especializarte en este ámbito?La verdad es que mi trayectoria profesional ha dado muchos giros. Primero me especialicé en Medicina Familiar. Esto me permitió tener unos conocimientos médicos amplios y además el poder realizar rotaciones en pediatría y salud mental me hizo darme cuenta de que esos ámbitos me gustaban.

Después de trabajar unos años en la urgencia hospitalaria, decido repetir la residencia y hacer psiquiatría. Es durante la residencia de psiquiatría, cuando coincido con grandes profesionales en salud mental infantojuvenil (el doctor Mesián, la doctora Natalia Rodríguez y el doctor Pérez Argiles) y me doy cuenta de que me gustaría trabajar con ellos y como ellos. La atención a los niños y adolescentes es muy exigente, pero también gratificante.

En su experiencia, ¿cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan los niños y adolescentes en términos de salud mental en la actualidad?Debemos tener en cuenta que tras la pandemia en 2020 se han incrementado las consultas en salud mental en la población en menores.
La primera causa de muerte entre jóvenes y adolescentes entre 12 y 29 años es el suicidio. Este hecho es tan relevante que se han iniciado iniciativas de prevención a todos los niveles (municipales, autonómicos y nacionales). Incluso organismos internacionales como la OMS están alertando de este hecho.

Además, dependiendo del grupo de edad tendremos distintas patologías: trastornos del neurodesarrollo en los mas pequeños que condicionan alteraciones de conducta y también el desarrollo académico. Autolesiones y alteraciones del estado de ánimo en los más mayores. En este punto también tendríamos que conocer y estimar datos de las denominadas adicciones sin sustancia. Dentro de ellas estarían las pantallas; que tienen implicaciones y causan problemas en todas las edades.

¿Podría explicar cómo la discapacidad puede influir en el riesgo de enfermedades mentales en niños y adolescentes?La discapacidad hace que los niños y adolescentes que la presentan sean más vulnerables. El “no encajar” o “no entender” hace que presenten problemas de autoestima y también del autoconcepto. Lo que les hace más proclives a los problemas de ánimo. Además, pueden presentar problemas de socialización con iguales y el tener un menor dependiente con necesidades específicas hace que las familias sean también más vulnerables a nivel socioeconómico.

¿Cuál cree que es el papel de la Fundación Querer en la mejora de la salud mental de los niños y jóvenes?Creo la Fundación Querer puede actuar como altavoz de las necesidades a nivel médico, nivel curricular, nivel social de estos menores. La labor de divulgación, incluso entre los propios profesionales de la salud (que en muchos casos desconocemos algunas situaciones) es fundamental para que tomemos conciencia y busquemos soluciones.

¿Qué estrategias o enfoques considera más efectivos para abordar la depresión infantil y juvenil?Debe ser un abordaje multidisciplinar: tratar al menor mediante psicoterapia, si es preciso medicar (sin tener miedo al uso de medicación en menores, a veces es necesario y es muy seguro). Involucrar a la familia y al entorno escolar. Mi trabajo en muchos caos se parece al de un coordinador que intenta hablar con todas las partes implicadas para que el menor se encuentre en el mejor entorno posible. En ocasiones involucrar a los servicios sociales en los casos, como otro factor de ayuda es muy necesario.

Hay menores que van a precisar de un tratamiento intensivo y hay maravillosos hospitales de día donde les van a ofrecer una muy buena atención. Otro punto importante es detectar los signos de alarma en un menor deprimido que hagan preciso un ingreso en una planta de psiquiatría y hacer la derivación como medida de cuidado al menor y su entorno.

¿Cómo cree que la capacidad de aprendizaje y las relaciones interpersonales se ven afectadas por la salud mental de los niños y adolescentes?Afectan de forma fundamental; el que tu entiendas el mundo que te rodea, las normas básicas de socialización, que puedas expresar tus necesidades… Es fundamental desarrollar un niño sano y feliz.

Desde su perspectiva, ¿cuáles son los signos de alerta que los padres y educadores deben tener en cuenta en relación con la salud mental de los jóvenes?Es fundamental estar alerta ante cambios de comportamiento, aislamiento en domicilio o en la habitación, abandono de actividades de ocio, cambio de grupo de amigos y bajada del rendimiento escolar. Además. en menores es frecuente que la irritabilidad sea un síntoma, muchos padres lo enmarcan dentro de la “adolescencia” o lo viven como un “reto” pero puede ser un síntoma de que algo no va bien.

¿Qué consejos ofrecería a los padres para apoyar la salud mental de sus hijos en el entorno familiar?Favorecer la comunicación, no convertirse en interrogadores de los menores, si no interesarse por ellos desde edad temprana. Pasar tiempo de calidad juntos y poner límites y normas. También hay que tener en cuenta que no todos los niños y niñas son iguales, que no hay recetas mágicas y que si tienen dudas consulten a especialistas, perder el miedo a acudir a un psiquiatra.

¿Cómo cree que se podría mejorar la conciencia pública sobre la importancia de la salud mental infantil?Creo que en los últimos años nos estamos dando cuenta de que no hay salud, sin salud mental. Trabajar en el entorno educativo, concienciar sobre el bullying, el acoso, adecuado uso de redes sociales… Nos queda mucho trabajo por delante.

¿Cuáles son sus proyectos, intereses o iniciativas futuras en el campo de la psiquiatría infantil y la mejora de la salud mental en los jóvenes?Mi interés actual está centrado en los trastornos del neurodesarrollo, en como afectan a los adolescentes. Hay un gran infradiagnóstico de estas patologías (Hiperactividad y Autismo, fundamentalmente). Muchos de nuestros pacientes llegan a la adolescencia sin diagnosticar y este campo de acción me apasiona. Desarrollar medios en los que se sientan seguros, terapias de grupo específicas y acompañarlos en el proceso de descubrir quienes son como adultos es muy, muy interesante.

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